Capítulo 42.- Nacimiento 2

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Amaris

—Tranquila Lucía ya falta poco tu solo... —un grito de dolor interrumpió a la enfermera.

Lucía con sus manos se sostenía fuerte del respaldar de la camilla, le habían ordenado no acostarse totalmente, así que estaba con la espalda en un ángulo intermedio entre echada y sentada. Tenía sus piernas con las rodillas dobladas estiradas hacia los lados lo más que le era posible.

Kira sostenía su mano izquierda y yo su derecha para darle apoyo. Dana sin embargo actuaba más bien asustada y era la más ansiosa de las cuatro por lo que estaba pasando. Estaba con la enfermera principal observando mientras la enfermera hacia su trabajo.

Los pechos de Lucía se había estado hinchando las últimas semanas, lo que a Dana le había parecido muy atrayente. Un día cuándo fui a su cuarto para desearles buenas noches la pillé intentando excitar a Lucía sola.

—Vamos Lucía una vez más, puja —pidió la enfermera por veinteava vez.

Se suponía que para las Dheltas y Ghamas les era más fácil la labor de parto, pero ver lo difícil que le estaba siendo a Lucía me hacía dudarlo.

Que fuera solo una bebe lo dificultaba, según la enfermera, el hecho de que fuera solo una significaba que probablemente fuera una Vita, pues cuándo una Dhelta se embarazaba de Dheltas normalmente nacían gemelas. Pero ya que su embarazo se dio en situaciones poco comunes nada era seguro.

—Vamos, un poco más, ya esta terminando de salir la cabeza —podía observar el asombro y la desesperación en la mirada de Dana. Estaba demasiado ansiosa, seguramente quería que el tiempo se apresurara más de lo normal.

De repente, a los gritos de Lucía se unió un nuevo sonido, un llanto de bebé y unos momentos después la enfermera entregó a la bebé a Dana.

—Felicidades. —Dana la sujeto y observó con una incredulidad exagerada, por un momento no dijo nada ni se movió y al reaccionar se acercó con nosotras.

—Puedo ver a mi hija —pidió Lucía agotada.

Dana puso a la bebé en los brazos de Lucía. Entonces me di cuenta de lo que había puesto en shock a Dana.

—Es un niño —susurro Lucía, mientras posaba al bebé sobre su pecho para que pudiera mamar.

—Felicidades muchacha, eres una de las primeras Istar en concebir a un varón —nos dijo la enfermera.

—¿Como lo llamaremos Lucía? —ella lo pensó unos momentos antes de decidir. Había pensado en tantos nombres para niña, que dudaba que tuviera alguno para niño.

—Se llamará...

Los Secretos de Miriastir.- Intervención Divina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora