Destiny - YiZhan

38°

— Seguro ya ha ganado esa carrera — estaban los dos apoyados en la pared y gracias a Yixuan, Xichen ya no tenía las manos encadenadas.

— Hoy se termina todo — suspiró.

— ¿Cómo estás tan seguro? — se apoyó en el hombro de Xichen.

— Jin Guangshan y yo hicimos un acuerdo, nada puede fallar esta vez.

Las rejas se abrieron y ambos se exaltaron, más al ver a Wen Mao. El primero en levantarse fue Xichen que se colocó delante de Jiang Cheng.

— Traigo un regalo para tí — le dió el móvil.

Xichen lo tomó dudoso y le puso play al vídeo.

— Abrelo, Bo-di.

— Mmn.

Abrió los ojos muy sorprendido y asustado, sus manos estaban temblando y sus piernas le fallaron, cayó de rodillas junto a Yibo en el vídeo.

— Hermano...

Las lágrimas de su hermano. Él ya no las veía desde que Yibo tenía seis. Se abrazó el móvil al cuerpo y sollozó.

— Por favor...él no tiene nada que ver...dime qué no le hiciste daño...¡DÍMELO AHORA! — tiró el móvil y se aventó sobre el cuerpo de Mao.

Empezó a estampar su puño contra el rostro ajeno, en cualquier parte, sus nudillos estaban abiertos pero no le importó. Los quejidos de Wen Mao le hicieron sonreír, así que se levantó y puso el pié encima del rostro y segundos después lo pateó.

— No le hicimos nada...alto...no..no le hicimos nada — trató de levantarse pero Xichen se sentó sobre su pelvis y aprisionó ambas manos contra el suelo — él...está afuera — tosió — ordené a mis chicos que..no hicieran nada hasta el momento, sólo..sólo preguntó por su novio y no sé más, estoy aquí.

— ¿Novio? — era Xiao Zhan, habían ido a por ellos.

— El sinvergüenza — volvió a toser.

— ¿Le hicieron daño a Xiao Zhan? — entrecerró los ojos y le quitó el arma que portaba en la cadera — levanta, llévame con ellos.

— Dijo...¿Sinvergüenza? — preguntó Jiang Cheng, le habían hecho daño a Xiao Zhan.

— El idiota mató a uno de mis hombres, le hizo una abertura en la pierna a otro con una maldita cuchilla y murió desangrado, desafío a mi padre, y es un puto charlatán que aún en los momentos más peligrosos sigue riendo y tiene hambre, ¿qué clase de ser es ese? — levantó las manos a la altura de su cabeza y salió con Xichen detrás y Jiang Cheng secundándolos.

— Definitivamente ese es mi idiota — se alegró. Xiao Zhan era increíble.

— ¿Dónde está?.

— Lo tienen dormido — estaba sudando frío, el arma en su cabeza le daba tanto miedo.

Subieron las escaleras hasta llegar a la primera planta, ahí se encontraba Yibo con un barrote en mano, dos hombres tirados en el piso y tres más a su espalda. Tenía el labio, la nariz y las cejas rotas, sus nudillos estaban derramando sangre, tenía un corte en su abdomen y el pié sobre un cuerpo inerte. Aún no se había dado cuenta de los recién llegados.

— Será la última pregunta — lo apuntaron con el arma — ¿dónde está Xiao Zhan? — preguntó tan pacíficamente que no parecía ser quién hizo toda esa masacre.

— Está con Lila — habló uno de repente y se alejó en cuanto Yibo se acercó y arrastraba el barrote.

— ¿Está con una mujer? — alzó una ceja.