Miércoles.
5:00 p.m.
Liam, Shawn, Camila, Darcy y Harry se encontraban en casa del último charlando cómodamente como no habían hecho en años. Era un momento solo para ellos, sin sus parejas rodeándolos.
Payne les contó todo lo ocurrido con Jade y Zayn y que por ello no quiso ir a la reunión fraternal pasada. Sus tres amigos estaban a filo de sus asientos completamente enganchados con el relato, como si estuviesen pasando su serie/película favorita en la televisión.
—Y ¿ya te disculpaste con ambos o todavía no? —cuestionó Camila.
—Sí —respondió Liam—, con Jade me disculpé ese mismo día por la noche, y luego fui a su casa pero se mudó.
—Que intenso todo —dijo Shawn.
Liam asintió.
—Demasiado. Y apenas ayer me disculpé con Zayn.
—¡Aaaah! —chillaron los tres emocionados, asustando a Darcy, quien corrió a los brazos de su padre.
Harry rió y abrazó a su hija acariciándole la espalda.
—Tranquila, princesa, no pasa nada.
—Cuentanos todo, Li. No dejes escapar el más mínimo detalle —pidió la morena.
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Los tres arrullaron enternecidos apenas terminó con su nuevo relato.
—Oww, amo el amor —dijo Harry.
—¿Te gusta tío Zayn, tío Li? —cuestionó Darcy.
El nombrado rió bajo y asintió.
—Sí, Darz, me gusta mucho tu tío Zayn. ¿Crees que haríamos una bonita pareja, o no?
Ella asintió con una tierna sonrisa.
—Sí, porque son muy guapos, como mi papi Lou y mi papi Harry.
—Así es —dijo Styles.
—¿Y van a tener hijos para que yo juegue con ellos? —cuestionó nuevamente la pequeña.
—Umm... Eso sí que no lo sé aún, princesa —respondió Payne—. Pero de que yo tengo un hijo, lo tengo algún día —aseguró sonriente.
—¡Yay! —chilló Darcy.
—Bueno, bueno —habló Shawn—, ya cuéntanos: ¿qué te vas a poner o qué van a hacer además de comer? —cuestionó elevando ambas cejas de forma sugerente.
—Nada en especial —dijo con un leve rubor—. Iremos despacio.
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8:15 p.m.
Zayn estaba caminando de un lado a otro a solo dos metros de la puerta sin dejar de ver su reloj de pulsera.
—De seguro se arrepintió y no vendrá. Quizás lo dijo solo por decir y después de pensarlo se dio cuenta de que no quiere nada conmigo y... —El timbre sonó interrumpiendo su preocupación. Peinó su corto cabello con una mano, sacudió su camisa blanca de algún imperfecto que pudiese tenés y respiró profundo. «Llegó la hora. No lo arruines, Malik», se advirtió internamente y abrió.
—Hola —saludó un sonriente castaño.
«Tan hermoso como siempre», dijo para su adentros. Incluso con la ropa más simple como un suéter negro una camisa azul marino, unos jeans mezclilla y tenis negros, lucía como el rey que era a ojos de Zayn.
—Hola —respondió haciéndose a un lado—. Adelante, por favor. —Liam sonrió y pasó por un lado suyo. Él cerró y se dio la media vuelta para volver a verlo—. ¿Me permites tu suéter?
