Capítulo 31.- Crisis Mental

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Amaris

—¿Te sientes bien Amaris? —preguntó Kira.

—Voy a tener una hija, y de mi propia sangre, ¿Por qué no debería estarlo? —preguntó mientras yo caminaba de un lado al otro de la habitación.

—Vamos a tener, y bueno, tienes solo 16 años es entendible que te encuentres nerviosa...

—¿Crees que expulsen a Lucía de la dilinsta?, en su estado actual no esta en condiciones para seguir nuestro entrenamiento —expliqué con miedo—. ¿Como crees que lo tome su madre?

—Relájate, la madre de Lucía siempre fue una mujer muy comprensiva según Dana... Aunque sus segundas madres no tanto, se que lo entenderán.

—Tengo miedo Kira, no estoy lista para esto, no estoy lista para criar a una niña, no se como hacerlo...

Ella me dio una media sonrisa.

—Ninguna de nosotras lo esta, pero nos tenemos la una a las otras, recuerda, ese el el lema de una manada, todas nos debemos apoyar, Lucía esta en una situación difícil, aunque sea difícil no podemos dejar que nuestros miedos nos dominen ahora —explicó su voz se notaba temblorosa, aunque ella sabía esconderlo bien.

—¿Y si me termina odiando?, no quiero terminar lastimándola por un error...

—Solo tienes que aprender a aceptar tus errores, si aprendes a pedir perdón cuándo sea el momento, ella comprenderá —habló Dana saliendo de donde estaba Lucía.

—¿Como está?

—Bien, solo es algo difícil de asimilar para ella...

—Para todas —respondió Kira.

—¿Estaremos juntas en esto verdad? —preguntó Dana extendiendo su mano.

—Nunca dejaría a la chica de la que me enamoré en una situación tan difícil —respondió Kira poniendo su mano sobre la suya.

Yo las mire, tenía miedo, no sabía como lo haría, mi mente volaba en la idea, pero era incapaz de saber si podía hacerlo, sentía fuertes ganas de huir, trague saliva mientras estiraba mi mano.

—Yo... ¡Vuelvo en un rato chicas! —grité y salí corriendo.

Esquive a las chicas que estaban en los pasillos me sentía mal, sentía que estaba huyendo, me sentía culpable, entre a mi habitación con lágrimas en mis ojos y me tiré a mi cama a llorar.

No pensaba dejar a Lucía, pero tenía miedo de aceptar esta responsabilidad y fallar, nunca creí que me sentiría tan asustada. Desde mi niñez sabía que algún día debería ser madre, pero ahora me sentía aterrada, tenía miedo, no me sentía capaz de ser la alfa que mis chicas y mi futura hija necesitaban.

—Lo que hiciste no estuvo bien Amaris, te entiendo, se porque estás tan asustada, pero debes aprender a enfrentar tus miedos —habló Kira ingresando a la habitación más tarde—. Piensa como se debió sentir Lucía con como escapaste hoy, y no olvides dormir temprano...

Fueron las palabras que dirigió hacia mí.

Los Secretos de Miriastir.- Intervención Divina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora