El sonido de la puerta interrumpió el abrazo de las amigas.
- Hola mis niñas – saludó Michi con su alegría particular. – Tengo una visita para vosotras.
- ¿Una visita para las dos? – preguntó Felicitas limpiándose las lágrimas.
- Mi gordita, ¿te pasó algo? ¿Qué ha hecho Lalo? – le preguntó nerviosa al ver el estado de su querida niña
- Nada Michi. Anda, decinos quien nos busca. – le alentó.
- Hola chicas. – apareció Luna.
Desde que terminaron tercer año, no la vieron más. Supieron por medio de Marizza que estaba en San Luis con su familia y Nico. Había resultado una grata sorpresa para las chicas verla de nuevo.
- ¡Luna! ¿Qué haces acá? – la abrazó Felicitas con entusiasmo – Estás relinda.
- Estoy por unos días acá y decidí hacer una visita a mis amigas. – les comunicó feliz.
- Por ahora. – irrumpió en la habitación la tía de Luna, Sandra. – Estoy intentando que ingrese de nuevo acá. Cometió un grave error al regresar a San Luis con el "pinchudo" de Nicolás.
- Tía...- se quejó Luna a la vez que sonreía al ver a sus dos amigas abrazar a su tía.
- ¿Qué pasó con Nico? – preguntó Vico
- Una larga historia chicas. – le contestó Luna. - ¿Dónde están Mía y Marizza?
- Mía fue a ver a Manuel – le dijo Felicitas – Y Marizza, aún no ha aparecido por el colegio.
- Tan mandada como su mamá- rió Sandra – Chicas, tenéis que ayudarme. – les pidió Sandra. – Lunita debe ingresar acá de nuevo.
- Yo podría echarles una mano – divagó Michi. – Perdón por la intromisión, soy Michi la secretaria de esta institución – se presentó la morena
- Un placer, yo soy Sandra. – sonrió - ¿Cómo podríamos arreglar?
- Tía...- amenazó Luna al ver las intenciones de Sandra.
En el hall del colegio se reunieron Mia, Manuel y Pablo. Éstos habían estado bastante distanciados durante las vacaciones y necesitaban aclarar varios aspectos sobre Erreway.
Como en otras ocasiones, los problemas personales se mezclaban con la banda. La última pelea entre Marizza y Pablo había resultado bastante fuerte y dura, como siempre que se peleaban. Marizza dejó claro que no quería seguir con la banda. Mia y Manuel intentaron mediar, pero ella mantenía su decisión.
La pareja se reunió con Pablo. Quería que la banda volviera y su intención era que el rubio la pusiera fácil para cuando Marizza volviese.
- A ver, ¿A qué se debe esta reunión? – preguntó Pablo mirando a la pareja que estaba sentada en las escaleras del hall.
- Hola Pablito eh – saludó Mía. - Ni saludás, che.
- Mia, llevo dos días bastante duros... - se excusó. - ¿Qué queréis?
- Queremos que vuelva la banda – fue al grano Manuel. – Volver, con todos sus integrantes. Los cuatro - especificó.
- Pues suerte, si pretendés que la loca acepte volver. – aclaró Pablo refiriéndose a Marizza.- Ella lo dejó claro, no iba a volver y menos si estaba yo.
- Y a lo mejor cambió de opinión o se relajó – divagó Mia – Ya sabés cómo es Marizza cuando está caliente. Ha pasado unos meses, seguro que todo se habrá enfriado – se esperanzó la rubia.
- Intentálo pero no lo vais a conseguir. La conozco bien – admitió Pablo – Suerte chicos. – se despidió.
- Pará Pablo - le pidió Manuel. – No tenés ningún problema si Marizza aceptara ¿no?
- No – negó el rubio – Me gusta la música y yo por la banda haría cualquier cosa. – finalizó y se fue.
- Está hasta las manos– sentenció Manuel al ver irse a su amigo.
- Puede ser, pero no lo entiendo. Después, acaba haciendo lo mismo. Engañarla – se molestó Mía.
Comienza un nuevo curso. Primer día. Encuentros y nuevos amigos. Nuevos profesores. Incertidumbre hacia el nuevo rumbo del Elite Way School.
En su despacho, el director de la institución repasaba el discurso que acostumbraba hacer cada nuevo año escolar. Éste totalmente diferente. Alentador y esperanzador. Ya no era un colegio a manos de accionistas mafiosos que lo usaban como tapadera para sus chanchullos. Eso había cambiado, pero quería mantener el prestigio del mismo y el nivel disciplinario y educativo. Había reincorporado a nuevos docentes, nombrado una nueva comisión y aunque el colegio no era pupilo quería mantener esa opción para aquellos que así lo deseaban. Más preceptores y más seguridad.
Todo planeado para que el Elite Way School mantuviera las premisas que tanto lo caracterizaban. Todo planeado para que los alumnos de quinto año no lo bardearan todo.
Quinto año. Esos chicos eran la peor promoción a la que se había enfrentado. Ese espíritu rebelde le había dado más de un quebradero de cabeza. Esta vez venía preparado.
Cogió su carpeta y se marchó del despacho. En el patio de la institución se encontraba las familias esperando el momento. Miró por detrás del escenario. La mayoría eran nuevas familias para los cursos más bajos y, además, de estatus socioeconómicos medios. No era un colegio privado, el centro se ofertaba a cualquier alumnado y eso le hacía dudar si iba a conseguir su objetivo. Sin embargo, algunas de las familias acomodadas confiaron en él y mantuvieron la matricula de sus hijos en la institución.
Sintió una mano que lo apoyaba. Su mujer. No habían tenido tiempo para ellos durante estas vacaciones. Se habían dedicado a arreglar todos los trámites para el nuevo Elite Way School. El momento había llegado. Inspiró hondo y besó a su mujer. Subió las escaleras que lo conducía al escenario. Se posicionó delante del micrófono.
"Bienvenidos al Elite Way School"
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Me gustaría saber si os gusta la historia. O sugerencias en cuanto formato.
Gracias.
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Elite Way School 5º Año
Fiksi PenggemarOtro año más en el Elite Way School Nuevas aventuras Nuevos conflictos Amor Y sobre todo, mucha rebeldía. Abstenerse a adaptaciones. No está permitido la copia parcial y/o completa de la historia. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©️ 2020, CarmenM Sa...