Capítulo 65. "Toda la verdad... (I)"

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CAPÍTULO 65 (I)


-¿No se cansa de armar bardo? – preguntó en voz alta Mía.

Desayunaba junto a Lujan en el exterior del Elite Way. Ambas no habían podido pegar ojo en toda la noche pensando en el paradero de Marizza. Si se había escapado con Pablo, al menos hubiera llamado, pero ambas sabían que no era así. Que había pasado algo groso. Y esa idea la pensaba firmemente Luján que se mantenía absorta a la conversación

- Luji, ¿te encuentras bien? – le acarició la mano a Mía. Luján la miró y sus ojos comenzaron a humedecerse. - ¿Qué te pasa Luji? - se asustó

- Todo va mal Mía – sollozó. Mía se acercó a ella y pasó su brazo por los hombros. – Tengo la sensación que Marizza está en peligro.

- ¿Por qué decis eso? – preguntó con delicadeza.

- Porque Marizza estaba metida en algo muy groso. Soy una estúpida porque si la hubiera obligado a contarlo... Ella estaría acá

- Quiero ayudarte Luján, pero no entiendo nada.

- Marizza recibe desde el verano pasado amenazas anónimas. Hace poco supimos, junto con Pablo, que se trataba del hermano de Pablo. Felipe quiere sacar de prisión a Sergio y vengarse de Pablo. – explicó ante la atenta mirada de Mía. – Cuando le dijiste ayer a Sonia que Marizza se fue con Pablo... Siento una mala sensación... Como si les ha pasado algo.

- ¿Crees que Felipe...?

- Puede ser – se angustió Lujan. – Es fiel reflejo de Sergio Bustamante. – suspiró. – No sé qué hacer Mía. Tarde más o tarde menos aparecerán Sonia y Franco y no sé si podré aguantar esta angustia que me ahoga.

- Deberías contarlo. – le apremió.

- Tengo miedo Mía. – se sinceró. – Y por primera vez no puedo luchar contra él. Marizza es una de las personas más importantes que tengo y la culpa me está consumiendo.

Mia abrazó a Luján que rompió a llorar. Acarició el pelo de la chica con el intento de calmarla. Era una situación muy difícil, no había duda de ello, pero era necesario contar la verdad. Si era así y Pablo y Marizza estaban en peligro, era necesario poner todo esto en manos de la policía.

- Luján – se separó de ella. Lujan se limpió con el dorso de su mano las mejillas humedecidas. – Debemos contarle a Sonia y a mi papá. Poner todo esto en manos de la policía. Ellos nos ayudarán.

- No – negó escandalizada. – Si están en peligro y avisamos a la cana, pueden tomar represalias contra ellos.

- Luji no nos queda otra – le acarició el rostro. – Ellos sabrán qué hacer. Por lo pronto, he pensado que podemos buscar a Guido y Tomás y preguntarles si tienen noticias de Pablo. Si no es así, hablaremos con Dunnof y se lo comunicaremos a Sonia. – dijo Mía tomando con seriedad las riendas del problema.

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En los pasillos del Elite Way School, Guido buscaba a su amigo Tomás. Desde que utilizaron a la novia de éste para resolver el conflicto entre Marizza y Pablo, no habían vuelto a hablar más de lo estrictamente necesario.

Tomás estaba bastante enojado con la actitud de sus amigos. Siempre lo usaban, y usaban a su novia, a beneficio de ellos sin importar en las posibles consecuencias. Estaba harto de ser la marioneta de ellos, por lo que prefirió priorizar y priorizó su amor por Pilar. Su novia, aunque al comienzo le molestó que la utilizaran como muñeca de trapo, no quería que Tomás se peleara con sus amigos. Al fin y al cabo, eran amigos y se tenían que bancar entre ellos. Sin embargo, Tomás no hizo caso a los consejos de Pilar para amistarse y decidió no hablarles.

Esta decisión se quebrantó cuando la desaparición de Pablo se hizo latente.

- Tomás – lo llamó desde lejos. Tomás junto con Pilar pararon al escucharlo. - ¿Sabes algo de Pablo?

- Nada, llamé pero su celular está apagado – resopló

- Creo que deberíamos llamar a Mora – indicó Guido.

- ¿Te parece Negro? – dijo no muy seguro.

- Tomi, es necesario que la mamá de Pablo sepa que su hijo lleva desaparecido dos días. – le aconsejó Pilar. Guido asentía con la cabeza.

Lujan y Mía salieron del interior de la cafetería. Estaban buscando a los amigos de Pablo y creían que podrían estar allá, pero se equivocaron. Saliendo del lugar, se los encontraron muy cerca de los lóquers.

- Chicos – saludó Mía. - ¿Saben algo de Pablo?

- Recién lo estábamos hablando – dijo Guido. – No hemos podido contactar con él. Aparece su celular como apagado.

- ¿Ustedes saben de Marizza? – se interesó Tomás.

- Tampoco – dijo Mía.

El grupo meditó buscando alguna respuesta o resquicio para conocer el paradero de la pareja.

- Es necesario que tanto Sonia y Mora sepan lo que está ocurriendo – repitió Pilar esta vez a las chicas.

- Nosotras queremos hablar con Dunnof – explicó Mía. – Creo que tu papá – se dirigió a Pilar. – nos podría ayudar a sobrellevar esta situación.

- Che, tampoco es para tanto. Se habrán escapado como en el inicio de curso – alegó Tomás.

- No chicos, esta vez es diferente – intervino Lujan.

- ¿Y vos como lo sabes? – preguntó Guido.

- Chicos, ¿tienen el número de teléfono del departamento de Pablo? – preguntó Lujan

Los chicos se miraron el uno al otro.

- Yo lo tengo – respondió Tomás sacando de su bolsillo el celular. – Pero ya no es el departamento de Pablo sino de Paula.

- Por eso mismo – apremió Lujan para que le marcara el número. – Ella puede saber algo.

Mía la miró extrañada al igual que todos los presentes. Lujan esperaba mientras sonaban los tonos de llamadas.

- Paula, soy Lujan. Amiga de Marizza y Pablo. – dijo al oír su voz por la otra linea. – Necesito que vengas al Elite Way ya – le ordenó. – No, no es una joda. Pablo desapareció.

Ante la confesión, Paula le prometió que en menos de media hora estaría en el Elite. Una vez que descolgó el celular, una vorágine de dudas agolpó la cabeza de Tomás y Guido.

– Ustedes saben algo – dedujo Guido . - ¿Qué está pasando?

- No sabemos nada – dijo Mía buscando la mirada cómplice de Lujan.

- No, algo saben. – rebatió Tomás.

- Tenemos una ligera sospecha – admitió Luján. – Pero no pueden saberlo.

- Eh nena – se acercó Guido de mala manera a la chica – Decime lo que sabes. Pablo es mi amigo y nosotros también estamos igual de preocupados que vos con Marizza.

- ¿Qué está pasando acá? – apareció Pablo Heredia. Guido se separó bruscamente de Lujan y todos quedaron mudos ante la presencia del preceptor. - ¿No escucharon el timbre? Es hora de ir a clases.

Los chicos asintieron y se marcharon hacia la clase. En cambio, Lujan y Mía se escabulleron para dirigirse a dirección. Dunnof debía saber lo que estaba ocurriendo.


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Hola a todxs

Nuevo capítulo de EWS. Cada vez falta menos para llegar al desenlace de la historia. Espero que os  guste. 

Un besazo y cuidaros 

MUACK

❤❤❤❤

Elite Way School 5º AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora