Capítulo 18.- Humor 3ra parte

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Que rayos me sucede ahora, me rasque el cuello incómoda.

—¿En serio no crees que estas exagerando? —pregunté, no iba ni cinco minutos con esta cosa en el cuello y ya no la soportaba.

—Amaris ya lo hablamos, una de nosotras debe estar siempre a tu lado hasta que descubramos que te sucede…

—Pero es que parezco…

—Ya te dije que no es así cinco veces Amaris.

—Es que Kira, es un collar para mascotas…

—No encontré nada más —me respondió.

—Y yo te dije que no era necesario —le respondí molesta, era sumamente humillante caminar con esta correa.

—Y yo te respondí que era esto o que te quedaras encerrada en tu habitación, no puedes estar peleándote solo por impulso —la miré molesta.

—Ella se lo busc…

—No digas eso por favor, sabes bien porque hacemos esto.

—Al fin llegan —grito Dana abrazándome, yo le correspondí dicho abrazo.

—Oye, ya fue suficiente —me dijo y yo suspiré soltándola.

—Perdón por tardar, la señorita no quería apurarse —se burló Kira de mi, ¿Cuál era el problema con que quisiera verme bien para mis tres chicas?, íbamos a estar viajando toda la noche juntas, debía llevar puesto algo que les gustará

—Bueno, creó que entiendo la razón hablo Lucía mirándome de arriba abajo —luego caminó hacia mi y susurro en mi oído—. Te vez linda Amaris… —le había gustado, la mire con una sonrisa y ella deposito un beso corto en mis labios.

—A veces actúas muy cursi Lucía —le dijo Kira—. Pero supongo que tienes razón.

La verdad no entendía del todo que querían decir, lo que me frustraba. Se suponía que las conocía pero ahora se comportaban de manera muy extraña.

—¡Amaris! —oí el grito de alguien, mire en esa dirección y lamentablemente… Era una de las directoras llamándonos.

Las cuatro caminamos hacia allá, ella me miro de manera extraña, supuse que por la corea, pero no dijo nada.

Subimos a la carreta y tomamos los asientos de atrás de esta, me senté en medio de Lucía y Kira, mientras Dana estaba al lado izquierdo de Kira, todo se sentía tan tranquilo, con Kira y Lucía acostándose en mi pecho.

Vi a Lucía jugar con un mechón de mi cabello un rato, pero aunque ella y Dana parecían tranquilas, sentía triste a Kira, ella estaba sumamente preocupada y yo no sabía que hacer, ¿Cómo hacer que se tranquilizara?, ¿Cómo hacer que ella no tuviera miedo?, si yo también tenía miedo de lo que estaba pasando.

Los Secretos de Miriastir.- Intervención Divina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora