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Los ojos de Liam se abrieron desmesuradamente y sus labios se entreabrieron dejando escapar un jadeo de asombro. Su vista viajó por todo el cuerpo de la anciana; no estaba nada descuidada, no era delgada ni obesa, quizás un metro sesenta y seis de altura, postura recta e imponente, con su plateado cabello amarrado en un alto rodete y unas pequeñas gafas negras rectangulares resguardando esos grandes ojos color miel. Portaba una falda larga, una camisa abotonada, un saco y zapatos bajos, no podía decir de qué colores eran sus prendas, ya que no llevaba sus gafas, pero estaba seguro de que todos eran colores oscuros.

Eran innegables sus palabras sobre ser la madre de Zayn, podía asegurar eso con solo verla. Apesar de la edad y la oscuridad podía ver el claro parecido de la mujer con el dueño de su corazón. Atractivos e imponentes.

—Ya puede soltar mi mano —dijo la mujer sacándolo de su trance.

—Aaah... S-sí, lo siento —dijo alejando su mano y metiendo ambas en los bolsillos de su pantalón.

—Lo he visto entrar y salir de la casa de mi hijo durante varios días seguidos —dijo ella.

Parpadeó varias veces tratando de aclarar su mente y fijó su vista en la ajena.
—¿E-está diciendo que nos ha estado espiando? —cuestionó entre confundido y asustado.

—Yo no diría que los he estado espiando. Tan solo he estado frecuentando la casa de mi hijo para asegurarme de qué estaba bien, y bueno, me fue imposible por ello no notarlo a usted.

—Aaah, perdón pero eso es básicamente lo que acabo de decir. Es espiarnos al fin y al cabo.

Enarcó una ceja visiblemente disgustada por haber sido contradecida.
—Sí, como sea. —Respiró profundo buscando tranquilizarse—. Bueno, si es que se puede saber... ¿qué relación tiene usted con mi hijo que requiere de su presencia tan seguido?

—Umm... —rascó su nuca—, no sabría cómo responder esa pregunta.

—¿Por qué no? Solo dígalo.

Rió bajo sin mucha gracia.
—Sencillamente no sé como llamar a lo que somos en estos momentos.

Se quitó las gafas y las atoró en el cuello de su camisa.
—Ya veo... ¿Están... —aclaró su garganta, se veía incómoda—. ¿Se están conociendo? Quiero decir, ¿planean llegar a una relación sentimental?

En ese momento ante su incomodidad recordó lo que Zayn le había contado sobre ella, específicamente el hecho de que dejó de hablarle cuando supo que él era bisexual.
Su semblante de confusión y temor se convirtió en ligero enojo.
—Pues sí, estamos tratando de retomar nuestra relación de hace años —respondió en tono firme.

—Ya veo... Umm... Entonces usted es el indicado para esto.

Arrugó el entrecejo.
—¿A qué se refiere con "esto"?

—Quisiera que habláramos en un lugar más... adecuado. Es algo personal, íntimo, que no se puede tratar en medio de la calle a altas horas de la noche. —Liam asintió lentamente—. ¿Podríamos vernos mañana en algún café o restaurante?

Payne lo pensó por largos segundos antes de acceder:
—De acuerdo. Permítame su número de teléfono y mañana temprano le envío la dirección de un buen lugar para charlar —dijo sacando su teléfono móvil y tendiéndoselo.

El rostro de la anciana se relajó notablemente y casi esbozó una sonrisa.
—Muchas gracias —dijo antes de tomar el celular ajeno y comenzar a anotar su número—. Espero que pueda ser por la tarde, estoy algo ocupada por las mañanas.

Asintió.
—Por supuesto, tranquila.

Trisha asintió con una pequeña sonrisa, casi invisible.
—Gracias nuevamente. Con permiso —dijo antes de irse caminando lejos por la acera.

Mi salvación || ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora