10:53 p.m.
La noche cayó en Brighton y Zayn aún no lograba localizar a Liam. Sus suegros y cuñadas volvieron a Londres por si acaso Liam había vuelto, pero tampoco dieron con él. Sus amigos se quedaron en Amberley por si volvía, pero el resultado fue el mismo.
La desesperación que embargaba al moreno era sofocante, pues según él, en el mejor de los casos, su frágil esposo podría estar llorando y tiritando de frío en un callejón. Y si eso le parecía el mejor de los casos, cuando pasaban los peores por su mente, sentía ganas de romperlo todo.
Se decía una y otra vez que si algo le pasaba a Liam sería únicamente su culpa, porque él estuvo ahí cuando le dieron la fatídica noticia a su hombre, él tuvo que haber pensado que con toda la tristeza y decepción del momento su esposo no se iba a quedar tranquilo en el automóvil. Debió seguirlo cuando salió del consultorio, él tuvo que haberlo detenido y consolado de inmediato.
Sacó una vez más su cabeza por la ventanilla y gritó:
—¡Liaaaam! ¡Liaaaam!✦✦✦
Cuando el reloj marcó las 12:30 a.m. decidió volver hasta donde el consultorio del urologo con la pequeña esperanza de que Liam haya decidido volver por alguna razón... Pero no fue así.
Buscó el hotel más cercano a esa zona y se hospedó en una de las habitaciones más bajas que encontró.
Trató de volver a marcar a su hombre, pero el celular de este seguía apagado.
Gritó frustrado y lanzó lo primero que tuvo a la mano contra la pared: Un jarrón.Marcó nuevamente a sus amigos y suegros para ver si tenían alguna noticia o indicio, lo que fuera. Pero tampoco fue efectivo.
—No sé qué hacer, Louis —dijo, con algo de dificultad debido al gran nudo en su garganta—. Siento que voy a morir si no lo encuentro ya.
—Tranquilizate, hermano, ya verás que todo va a estar bien —dijo, tratando de calmarlo—. Estoy seguro de que Liam sabrá cuidarse.
—Está indefenso. Todo lo que quería le fue arrebatado en un segundo.
—Escucha, Liam es fuerte, ¿sí? Solo es cuestión de que mantengamos la calma y seguro lo vam-
—¡¿Cómo quieres que mantenga la calma cuando el amor de mi vida está quiénsabedonde en una ciudad desconocida?! —gritó alterado antes de colgar y lanzar su teléfono a la cama.
Tiró de su cabello sin saber qué más hacer. Se sentía tan impotente, preocupado, culpable y triste que no pudo aguantar más y las primeras lágrimas resbalaron por sus mejillas.
Liam era lo más importante en su vida y la idea de perderlo era insoportable, por ello, ahora, después de casi dos décadas sin hacerlo, Zayn estaba llorando de nuevo.—¿En dónde estás, amor? —sollozó, bajando lentamente hasta quedar sentado en el piso.
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Martes.
10:19 a.m.Un gato caminando sobre su costado hizo al rizado despertarse. El día anterior después de haber estado caminado por varias horas sin rumbo específico, Liam terminó en una plaza, pues vio a muchos niños jugando y quiso quedarse ahí para admirarlos. Al final, cuando la noche lo alcanzó, seguía muy cansado y decidió quedarse a dormir en una de las tantas bancas del lugar.
Se sentó con algo de dificultad por lo adolorido que estaba después de haber dormido en el metálico asiento.
Talló sus ojos y se estiró haciendo crujir los huesos de su espalda.