Capítulo 52. "La primera vez..."

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¡Holas chicxs!

No me entrengo mucho que estoy en un descansito del trabajo. Os dejo el siguiente capítulo. 

Estamos llegando al término de la historia. Aun queda algunos capitulos más pero esto se acaba. 

Espero que os guste y muchísimas gracias por vuestro apoyo. 

Un besazo enorme y cuidaros. 

El lunes maratón de tres capitulos. 

MUACK 

❤❤❤❤❤❤❤


CAPÍTULO 52

En el sector de las chicas, Pablo y Guido recorrieron el pasillo que les llevaba a la habitación de Marizza. El corazón de Pablo palpitaba muy rápidamente. Llevaba mucho tiempo intentando entender, conocer y comprender qué le pasaba a Marizza, qué era lo que la tiene tan distinta.

Entraron con cuidado en la habitación y encendieron la luz. Guido se quedó de campana en el umbral de la puerta para darle margen a Pablo. No sabía que era lo que buscaba. Suponía que algún detalle que le permitiese comprender la actitud de Marizza. Buscó entre los libros de los estantes del escritorio. Entre estos encontró escondida una foto de ambos. Sonrió. Era del año pasado. Al comienzo de las vacaciones, antes de su ruptura.



//// Unos meses atrás////

"Habíamos quedado en mi apartamento. Era la primera vez que Marizza y yo íbamos a compartir una noche completamente a solas. Eso me ponía muy nervioso. Tanto que no sé cuánto tiempo tardé en decidir que camisa me iba a poner o qué menú iba a preparar para esa noche.

Había estado con varias chicas, es cierto, pero ninguna se podía comparar con ella. Ella era especial. Ella era la mujer que todo hombre necesita y que suerte la mía el tenerla conmigo.

Sabía que ella estaría igual de nerviosa, no era para menos. Por eso, cuidaba al mínimo detalle todo para que estuviera cómoda. Quería que fuera una noche especial. Nuestra noche.

Terminé de arreglar la mesa colocando las velas en el centro. Con una cerilla, encendí las velas y miré desde lejos la comida que estaba en el horno. Unos minutos más y estaría lista. Saqué una botella de vino, pero, en ese instante, rechacé el ponerlo en la mesa. A Marizza no le gustaba. Cogí una botella de agua, esa sería la mejor opción.

El timbre sonó y, con ello, mi corazón dio un vuelco. Era ella. Saqué la comida del horno rápidamente y la emplaté a toda prisa a la vez que vociferaba un "ya va". Puse el plato encima de la mesa y me acerqué a la puerta.

Antes de abrir me miré en el espejo. Miré mi imagen. Sonreí orgulloso de mí mismo. Era un Pablo diferente. No era el nenito de papá, inmaduro y caprichoso. Era un hombre que había afrontado sus problemas, había luchado y la vida le sonreía ante tanto esfuerzo.

Me alisé la camisa y me dispuse a abrir la puerta.

Ahí estaba ella. Con una sonrisa tan amplia que dejaba ver sus dientes blanquecinos. Totalmente emocionada. Con un brillo de ojos especial. Sumamente nerviosa, al igual que yo.

Pasó el umbral de la puerta y le quité el abrigo que llevaba para colgarlo en el perchero que tenía próximo a la puerta de entrada.

- ¿No vas a decir nada?

¿Qué iba a decir? Su imagen me había hecho quedar totalmente mudo. Estaba guapísima. Se había alisado el pelo y retirado el par de mechones que habitualmente le tapaban su fina cara. Había elegido un vestido sencillo, como ella, pero le sentaba de maravilla. Dejaba al descubierto sus piernas desnudas. Pude ver que ganó un poco de altura gracias a unos tacones. Ese detalle me sorprendió bastante.

Elite Way School 5º AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora