No estaba segura de cuánto tiempo habíamos pasado aquí, pero por como se sentía cada parte de mi se notaba que había hecho, Kira y Lucía habían llegado al orgasmo, era la primera vez que a dos de nosotras les pasaba en la misma noche.
También era de las pocas veces que le pasaba a Kira, pero como era costumbre a mi no, según había oído era normal que una alfa rara vez sintiera un orgasmo, pero ya habían pasado casi dos años desde la primera vez que Kira y yo lo habíamos hecho, aun así nunca me había pasado.
Fue en aquella ocasión que pusimos la regla del silencio, regla sin la cuál ese día nunca habría ocurrido, pues siempre que estábamos en esos momentos nuestras palabras, palabras que contenían nuestros miedos nos detenían.
En aquella ocasión decidimos vencer nuestros miedos, aunque en realidad fue una idea que tomé de algo que los miedos de Kira la impulsaron a intentar, esa tarde Alara y Neceria, la primera ghama de su manada, nos golpearon en las afueras de la dilinsta, así que no teníamos nada que hacer, no teníamos forma de probar nada y yo no la había podido proteger.
La dejé sola un momento y le dije que iba por algo que beber, más cuándo volví he ingresé dejé caer lo que traía al suelo, pues lo que vi me espantó, ella tenía en su mano un cuchillo de piedra lacaria y tenía sangre en la palma de su mano izquierda.
Corrí y le arrebate el cuchillo “¡¿Qué rayos estabas haciendo?!” le grité con ojos llorosos, su cara completa estaba cubierta de lágrimas y me respondió “Es mi culpa, te golpearon por mi culpa, solo te he traído dolor”, yo la miré y por primera vez pude comprender sus miedos, “Más dolor me causaría perderte, que el dolor que cualquier golpe podría causarme” respondí mientras sentía impotente era la primera y en ese tiempo única chica que yo quería, no podía perderla.
No pensé demasiado al ver su mano nuevamente, tomé el cuchillo del suelo apartándome de ella un momento, luego me arrodillé frente a ella, solo mirando sus manos, me era imposible saber que pasaba por su mente, pero hice lo que creí correcto.
“Una alfa no abandona a su manada y dentro de una manada el dolor se comparte”, le recordé los lemas en los que se fundamentaba tradicionalmente nuestra relación, entonces tomé el cuchillo y con un movimiento rápido, me hice un corte en la mano izquierda y reprimí un grito de dolor “¡Detente!” me grito.
Tomé su mano izquierda con la mía, “Comparto tu dolor” le respondí “Recuérdalo, no somos solo dos chicas, somos una manada, somos parte la una de la otra”.
“Ni siquiera he podido entregarme a ti, me da miedo, soy incapaz decirte lo qué quiero, sin que el miedo me consuma” me explicó “Entonces ninguna hablará, ni una palabra interrumpirá nuestros deseos” respondí “Es un promesa de sangre”.
Esa misma noche lo hicimos, en su cama, fue la primera vez que lo hicimos, el día cuándo ambas dejamos de ser solo niñas y decidimos que enfrentaríamos juntas cualquier miedo o dolor.
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Los Secretos de Miriastir.- Intervención Divina
ФэнтезиPre-estreno 24 de noviembre del 2019 Traslada el 23 de diciembre del 2019 Estreno 29 de diciembre del 2019 a las 19:00 hora boliviana Terminada el 5 de Junio del 202 Nadie sabe cuándo empezó todo, fue años atrás sin que nadie se diera cuenta, o tal...