Capítulo 51. "Discreción"

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¡Hola mis lectores y lectoras!

Hoy se me ha echado el tiempo encime pero como os dije estoy a full con el trabajo. Trabajo muchísimas horas pero aquí está el nuevo capítulo. 

Muchísimas gracias por vuestros comentarios. Me emociona mucho que piensen que escribo bien. Intento mejorar cada día pero me alegra que poco a poco vaya a mejor. Gracias, sois increíbles. 

Un besazo enorme y cuidaros 

Nos leemos mañana en un nuevo capítulo. ¡Ojo! El capitulo de mañana es uno de mis favoritos. Lo disfruté mucho escribiéndolo. 


CAPÍTULO 51

En el living, Tomas y Pilar se besaban tiernamente en unos de los pufs frente al televisor. Con todos los talleres y actividades, no tenían tiempo para dedicarse tiempo. Esa misma tarde, uno de los talleres se canceló y ambos estaban disfrutando del tiempo extra inesperado.

- Echaba de menos estos ratitos con vos – dijo Pilar abrazada a Tomás.

- Y yo mi amor. – corroboró el chico dándole un beso en la cabeza

- Cuando termine el colegio, ¿qué haremos?

- No entiendo mi amor. ¿A qué te referis?

- ¿Seremos capaces de permanecer juntos, aunque tomemos caminos diferentes?

Tomás no esperaba la pregunta de su novia. Le pilló totalmente desprevenido. Es cierto que ambos tenían unas metas diferentes en cuanto a su futuro, pero nunca había pensado en cómo iba a influir como pareja.

- Siempre estaremos juntos, no lo dudes – ella sonrió ante su respuesta y Tomás la besó con dulzura. Ambos se abrazaron durante un buen rato, lo necesitaban. Tomás alzó la vista y vio a sus dos amigos, Pablo y Guido, agitados en una esquina. Comenzaba el plan y a él se le había olvidado. Y el plan, concretamente, comenzaba con su novia. – Pili – llamó su atención. - ¿vos cómo te llevas con las chicas? ¿Mejor?

- ¿Por qué me preguntas eso? – se reincorporó para tenerlo de frente.

- No, curiosidad... Siempre has tenido problemas con ellas por ser la hija del director y desde que comenzamos el curso estás distante.

- Si y bueno... Cada una va a la suya... Aunque no me tratan mal.

- Ya – sopesó Tomás. No sabía cómo seguir la conversación. Miraba a sus amigos que les hacía gestos para que continuara- ¿Y si no vas con ellas? La verdad no me importaría... Así pasan tiempo juntas. 

- Acabamos de decir que extrañábamos tener tiempo para nosotros y ahora vienes con este verso – le miró incrédula. - ¿Qué pasa Tomás?

Le había pillado. Tomás instintivamente miró en dirección a sus amigos, gesto que no pasó desapercibido para Pilar. Miró a la misma dirección que su novio y allí vio, detrás de una columna, a Pablo y Guido.

- Eh, vengan acá – se levantó Pilar. Los chicos la obedecieron. – Me vais a explicar ahora mismo que quieren

- Nada amor – dijo Tomás restando importancia. – Ellos querían echar una partida en el billar, pero no se animaban porque no nos querían molestar.

- Si claro... ¿Es un chiste? – dijo sin creérselo. - ¿Qué pasa?

- Es un asunto personal... - divagó Guido.

- Si un asunto personal... Pero usaron a Tomi para recoger información por parte mía – les pilló.

- Es por el bien de...– dijo Tomas.

- Vos, la palabra discreción no la entendes – se enojó Pablo sin dejar que continuase. "Buchón", pensó. 

- Pili necesitamos saber dónde están cada una de las chicas – habló Tomas.

- ¿Para qué?

- No la pongas difícil – se quejó Guido.

- He dicho que para qué...

- Quiero sorprender a Laura – dijo Guido. – Y quiero dejarle un regalo en la habitación.

- Oh pero que romántico que sos – sonrió enternecida Pilar. Los tres sonrieron. Lo habían conseguido. – Pues no te preocupes, no hay nadie allá. Laura está con Luján entrenando para el grupo de porristas, Luna está con Mia en el bar y Marizza está en la lavandería acatando el castigo que le puso mi viejo. Tenés vía libre, andá

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En el bar, Mia estaba charlando con Luna. Había conseguido información sobre el número que habían llamado. Se trataba de un bar de copas que recién había abierto en Buenos Aires. Parece ser que había un tal Nicolás trabajando allá. Mia vio la oportunidad perfecta para contarle a Luna. Su amiga había perdido la esperanza y esta noticia podría devolvérsela.

- No sabes si será él – dijo Luna. – Después de tanto tiempo, no tiene sentido.

- Sí que lo tiene Luna. – le contestó Mia. – Lo tiene y mucho. Estaban re enamorados y no comprendo que Nico se haya marchado así, sin más. No. Si yo creo en el amor Luna, es gracias a vosotros. – sollozó Mia. – Ayudáme a ayudarte. Lo necesitas y yo también lo necesito. Necesito saber que no me equivoqué y que aún existe el amor. Por favor...

- Tengo miedo – se sinceró – No sé si seré capaz de enfrentar la verdad.

- Yo estaré junto a ti. Te lo prometo 

Elite Way School 5º AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora