Capítulo 11.- Debilidades y Fortalezas 2da parte

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—¿Qué pasa?, Esta no es tú pelea —me dijo Nain.

—Ahí te equivocas, Kira es la vita de nuestra manada, yo soy la alfa, mi deber como alfa es proteger a la manada —le respondí atacando, ella me bloqueo de manera eficiente—. Aléjense —pedí a mis chicas.

—Bien, que intentes mostrarte fuerte, pero no cambiará nada, no eres mucho mejor que tu vita —me respondió atacándome, ambas continuamos nuestros ataques.

—En eso tienes razón, no soy mejor que ninguna en mi manada —nuestros golpes por ambos lados son bastante agresivos, pero me doy tiempo para continuar hablando—. Formamos manadas no por ser mejores una que otras, lo hacemos porque no lo somos —le di una patada rápida para apartarla de mi, haciéndola caer y observé a Alara.

—¿Crees que puedes vencerme? —respiré tranquila.

—Kira es una vita, y la mejor vita que jamás he visto, no me apoya porque se lo pida me apoya porque ella cree en su función dentro de la manada, dar apoyo a la alfa, cuándo no siento poder hacerlo sola —Alara atacó y yo inicie a bloquear su ataque.

—Lucía es la dhelta de la manada, tiene la función de mantenernos unidas a todas, y la unión es la fuerza de una manada —a penas pude detener un golpe que iba a mi rostro.

—Dana es la ghama, y nos recuerda como es posible ver más allá, como siempre hay posibilidades —me derribó nuevamente.

—Eso no cambia que soy mejor que tú —me dijo apuntando su vara hacia mi.

—Tu eres mejor que yo peleando y tal vez siempre lo seas, pero yo nunca me voy a doblegar ante ti.

—Además hay algo en lo que soy mejor que tú —mire a Kira y ella me lanzó la vara que ella tenía, en ese momento di un golpe lateral que ella a penas bloqueó.

—¿Y en que crees que eres mejor que yo? —se burló sin retroceder.

—Tú te crees la líder de tu manada, yo acepto que soy solo una parte más de la mía, yo acepto que las cuatro somos diferentes, y nos complementamos mutuamente —nuestros palos chocaron frente a nosotras, y ambas sostuvimos fuerza, ella era más fuerte que yo, pero no le temería más.

—Deténganse, ahora —dijo la entrenadora, hicimos una reverencia de batalla, de mala gana, observé a mi alrededor, todas nos miraban.

—Amaris, tu cabello —susurro Kira, tomé un mechón de mi cabello, este seguía naranja, pero se notaba de un tono ligeramente más rojizo.

—El color de cabello cambió, pero eso no cambia que seas una debilucha —mencionó Alara.

La miré, era obvio que no era tan fuerte como ella, pero no dejaría que me volviera a hacer sentirme inferior.

—Lo soy, pero cuándo seamos parte de la guardia ambas valdremos lo mismo, y nuestro odio mutuo no deberá evitar nuestra labor —dije lentamente, intentando pensar que diría nuestra maestra de honor de guerrera.

—Tal vez tengas razón, pero hasta entonces no esperes que te deje ganar —asentí y ambas salimos del área de combate, para observar las siguientes peleas y esperar nuestro siguiente turno.

—¿Realmente crees lo que dijiste? —me preguntó Dana.

—Si no lo creyera, no lo habría dicho, yo sin ustedes no sería nada —observé a la profesora y ella asintió.

Los Secretos de Miriastir.- Intervención Divina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora