Capítulo 23.- Propuesta 2da parte

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Era extraño, según Nain, casi un centenar de chicas  habían ingresado a la oficina de la directora con esa misma propuesta, era como si los dioses hubieran creado el canto justamente para hacernos llegar a esa conclusión.

Habían pasado tres días, al observar a Amaris era obvio, ella ya no parecía en ningún sentido una chica, si no la hubiéramos estado viendo a diario, ya no creeríamos que era ella.

Sus pechos ya apenas se extendían un par de centímetros, como si tuviera solo trece años, su cabello seguía igual de rojo que antes, su… Bueno, esa parte de ella parecía ya no crecer más.

Hoy también había ido a ver mi hermana, Heidy parecía estar sufriendo una transformación idéntica, a la que sufría Amaris y las demás, por lo que pude deducir que los cambios habían pasado de manera aleatoria, tanto en alfas y vitas como en omegas.

Estaba por acostarme a dormir, cuándo alguien tocó la habitación, me levanté para abrir la puerta.

—Una carta para usted —me dijo una de las señoritas de limpieza.

—Gracias —la miré, pensando que sería de mi madre, pues nos había estado escribiendo regularmente desde que esto empezó, pero no, era de la directora Maris.

Abrí la carta tan rápido como pude y la leí.

“Su solicitud a sido aceptada, usted y las suyas son requeridas en Daesrin, al medio día, muestren esta carta a la maestra y las dejará salir”

Casi grité de emoción y salí de mi habitación, corriendo a la habitación de Dana y Lucía, golpeé su puerta varias veces y Lucía abrió soñolienta.

—¿Qué sucede Kira?

—Mañana al medio día, tenemos que ir a Daesrin, así que preparen su mejor ropa —le dije entregándole la carta, ella miró la carta sorprendida, era obvio, con más de un centenar de chicas pidiendo esto era difícil que nos tocara a nosotras.

El día siguiente las tres estábamos ansiosas, finalmente al llegar a daesrin nos dimos cuenta de que además de las directoras el lugar parecía desierto.

—Bien, chicas, ustedes pidieron esto, vayan a la habitación tres, ahí las espera, ya saben el pasillo —las tres asentimos.

Estabamos nerviosas, ya habíamos tenido relaciones con Amaris, pero ahora ella era un chico y ninguna había estado con un chico antes.

Llegamos a la habitación y a un lado de la entrada estaba una jaula, con Amaris dentro.

—¿Kira?, ¿Dana?, ¿Lucía?, ¿Qué hacen aquí? —nosotras nos miramos y abrimos la jaula tras cerrar la puerta.

—Vinimos a divertirnos contigo, hace mucho que no lo hacemos —le respondí, quitándome la blusa con cuidado.

Los Secretos de Miriastir.- Intervención Divina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora