Xichen se había puesto la gorra negra y se encaminaba a la camioneta negra con lunas polarizadas, que estaba aparcada en uno de los callejones de la ciudad de Chongqing. Wen Mao salió a su encuentro y le arrebató el maletín, otro de los hombres salía de la camioneta y también se acercó a él.
— Estira los brazos — lo hizo — abre las piernas — de igual manera — quítate el gorro — lo hizo y se lo mostró — bien — el hombre pasó sus manos por todo su cuerpo hasta por sus partes íntimas, tragó la saliva y se relajó — ten..— tomó la gorra y se lo volvió a poner — entra.
Lo hizo, Wen Mao se había quedado con su maletín, el otro caminaba detrás y abrieron las puertas. En su campo de visión apareció Wen Ruohan, vestido con un traje rojo y un saco negro y enorme que le cubría las piernas.
— Wang Xichen, es un gusto volver a verlo y veo que no está formal como siempre, nunca lo creí, un hombre como usted, que ha sido reconocido a nivel nacional como el mejor y con una imagen tan pulcra, esté mezclado con nosotros, eso merece un brindis, ¿No lo cree? — uno de sus hombres le tendió dos copas de champagne.
— Me halaga, pero dudo mucho que sea así como lo dice, me enteré hace unos días sobre el fallecimiento de la señora Shin y hoy fue su madre, usted trabaja muy rápido en cuanto a ello — aceptó la copa y la alzó al aire — merece ser halagado por eso.
— Tengo motivos — bebió — mantengo una reputación envidiable por muchos jueces, tiene que quedarse así, y dos mujeres no vendrán a joderlo.
— No tengo palabras, no me atrevería siquiera a pensar en que alguien pueda manchar su imagen — mintió y también bebió el champagne.
— Bueno, en todos lados soy el centro de atención, incluso ahora, dejemos eso y hablemos de verdaderos negocios, Wen Yuan por ejemplo.
— ¿Se puede considerar a un niño como un negocio?.
— Es el primogénito de mi hijo — señaló a Wen Mao quién iba conduciendo — en un par de años ese niño me dará mucho dinero y no será un desperdicio arriesgarse tanto.
— ¿Saldrá como realmente quiere? ¿Qué hará con el niño? — fingió que no le interesaba.
— Las ventas de órganos están muy bien pagadas, la venta infantil y de mujeres aún más, la prostitución, drogas, armas ilegales y los infantes me llenan el bolsillo — palmeó su cadera.
— Vaya, escuché que son buenos negocios y admiro que un hombre como usted no le tenga miedo a nada.
— Usted mismo lo ha dicho, te pagaré una gran fortuna si estás de mi lado, y si no..— le hizo un gesto con la mirada al copiloto.
Un arma se paseaba por su cuello y sien, no tuvo miedo, aún no podía morir sin antes ver tras las rejas a Ruohan.
— Entonces, ¿es así?, no puedo resistirme si por este medio es que convencen a estas personas de permanecer a su lado.
— Una vez que les doy dinero, dan su propia vida por defender la mía, piénsalo, Wang Xichen.
No dijo nada más, trató de ver por las ventanas del auto pero no se veía nada más que oscuridad. Calculando, por el frío y la pesada niebla, no serían más de las dos de la mañana. Apretó aún más los puños, por supuesto él no tenía nada que pensar, si estaba ahí era por una clara razón, si moría, todos tenían pruebas y Eddy ya tendría las fotos de esa noche. Sí, el oficial lo acompañó hasta cierto punto. No esperó encontrado fuera del hotel, pero aceptó ser acompañado, este quería arrestarlos ahí mismo pero se contuvo, ya estaría llevando las fotos con Jin Guangshan. Pensó en Jiang Cheng y en Wen Yuan, la señorita Shin tenía razón, querían vender a Yuan al extranjero, quién sabe para qué, seguro una familia buscaba adoptar un niño, seguro el desmembramiento de sus extremidades, etc, etc.
Wen Ruohan lo escudriñaba con la mirada, le hacía sentir como si ya supiera su plan, como si leyera sus pensamientos y eso le ponía nervioso.
— cuéntame de Jiang Cheng — habló de repente.
— ¿Qué?.
— Su padre fue muy amigo mío, ahora es un doctor muy reconocido y tiene una cadena de hospitales, creo que cada quién ha trabajado por su reconocimiento, Fengmian y Madame Yu, han tenido dos hermosos hijos, uno de ellos es Jiang Cheng y la señorita es...
— Jiang Yanli — completó Wen Mao.
— ¡Eso! — chasqueó los dedos.
— No sabía que conocía tanto a la familia Jiang.
— Ya le dije, Fengmian fue mi compañero, como no saber, si él me robó a la chica que alguna vez me gustó, Jiang Yanli y Jiang Cheng serían mis hijos pero el pasado es sólo pasado y ahí se queda, y veo que este mundo es tan pequeño que por coincidencia conociste al niño amargado.
— Nos conocimos hace unos meses atrás, estuvimos trabajando en un caso y también como ya sabrá, me acompañó para lo del asesinato de Shin.
— Sí, también que se quedó con Wen Yuan en el hotel — sonrió de lado.
— Él no tiene nada que ver con esto, por el momento; Wen Yuan está bajo mi poder y si lo dejé con Jiang Cheng es para no exponerlo y me está haciendo el favor de cuidarlo.
— Este caso era confidencial, ahora que la zorrita ha muerto, por decreto la tutela del niño pasa a nuestras manos.
— Eso...
— Lo sabes, la abuela ya murió, el niño está solo, y servicios infantiles se enterarán de la penosa muerte de Shin y su abuela.
— Sé que ya está a su poder, pero no podía arriesgarlo a traerlo conmigo, los mismos servicios infantiles harán una inspección cada fin de mes, si se llegan a enterar que Yuan tiene un sólo rasguño, ya no estaré para defenderlo.
— Tienes razón, por eso trabajarás para mí, ¿no es así?.
— No se ofenda pero soy mi propio jefe, sí, ahora tengo uno pero es temporal, me temo que él lo hizo a propósito al contratarme, sabía y está unido a usted.
— Eres muy astuto, eso me gusta, Xichen, ahora baja de la camioneta, hemos llegado.
Bajó de la camioneta y se sorprendió del lugar, podría derrumbarse con un sólo temblor.
— ¿Te preocupa la inestabilidad de este terreno? — una mano cayó en su hombro — veo que sí, por favor, adelante a nuestra humilde guarida.
— ¿El dueño del terreno...?
— Por supuesto, soy yo, por eso nadie puede venir a irrumpir, sólo el estúpido policía ese, estuvo aquí no hace muchos días y es su amigo.
Un golpe en la nuca le hizo caer de rodillas y llevarse la mano a la zona adolorida. Los hombres de Ruohan lo tomaron por los hombros haciéndolo levantar y caminaron hasta adentrarse a la cárcel.
— Este lugar es como un hospedaje, puedes escuchar con atención — la macabra risa de Ruohan se escuchó en cada rincón.
Una risa que fue interrumpida por gemidos, gritos de mujeres, jadeos, el lloro de cada una pidiendo ayuda, de niñas y por último las risas macabras de hombres, estos también emitían gemidos de satisfacción.
— Es un...puto...— no terminó de hablar ya que Wen Mao le golpeó con la rodilla en su estómago.
— Este es el dulce canto que alegraría a uno a cualquier hora, sea mañana, tarde o..madrugada, donde nadie pueda enterarse y puedes verlo con tus propios ojos.
— No necesito....
Un bate cayó con golpe en sus rodillas, segundo siguiente el ladrido de un perro y presencia llamaron su atención.
— Ésta preciosidad es mi amada — Wen Mao acarició a la perra que miraba con rabia a Xichen.
— No...no..me sorprende que sea eso...una perra — rió pero un golpe en su quijada le hizo caer acostado y sintiera el sabor metálico de sus labios y nariz.
— Nuestro invitado se está portando muy grosero.
— Wen Mao, encárgate de llevarlo al sótano — dijo Ruohan — no sin antes invitarle algún aperitivo.
Ruohan se fue y los diez que se quedaron a su alrededor golpearon a Wang Xichen sin piedad, que se quejaba en el piso y se cubría la cabeza y rostro con ambos brazos.

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Destiny - YiZhan
JugendliteraturWang Yibo es un chico de pocas palabras con unos grandes amigos, estudiante del último curso de preparatoria con 17 años, trabaja en un minimarket por las noches en la ciudad de Luoyang y está bajo el cargo de su hermano mayor Wang Xichen. Por otro...