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— A-Bo...lamento no tener tiempo para ti, espero que te encuentres bien en los estudios, el hermano mayor estará de vuelta el lunes por la noche — Xichen sabía que su hermano era de pocas palabras, así que espero al menos su típico Mm.

— Xi-gee, descuida, voy bien, cuídate y llega con bien — sin dejar hablar a su hermano mayor, colgó.

Y es que nada estaba bien, había reprobado el primer bimestre en literatura y no porque quisiera, es el simple hecho que el maestro es un gilipollaz que no sabe dictar las clases, sus compañeros estaban en las mismas, nadie podía ayudarle y cuando buscaba en Google, tampoco le aparecían ideas tan claras. Eso le tenía muy de malas.

Se levantó del sofá y se vistió para ir al trabajo, por suerte nadie podía exigirle nada porque su tío, Wang Qiren, le había dado el puesto de cajero para su minimarket y el simplemente había aceptado. Eran aproximadamente las seis y media, por suerte era viernes y no tenía estudios al día siguiente. Se colocó la capucha y salió del departamento alquilado, su hermano estaba trabajando para poder comprarlo y el ayudaría también con ello porque no querían todo tan fácil.

Salió del bloque de departamentos y caminó hacia la tienda "Gusu's. Con las manos en los bolsillos y audífonos en cada oreja y se dirigió a su trabajo, por suerte estaba a unas calles de dónde vivía. Al llegar, vio a su tío alistándose para ir a quien sabe dónde.

— oh, Yibo, llegas justo a tiempo, tengo que ir a ver el nuevo terreno para la nueva tienda que abriremos, te quedas a cargo, Guangyao te dejó la cena en el microondas, llámalo si necesitas ayuda — se puso el sombrero y salió.

— Mmm.

Wang Yibo suspiró y se fue a su lugar. A medida que pasaba el tiempo iba llegando más gente.

— diez con cuarenta y cinco yuanes — dijo mientras marcaba el precio en la caja.

— aquí tiene, gracias — dijo la joven antes de salir.

Quería sentarse un rato pero vio a la gente llegar y dispersarse por los pasillos y un señor llegando a pagar su producto. Hasta que entró un joven alto, delgado, cabello negro y un rostro que parecía sacado de los hombres más bellos del planeta, éste tenía dos maletas grandes y una mochila a la espalda, era la primera vez que lo veía. El joven dejó sus cosas (excepto la mochila) a un lado y se perdió por los pasillos de ramen.

— ¿me darás mi cambio, jovencito? — habló el señor que tenía la mano extendida.

— oh, si, lo siento mucho — hizo una reverencia y le dio su cambio junto a su bebida.

Se sentía ansioso porque ese azabache llegara a la caja, calculando, no pasaría de sus diecinueve años. No parecía ser de la ciudad ya que la tienda de su tío era la que tenia mas clientes, entre ellos, turistas, seguro era uno, por eso las maletas. Lo vio aparecer con cuatro paquetes de ramen extra picante y tres botellas de baijiu. Se paró frente a él y puso sus compras en la banda negra para registrarlas.

— Eh, disculpa...hola — el chico agitaba su mano frente al rostro de Wang Yibo — ¡hey! — el grito le hizo reaccionar y el azabache sonrió — hasta que por fin — suspiró y se giró a por su mochila a sacar su cartera.

— disculpe —hizo una reverencia y registró los códigos.

— descuida, se ve que has de estar cansado, pareces un menor de edad, deberías estar en cama descansando, aunque los jóvenes de hoy en día quieren desvelarse, pero tú estás aquí trabajando y eso es bueno — hablaba el chico mientras buscaba su cartera y lo especial era que no dejaba de sonreír.

Su sonrisa era la más preciosa que había visto, su voz, como empequeñecia los ojos cada que sonreía. Esto causó que a Wang Yibo se le enrojecieran las orejas.

— yo...solo ayudo..a mi tío y hermano — dijo sin más mientras aceptaba el dinero.

— un chico trabajador, eso es súper, gracias...— observó el nombre en la camiseta del cajero — Wang Yibo.

Guardó las compras en su mochila y fue hacia sus maletas.

— espere...— reaccionó tarde puesto a que el chico ya había salido.

"Tengo el presentimiento que ya nos hemos visto antes, ¿pero dónde?, este presentimiento es tan fuerte, quizá nos hemos cruzado alguna vez, no importa, quiero volver a verte".

Fue lo que pensó mientras se sentaba por fin. Calentó su cena y se dispuso a comer con una sonrisa en el rostro. Hasta pronunciando su nombre se veía tan hermoso. No lo olvidaría, ahora con más ganas trabajaría hasta volver a coincidir con el.

Destiny - YiZhan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora