CAP 45

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Al salir del consultorio, Jimin se sorprendió al ver a su novio allí, esperándolo. Luego de una hora y medía, el menor había salido un tanto mareado, con lágrimas que quedaron en su alma y algo de miedo por lo que había vivido. Durante la sesión, habían hablado sobre lo ocurrido con su padres. Explicó detalladamente toda la secuencia, mientras la profesional anotaba lo que el menor decía. Hablaron de la infancia, de su relación con ellos, de las cosas que lo marcaron. Situaciones que le habían dolido, momentos donde no se sintió suficiente para ellos. Esa constante sensación de nunca ser realmente bueno en nada, de no poder conformarse, de no aceptarse como era. Sobre exigirse para ser el mejor, sin importar las consecuencias. Debía ser lindo, flaco, talentoso, inteligente, buen amigo, buen hijo. Tenía que ser perfecto para los demás, no podía llorar, no podía sentir. Sentimientos que ocultó, comidas que se salteó, heridas que tapó con una curita de Toy Story. Miedos que tapaba con sonrisas, dolores que ocultaba con mas entrenamiento, bailar hasta no poder mas. Noches sin dormir llorando por no ser lo que sus padres hubieran querido, días llenos de incertidumbre y melancolía. Su vida se basaba en fingir estar bien para no llamar la atención, para no generar mas problemas a los demás. Pero estaba en un punto de su vida donde ya no podía fingir, debía enfrentar sus problemas, reforzar la ayuda. Y eso era mucho mas difícil de lo que parecía. Problemas de autoestima, pesadillas constantes, trastornos alimenticios, cortes en sus muñecas...todo tenía un origen en común, un punto de partida. Iba mas allá del desprecio de sus padres, su dolor y odio tenía un origen mas lejano, un vacío que jamas fue llenado. Lagrimas acumuladas por años, secretos que quizás se llevaría a la tumba. Palabras que nunca logró pronunciar en voz alta frente a ellos por miedo a que no le creyeran. Si tus propios padres no te generan confianza para hablar con ellos, ¿Que podes pretender del resto del mundo?

-Jimin, no podes evitar esto toda tu vida, necesitas sacarlo para afuera. Con esto que pasó ayer, queda claro que tu dolor es mucho mas profundo que el rechazo de tus padres por tu sexualidad. Esto tiene que ver con tu vivencia en la infancia, con ese abuso que marcó tu vida. Si, se lo difícil que es convivir con ese fantasma, eras muy chico, confiabas en él. No, no agaches la cabeza, ¿Por qué sentís vergüenza? Es parte de tu historia, lo hablamos mil veces, es lo que viviste y no lo podes cambiar. No podes cambiar tu pasado pero podes dejarlo ir y comenzar tu futuro, necesitas aprender a convivir con esto Jimin, necesitas hablar mas de tu historia, necesitas desahogar ese dolor que te perfora el alma. Es por tu bien, necesitas sacar todo lo que tenes adentro, eso te está matando. Va a costar pero lo importante es querer estar bien, mereces una vida feliz. No, no te escondas, sabes que si queres llorar podes hacerlo, está bien, Jimin, llorar está bien. Es preferible que llores a que cortes tus muñecas de nuevo. Pensá en tus amigos, en tu novio... mejor dicho, PENSÁ EN VOS. Sé que hoy no vas a hablar del pasado, estas muy marcado por estas últimas 24 hs donde te golpearon, te echaron, te lastimaron el corazón. Se que te lo dije mil veces ya, pero estoy dispuesta a ayudarte a salir adelante, a esto me dedico y te lo prometo, vas a estar bien Jimin, lo prometo. Se que te cuesta hablar, en este par de meses obtuve información tuya a cuentagotas, pero nadie te corre con el tiempo, de a poco te voy a sacar de ese lugar de tanto dolor. Siempre y cuando quieras que yo te ayude.

