Capítulo 20.- Dolor 1ra parte

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Finalmente llegamos a la Dilinsta, pero al bajar estaba con mi cabeza agachada, no esta dispuesta a mirar a nadie.

—Pero directora ella no puede...

—Ya escuchaste nuestras órdenes Kira, llévenla.

—No me esta escuchando ellas...

—Te di una orden.

Observé hacia donde ellas estaban y ella se acercó a mi nerviosa, me miró a los ojos antes de pronunciar esas palabras.

—Lo lamento, yo no quería lastimarte —tras que oí esas palabras vi su puño, justo antes de que me golpeará en el rostro.

Todo se veía oscuro, entonces desperté, estaba acostada en una celda, mire a todas partes con miedo hasta que vi a Kira, Dana y Lucía. Estaban sentadas a un lado de la celda, me moví por instinto hacia ellas pero antes de alcanzar los barrotes de la celta sentí que algo alrededor de mi pie me detuvo, estaba encadenada de mi pierna izquierda.

Kira tomó mi mano y me miró con ojos llorosos, ni Dana, ni Lucía me miraron, pero era obvio que lloraban.

—¿Qué esta ocurriendo? —pregunté con miedo.

—Las reinas lo ordenaron, todas las que estaban sufriendo el segundo cambio deben ser aisladas, por seguridad —respondió Kira—. Hasta que se entienda porque su cambio de comportamiento.

Observé a mi alrededor varias chicas más, algo asustadas igual que yo.

—Se acabó la hora de visita —gritó alguien—. Vuelvan a sus clases.

—Lo lamento, nos tenemos que ir, volveremos pronto.

Las vi alejarse sin comprender porque, las necesitaba, quería estar con ellas.

—¡Aléjate de mi! —escuché un grito a mitad de la noche.

Observé, era Alara, al parecer a ella tampoco le agradaba estar en esta celda tan pequeña, pero al verla empujar a Dalila, una de las vitas que parecía estar sufriendo el cambio, mi mente se enfocó de pronto en las veces que ella intento golpear a mis chicas.

Salté hacia ella gritándole que no tenía derecho a hacerle eso, lo siguiente que recuerdo es estar peleando contra ella con toda mi fuerza, pero antes de que alguien ganara varios brazos nos sujetaron y separaron dejándonos en celdas individuales, celdas donde solo podía sentarme si abrazaba mis rodillas, para no ocupar tanto espacio.

Me apoyé en la pared llorando, extrañaba dormir con Kira, extrañaba despedirme de ella con un beso en su frente, extrañaba despertar y verla durmiendo a mi lado, aunque fuera a una cama de distancia y extrañaba despertarla para luego ayudarla a vestirse.

Los Secretos de Miriastir.- Intervención Divina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora