Capítulo 25. "Errores"

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- ¿Vas a dejar que se vaya? – le preguntó Martín a su hija.

Él conocía la relación de ambos. Era una relación llena de altibajos. Ya sea por el carácter podrido de su hija o ya sea por las inseguridades de Pablito que lo obligan a hacer más de una pavada. Sin embargo, ambos no podían detener sus sentimientos y tarde más o tarde menos se acababan acercando. No lo podían evitar.

- Se fue. Es mejor así – le contestó Marizza.

- No te creo – se burló – Mi hija se achanta a sus propios sentimientos.

- Eh eh eh – se alteró – Yo no me achanto de nada. Yo vine acá para estar relajada, para olvidarme de mi mamá, pa...

- ¿Tu mamá? – preguntó Martin de brazos cruzados. – Marizza Andrade ¿qué pasó con tu mamá?

- Na...

- Marizza... - dijo entre dientes

- Está bien... - dijo. – Y...Y... Estoy hasta los pomelos de ella... Me pone nerviosa. Me ahoga. Me sobreprotege de más. Y... Yo necesito mi espacio pa. Y ella solo sabe meterse meterse y meterse ... Y... Y me cansé- se intentó justificar. Su padre le miró con mala cara. - ¡Es verdad! ¡CREEME! No sabés la última que se mandó... Profesora de coreo del Elite Way School. Otra vez papá. ¡Otra vez! Y yo me cansé y me fui... Y...

- ¿Cómo? – gritó sin control-. ¿Te escapaste?

- Y... No.... Me tomé unos días libres– intentó salir del paso. – Por cuenta propia

- ¡Marizza Andrade te pasaste señorita! Esta vez te pasaste – le regañó su padre. Marizza quiso hablar, pero su padre la calló – No quiero que me contes nada. Ahora mismo vamos a llamar a tu mamá...- sentenció Martin entrando en la casa, pero algo lo paró que le hizo retroceder. - Y Pablo... No... Ese muchacho vino acá por vos – dedujo.

Martín entró en su casa. Cogió el abrigo del perchero y de nuevo salió con las llaves de su auto.

- ¿Dónde vas? – preguntó Marizza arrepentida.

- Por Pablo. No puedo permitir que se vaya así. Sin un "gracias por jugártela por mi hija" ... – le dijo – Pensá en lo que le vas a decir a tu madre. – le espetó serio y se marchó.


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En Buenos Aires, Luján se encontraba en la sala de enfermería. Había podido zafar del director en cuanto le quitó la carta trucha pero no pudo zafar del médico.

Le iba a caer la monumental.

- Lujan mi nena – entró Sonia angustiada. - ¿Qué te pasó?

- Señora Rey y Señor Colucci – saludó el médico. – Su hija no tiene nada. Ese desmayo o esos mareos que manifestó tener fueron falsos. – le informó el médico y ambos miraron a Lujan – Los análisis salieron bien y no presenta ninguna irregularidad.

- Gracias doctor – agradeció Franco. – ¿Nos podría dejar a solas con la alumna? – pidió y el médico se retiró

- Ay mamita mía, ¿Por qué hacés eso? – preguntó Sonia nerviosa. – No necesito más bardos mi amor. Con Marizzita, mi ciela bella de mi corazón, tengo bastante.

- Lujan, ¿qué pasó? – preguntó más sereno Franco.

- Hice una pavada... Estábamos encerrados sin salir del aula... Teníamos que buscar alguna excusa para salir de allá y se nos ocurrió...

- ¿Qué hicieron? – preguntó Sonia. 


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Nuevo Capitulo espero que os guste. 

Esto se va animando. 

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