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— Lo que quieran ponerme está bien, papás, no hay problema.

— Quiero comerlo a besos.

— Irá como yo.

Xiao Zhan les había comentado sobre la temática del festival y obviamente Yibo sabía de ello pero nunca se le dió por asistir a ese tipo de festivales. Ahora, gracias a su hermoso novio, tenía que ir, y no pudo negarse por una simple razón: que siempre acataba lo que le decía su azabache. Después de la larga plática nocturna que tuvieron, acordaron en ir a comprar las vestimentas que usarían.

Las clases estaban en pausa hasta el día viernes, pues ya era 3 de octubre y necesitaban tiempo para arreglar todo. Sólo los maestros tenían que asistir para ayudar con la decoración. En ese momento quedaban tres horas para que Xiao Zhan se fuera al instituto, y se encontraban en un centro comercial de trajes tradicionales.

— Me encanta el color negro y rojo, ¿tendrá algo así? — Zhan apoyó el codo sobre el mostrador y levantó una ceja.

— Hay muchos hanfus de ese color y a usted... — miró al azabache de pies a cabeza pero se ganó una severa mirada del castaño, que atraía a su novio cerca de su cuerpo — le vendrá muy bien esos colores que está buscando, acompañeme, por favor — señaló hacia el pasillo y se encaminó hacia allí.

— Bo-di, ¿qué usarán ustedes dos? — había pensado en eso claramente, y dudaba que a su pareja le gustara los colores variados, o muy coloridos. No, eso definitivamente no iba con su chico, y conociendo a SiZhui, este querría ir igual a su padre.

— Buscaremos con SiZhui, pero primero iremos contigo — lo tomó de la cintura mientras caminaban. Ese vendedor tenía la vista fija en su novio y no lo permitiría. ¿Pero a quién podía engañar? A Zhan se le notaba mucho las curvas de su trasero y caderas, también tenia una pequeña cintura que le daba cierta delicadeza a su cuerpo, y ni el jersey que llevaba puesto podía cubrir lo que penetraba cada noche, su trasero.

Por eso, tenia que cuidar mucho a su chico.

— Papá, ¿tienes hambre? — SiZhui se había dado cuenta de su padre, como miraba embobado el cuerpo de Xiao, también se había dado cuenta que estaba babeando literalmente, seguro estaba pensando en comida. Sí, eso debía ser.

— ¿Por qué lo dices, cariño? — Zhan se arrodilló a la altura de su hijo.

— Papá está babeando, creo que tiene hambre — le dijo al oído.

Zhan rió ante las ocurrencias de su hijo, y era bueno que no lo entendiera aún. Ya sabía por qué su castaño estaba literalmente babeando, es que era tan obvio, pues no apartaba la mirada de su trasero, seguramente recordando lo que habían hecho la noche anterior. Así que se levantó y abrazó a su novio por los hombros.

— ¿No puedes controlar tu hambre, verdad?.

— Mmn.

— SiZhui piensa que quieres comida — le susurró al oído y pasó su nariz por el cuello de Yibo que suspiró sonoramente.

— Zhan-ge...— estaban en público, no podía tener una erección ahí mismo, y menos delante del pequeño SiZhui que veía por aquellas vitrinas las pelucas grandes y azabaches.

— Lo haremos en la noche, pero esta vez..— besó la oreja de su novio — será en la ducha  — lo soltó y corrió hasta donde el vendedor lo llamaba con la mano.

Wang Yibo fue hasta SiZhui, lo sentó en una blanquilla y le pidió que no se moviera. Tenía que ocuparse de disminuir aquél bulto que empezaba a notarse en sus pantalones.

Xiao Zhan se adentró al probador y se desvistió. Era una suerte que su castaño no lo haya seguido, si no, temía que lo poseyera ahí mismo y no querían pasar la peor vergüenza de la historia, aunque era excitante. Alejó esos pensamientos y empezó a vestirse. Había pensado en no mostrarle a Yibo como se vería con la vestimenta, sería una sorpresa para su pareja. Cuando se vió en el espejo, soltó un jadeo, su corazón se aceleró y su cabeza dió vueltas pero pudo controlarse. No sabía que pasaba pero amó la imagen que veía y sentía que ya conocía muy bien, sólo le faltaba la cabellera larga que se encargaría de comprar. Sin duda alguna el negro le asentaba más que bien y el rojo, eran la combinación perfecta, el cinturón con decoraciones de agujeros le hacia marcar su cintura y sobresalía un poco de sus caderas. Ya estaba listo, ahora faltaban sus dos chicos. Se apresuró en cambiar y pagó por el traje. Al salir, sólo SiZhui estaba sentando frente a él, mientras jugaba con sus piernas.

— ¿A dónde ha ido? — SiZhui se colgó de su mano y bajó de la blanquilla.

— Se fue por ahí — señaló.

Soltó una carcajada. Estaba más claro que el agua, pues Yibo había ido a atender su necesidad. Se alegraba que sólo él pudiera provocar tanto al castaño y con sólo unas cuantas palabras. Esa noche lo compensaría, por suerte su trasero se había acostumbrado tanto y le encantaba cuando Yibo le decía lo estrecho que era.

— Encontré la vestimenta perfecta pero no lo verán hasta el día del festival — su hijo no replicó nada, mas tenía una sonrisa en el rostro.

— Entonces papá y yo no te dejaremos vernos con nuestros trajes — alzó el mentón y cruzó su pequeños bracitos.

— Apuesto a que os verán muy hermosos.

Revolvió los cabellos de SiZhui, y a los segundos ya tenía a su castaño abrazándose de su cintura.

— Aquí está lo que usaré — alzó la bolsa de seda donde estaba su traje — me verán el día del festival y SiZhui dice que tampoco os podré ver — hizo un puchero — y mejor si es así, nos vamos a sorprender.

— Mmn — besó los labios de su azabache.

— Debo irme, os dejaré y así podrán elegir vuestros trajes, ¿qué os parece? — guardó la bolsa en su mochila y sacó su teléfono, faltaba una hora para ir al instituto.

— Mmn, ve con cuidado — depósito un beso en la frente del azabache y otro en los labios rojos que respondieron al instante.

Se despidió de SiZhui con un beso en la mejilla y se fue corriendo a la salida.

Yibo y SiZhui se miraron entre sí y asintieron. Ahora ellos tenían que sorprender al mayor. Aunque él les repetía todo el tiempo que eran hermosos con lo que sea que llevaran puesto. Sabia que esa ocasión no sería la excepción.

— Papá, lo sorprenderemos, ¿verdad?.

— Mmn — tenía que encontrar algo que quedaría muy bien con su personalidad, y también con la de SiZhui, hasta que halló un maniquí — ¿te gusta el blanco?.

— ¡Mmm!.

Destiny - YiZhan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora