Capítulo 4. "Último día"

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En el Elite Way School, Manuel y Fran se encontraban en la habitación ordenando su ropa en el placar.

- Che Fran, gracias por lo de antes. – agradeció Manuel.

- Sentí que necesitabas ayuda y, al menos, llegué a tiempo. – se encogió de hombros – Lo que no entiendo qué hacía acá. ¿Te contó algo?

- Y no. Tampoco quiero saberlo. – admitió sentándose en la cama – Estoy re bien con Mia y me da bronca que aparezca esta ilusa para jodernos.

En ese instante, la puerta de la habitación se abrió de par en par. Tras ella se encontraba Mía. Manuel se dio cuenta que algo no marchaba bien.

- Mi amor. – dijo Manuel yendo hacia ella

- ¿Qué hacías con Sabrina, Manuel? – le retó enfurecida – Hablá Manuel, explicáme que hacías con Sabrina.

- Os dejo solos chicos. – se retiró Fran para dejar más intimidad a la pareja.

- Mía... - comenzó a decir Manuel.

- Es que no lo puedo creer. – espetó Mía moviéndose de un lado hacia otro de la habitación – Además, acá en el colegio. – se paró en seco para mirarles a los ojos.- ¡Todos saben lo que pasó Manuel! – exclamó alterada.

- Mía, dejame hablar. Solo sabes gritar. Vas a dejar a todo el Elite sin tímpanos. – Manuel alzó la voz. – Dejame hablar.

- Está bien – asintió ella más calmada. – Explicate. – le pidió mientras relajaba la tensión entre ambos.

- Amor, no tenía ni idea que Sabrina estaba acá. Ha venido y no sé por qué.- argumentó cogiéndola de las manos.- Mia, no sé que quiere esa mina ahora, pero te juro que no va a pasar nada porque no quiero saber nada de ella, ni tan siquiera quiero mirarla. Preguntale a Fran, quería zafar de ella y él me ayudó porque la mina estaba re densa. – se justificó. – Mía te amo – se declaró cogiéndola de la barbilla para que lo mirara. – No voy a permitir que se entrometa entre nosotros.

- ¿Lo jurás? – preguntó en un tono infantil.

- Lo re juro. Nadie nos va a separar. – la besó dulcemente.- Ahora, ¿como te enteraste? – preguntó el mexicano riendo.

- Feli. – admitió- Supongo que os vería. Lo siento Manuel, soy una chiquilina – se disculpó la rubia apoyándose en su pecho. - Es que me da bronca que siempre haya alguien en el medio que nos quiera joder.

- ¡Qué exagerada que sos! – bromeó.

- No soy exagerada- le contestó separándose de él – Te juro que como esa pelandrusca reventada joda esto. – dijo señalándose a ambos – Le tiro de los pelos y la mato.

- Amor tener como hermana a Marizza, te está afectando. Sonás igual que ella. – bromeó

- Manuel, no me compares con la ordinaria de Marizza. – se quejó- Y no es mi hermana, es la hija de la novia de mi papá. Aclaremos términos, por favor. – se cruzó de brazos. – Hablando de Marizza, ¿Cuándo piensa regresar?

Al otro lado del océano, en una ciudad costera de España, Marizza continuaba con sus vacaciones en solitario. Soledad. Esa palabra que tanto ansiaba tras pasar unas primeras vacaciones con la familia Colucci-Rey. Colucci-Rey... ¿Quién le iba a decir que iba a compartir su vida con aquella chica rubia? La misma rubia a la que en tercer año le roció una bebida refrescante por su estupendo pelo el primer día de colegio y que utilizó a la mejor amiga de ésta como contenedor para depositar la lata ya vacía. 

Elite Way School 5º AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora