Elite Way School 5º Año

Capítulo 56. " Caos en el Elite"

Hola lectorxs!!!

Después de mi día caótico de maratón de ayer, hoy capítulo caótico. Porque los finales son así... Caóticos. Y cuando hablamos de rebeldía, más caótico aún. 

Muchisimas gracías por sus comentarios. De verdad que, nunca hubiera imaginado esta buena acogida de la historia desde los primeros capis... ¡Os quiero a todos!

Os dejo el capítulo... ¡Arde el Elite!

Un besazo enorme y cuidaros

❤❤❤❤❤❤

CAPÍTULO 56

- ¡AHHH! – se escucharon gritos desde el baño de los varones.

Lujan y Pilar reían tras la puerta. Escucharon unas zancadas y se hicieron a un lado. Quería ser testigos del gran espectáculo que habían organizado.

Del baño de varones, salieron Guido y Tomas totalmente alterados. Vestían solo una toalla que tapaba su zona íntima y agarraban en su mano los calzoncillos.

- ¿Qué paso Tomi? – disimuló Pilar estar preocupada.

Los chicos se rascaban su zona íntima con la intención de aplacar el picor que tenían. Se habían duchado, tras la clase de deporte, y cuando se pusieron los calzoncillos notaron, en un principio, ardor y tras ello un picor insoportable. Se lo quitaron rápidamente pero el picor aun perduraba.

- ¿Qué nos hicieron huecas? – dijo Guido desesperado.

- Sin agresiones – advirtió Lujan señalando con el dedo.

- ¿Vos tenés algo que ver con esto? – preguntó Tomás a la vez que se rascaba desesperado.

- Si y yo – respondió Luján – Vos por utilizar a Pili y vos – señaló a Guido – por no darle bolilla a Laura y, sobre todo, en su cumple-mes.

Ambas se fueron indignadas sin despedirse. Los chicos se miraron entre ellos.

- ¿Cumple-mes Negro? – le preguntó Tomás sin entender nada

- Oh no – se llevó las manos a la cabeza – La que me mandé...

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- ¡NUNCA!... ¡JAMÁS!... EN LA HISTORIA DEL ELITE WAY SCHOOL HA SUCEDIDO UN HECHO SEMEJANTE! – gritó Marcel Dunnof a los alumnos Bustamante, Alanis y Andrade en el despacho. - ¿Qué se creen que esto es un ring de boxeo? – los alumnos agacharon la cabeza. – Es bochornosa vuestra actitud – señaló a los dos varones. – y usted también Andrade... Tirar de los pelos a una mujer... Como una salvaje... ¡CATASTRÓFICO! Es bochornoso... - Pablo miró a Marizza sin entender nada. – Sus actos conllevaran un castigo A LA ALTURA de lo acontecido.

- Si yo no hice nada... Pablo se abalanzó hacía mí y me pegó – se defendió Javier.

- Porque vos sos el que amenazás de muerte a Marizza.

- ¿QUÉ? – exclamó Marizza – Pero sos un monstruo – se dirigió a Javier, pero Pablo la paró.

- ¡ANDRADE! – gritó Dunnof. – SERENENSE ALUMNOS. – ordenó. Javier se sentó mientras que Pablo sostenía a Marizza de pie. – Señor Alanís, ¿me puede explicar qué es eso de las amenazas? – se cruzó de brazos