En ese momento no había dado respuesta alguna. Dijo tantas cosas, cada una fue una puñalada a su alma, sintió un dolor muy grande en el pecho, no pudo respirar por unos segundos. Las lágrimas que recorrían sus mejillas poco a poco caían en su pantalón, mojandolo. Sintió la voz de la profesional que le hablaba, pero sonaba cada vez más lejana, como si ella no estuviera cerca. Una voz se superpone a la voz de la mujer, Jimin estaba perdiendo la visión, no lograba ver nada, pero sentía una respiración cerca suyo. Estaba asustado, deseaba gritar pero había perdido la voz, estaba mudo. Al cabo de unos instantes, su visión estaba volviendo, logra ver un estante con libros y algunos ositos de peluche, estaba sentado en su habitación, aunque la decoración era de cuando tenía ocho años. Miró sus manos, estaban temblando. Su cuerpo dolía  y mucho, le ardía la piel. Ve a un hombre acomodarse el pantalón. ¿Que hace un adulto en la habitación de un niño? ¿Nadie lo vio entrar? Intentó gritar con todas las fuerzas que le quedaban pero nadie lo oía. "Por favor, no quiero estar solo con él, ¿Donde está mi mamá?" se preguntó. Intentó levantarse pero fue en vano. ¿Por qué le dolían tanto las piernas? El hombre se volvió a acercar, Jimin intentó moverse pero estaba totalmente endurecido, su cuerpo no respondía. El sujeto lo tocaba sin pudor, el pequeño no podía defenderse. "Por favor no me lastimes más, voy a hacer lo que quieras pero me duele, no, basta... no, no voy a decirte así, vos no sos mi tío...déjame por favor" De repente se encontraba en penumbras. Se sentía sucio, adolorido, vacío... ¿Acaso estaba muerto? Necesitaba gritar, su cuerpo no daba mas. Ya no tenía ocho años, sin embargo le dolía como el primer día. Estaba solo en la oscuridad de su habitación, sentado, esperando una madre que jamás preguntó como estaba, rezando por un padre que no lo golpeara mas. No había salida, no paraba de llorar, sangre, sudor y lágrimas recorrían su pijama amarillo, nadie preguntaba que le pasaba al pequeño Jimin, porque a nadie le importaba si él estaba bien. Nadie lo defendió, nadie lo cuidó, nadie estuvo ahí para él. Estaba solo, sentado en su cama, esperando que aquel dolor termine de una buena vez.

-JIMIN, JIMIN, REACCIONÁ POR FAVOR.-la voz de la psicóloga logró sacar del trance al joven.

-Sufrí de abuso sexual por parte del mejor amigo de papá desde los 6 hasta los 9, cuando amenacé con decirlo, me violó y me dijo que si hablaba, sería peor. Mis padres me prestaban tan poca atención que jamas notaron las lesiones que el desgraciado me dejó. ¿Como voy a confiar en ellos?-contestó automáticamente, sin pensar, sin darse cuenta de lo que decía, como si alguien estuviera hablando por él. Se sentía fuera de su cuerpo... ¿Quién era realmente? 

-Jimin...lo...dijiste. Lo lograste. Entraste en trance, gritabas, llorabas, estas enloquecido pidiendo ayuda. Voy a Hobi para que te venga a buscar, fue mucho por hoy y no podes irte solo. 

El joven miró a su alrededor confundido y sintió su alma volver a mi cuerpo de nuevo.  Era Park Jimin de nuevo, estaba en el consultorio de su psicóloga, temblando, con dificultades para respirar y con un sudor frío que recorría su cuerpo... había vuelto a ver la peor pesadilla de su vida y se sintió tan real como la primera vez. Uno de sus peores demonios salió de su cuerpo, y era increíble, pero por primera vez en muchísimo tiempo, sentía algo de paz en su cuerpo. Pero también sentía miedo, mucho miedo. Al salir, vio a Hobi de pie frente a la puerta, esperándolo. Corrió hacía él y lo abrazó con todas sus fuerzas, llorando. El mayor lo apretó contra él, acariciando su espalda. Entre lágrimas, Jimin pudo pronunciar con la voz quebrada.

-No me dejes solo por favor.

Su peor demonio era la soledad.

When you feel my heat, look into my eyes...It's where my demons hide.

Just Dance [HOPEMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora