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Liam estuvo en silencio durante varios segundos. Dirigió su vista hacia el patio y la volvió hacia Malik.
—Nunca supe de la existencia de este lugar. Me alegra que nos hayas traído aquí, es muy lindo —dijo cambiando el tema.

A Zayn no le molestó esto, al contrario, agradeció a todos los dioses, porque no supo en qué momento se le ocurrió preguntar lo otro. El definitivamente no quería saber si Liam planeaba hacer realidad su sueño de formar una familia con Jade.
—Sí, no muchos saben de este lugar, pero lleva años aquí. Creo que al ser de los refugios más pequeños para niños huérfanos, no es tomado en cuenta por muchos. Rara vez les brindan ayuda, por eso que no está en muy buen estado el lugar, los muebles, la comida, la ropa, la educación... Nada, prácticamente. De hecho como te pudiste dar cuenta solo hay ocho personas laborando aquí. Ocho personas para hacerse cargo de más de docientos niños.

—Es verdad. ¿Por qué hay tan poquitos?

—Porque aquí no tienen un muy buen salario, es casi inexistente, porque esto es algo que se hace más que nada por la mera satisfacción de ayudar a los pequeños. —Un involuntario puchero se formó en los labios de Liam haciendo que el corazón del moreno latiera con más fuerza. «Tan lindo como siempre», dijo para sus adentros.

—Es una pena —dijo el rizado.

—Lo es. Pero no hay razón para ponernos tristes, desde ahora puedo asegurarte de que nada les faltara a estos niños y a las personas que buenamente los ayudan. El cheque que hoy he traído por parte de la empresa no será el último, y contrataré a algunas personas más para que le den los mejores cuidados al lugar y a los pequeños.

Sonrió sin mostrar los dientes.
—Eres maravilloso, Zayn.

Le devolvió la sonrisa.
—No tanto como tú.

—Aunque, ¿sabes? Realmente me intriga saber cómo es que conoces este lugar. Digo, ¿lo buscaste solo para traernos, o...?

Negó.
—Venía aquí algunas veces con Louis y los chicos... Ya sabes, los que vivíamos en aquella casa vieja.

Arrugó el entrecejo confundido, jamás creyó que ellos en aquel tiempo harían algo bueno ni por obligación.
—¿Hablas en serio?

Rió por lo bajo y asintió.
—Por supuesto que lo hago. Sé que por nuestra pésima actitud de ese entonces es difícil de creer —bajó su vista hacia el patio—... Incluso para asegurarte de que lo que digo es completamente cierto, puedes preguntarle a la mujer más grande de ellas. Miss Carson es la única de entre esas personas que ha estado aquí desde que el lugar fue inaugurado. Esa mujer es como el ángel guardián de todos y cada uno de estos niños.

Negó sin eliminar su pequeña sonrisa.
—Te creo. Pero, ¿por qué nunca me contaste que venías aquí?

Se encogió de hombros.
—Supongo que para no "quebrantar mi armadura" de chico malo.

—Tiene sentido —ambos rieron por lo bajo—. Y... sé que hago muchas preguntas, pero...

Negó sonriente.
—No te preocupes, yo soy muy feliz respondiendote.

—Bien. ¿A qué venían aquí con exactitud?

—Pues había veces en las que juntábamos un poco de todo nuestro dinero, que sabes que no era mucho, y se lo traíamos a Miss Carson. Algunas otras veces simplemente veníamos a hacerles compañía, les traíamos una que otra pelota y hacíamos partidos de fútbol.

—Eso es realmente hermoso, Zayn —amplió su sonrisa—. Pero sigo sin comprender por qué lo hacían. Si en realidad eran buenos en el fondo desde ese entonces, ¿por qué hacían cosas tan lindas como estas y después se iban por ahí a hacer cosas malas, mh?

Mi salvación || ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora