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Jiang Fengmian, un apuesto, inteligente y bondadoso médico. Su esposa, madame Yu era tan bella y su juventud opacaba el número de sus años. Ambos tenían una familia hermosa de tres hijos. Sí, aunque le había costado a la mujer, había aceptado al hermoso azabache. Jiang Yanli, Jiang Cheng y Xiao Zhan, sus tres tesoros de la pareja Jiang. Madame Yu se dedicaba a su hogar, mientras su esposo, Jiang Fengmian era un prestigioso medico y había fundado sus propios hospitales y algunos de ellos les fue heredado por su abuelo y padre.

Ambos se encontraban sentados en el sofá y tenían el rostro de pocos amigos. Frente a ellos estaban Jiang Cheng y Wang Xichen, arrodillados y reverenciados.

— Me han hablado mucho de usted, Wang Xichen — Madame Yu escudriñaba al chico pelinegro con la mirada — sé que es y ha sido de gran ayuda para nuestro hijo, ¿a qué se debe su visita en esta noche?.

— Madame Yu, Jiang Fengmian, os saludo y nuestro mis respetos ante ustedes — sonrió amablemente — he venido por su hijo.

— ¡¿Qué?! — Fengmian no permitiría que se llevaran a su retoño, le había costado dejar ir a los otros y no perdería al último.

— Por favor, continua — Madame Yu acarició la mano de su querido esposo para así tranquilizarlo.

— Señor Fengmian, casualmente he podido conocer a Xiao Zhan antes que a Jiang Cheng....

— ¿Conociste a mi hijo? ¿cómo está él? ¿cuándo lo viste? — su corazón empezaba a latir fuerte, era la emoción de al fin saber algo de su hijo, a pesar que hablaban por teléfono casi todos los días, le emocionaba saber de él.

— Seguro está muy revoltoso como siempre, aún me sorprende que sea un profesor a sus veintidós.

— Madame Yu, déjeme decirle que es un honor para mí el haber conocido a vuestro hijo, a pesar de su juventud, hace un magnífico trabajo, y señor Fengmian, él está más que bien y lo conocí en marzo, me sorprendí tanto por lo joven y serio que se veía, Xiao Zhan es una caja de sorpresas.

— Es mi hijo, ¿qué puedo decir?, mis tres hijos son los más inteligentes y hermosos de esta tierra.

— No lo podría poner en duda, es por eso que pido permiso para llevar conmigo a Wanyin, el joven Zhan me ha comentado lo mucho que extraña a ambos hermanos, Yanli y Wanyin — miró a este último — en Luoyang; vivo casi a dos cuadras de Xiao Zhan, los dos estarían juntos cada que se les venga en gana.

— Es una buena propuesta, y es agradable saber que ambos estarán juntos, siendo así...— miró a su esposa que suspiraba y asentía con dificultad.

— Bien, sé que A-Zhan y usted cuidarán de mi hermoso Wanyin.

— Mamá, puedo cuidarme solo — refunfuñó.

— Silencio, eres mi niño consentido, no puedo permitir que te pase nada malo, debo cuidar a mi retoño y ahora te estoy dejando ir tan fácilmente sólo porque sé que estarás con Xiao Zhan, aunque lo pienso y ese revoltoso te llevará por el mal camino — espetó.

— Querida, A-Zhan es....— sonrió nervioso — cambiemos de tema — conocía muy bien a su hijo, podía ser todo menos serio, por eso no dijo más.

— Os aviso, tienen que celebrar las Navidades y el año nuevo lunar con nosotros, Yanli también nos lo prometió y sé que A-Zhan también vendrá.

— Afirmo eso, Madame Yu, Zhan me ha comentado lo emocionado que está por celebrar esas fechas con vosotros.

— Entonces está decidido, Jiang Cheng, te pediremos que cuides mucho de ti, y Wang Xichen, nuestro hijo está en sus manos, algún rasguño e irás a parar tras las rejas — advirtió Fengmian.

— Lo cuidaré muy bien, y gracias por su permiso, nos estaremos yendo este mismo martes si es posible — avisó y volvió a hacer una reverencia, Wanyin también le siguió.

— Todo sea porque nuestros hijos pasen tiempo juntos.

Wang Xichen se despidió del matrimonio Jiang y se fue rumbo al hotel dónde se estaba hospedando. Ya era hora de volver a Luoyang.

— Fengmian, ve a descansar iré enseguida, necesito hablar con mi hijo.

Jiang Fengmian hizo caso a lo que ordenó su esposa. Mientras Madame Yu abrazaba a su hijo y lo pegaba a su pecho.

— Podrás engañar a tu padre pero a mí no, ese tal Xichen te gusta.

— ¿Cómo no gustarme? Es apuesto, y se atrevió a darles la cara, pero no le dejaré el camino tan fácil.

— Eres como tu madre, si de verdad quiere estar contigo, tendrá que luchar hasta el final así como lo hizo tu padre por mí.

— Tomaré todo eso en cuenta, mamá.

Madame Yu, se caracterizaba por tener un carácter dominante, tenía una belleza que las demás admiraban, era la segunda cabeza de su hogar y no sólo era su marido. A veces era muy estricta, la mayor parte del tiempo casi, pero cuando se trataba de sus hijos, no podía. Cuando llegó Xiao Zhan a la vida del matrimonio, no fue nada fácil, principalmente porque Zhan tenía un alma libre y aventurero, cosa que ella no toleraba mucho. Hubieron veces en el que lo había azotado con Zidian, pero no le causaba ni el menor daño. Ese azabache era la oveja negra de la familia, sus antepasados lo sabían, ella lo sabía, era la reencarnación de alguien que odió en el pasado y ahora quería a ese revoltoso chico.

Tanto Fengmian y Madame Yu sabían que Xiao Zhan llegaría a sus vidas, así como lo hizo en la vida de sus antepasados. Sí, conocían muy bien la historia del matrimonio Lan, era como si ellos mismos lo hubieran vivido. No se equivocaba, estaba segura que pronto aparecería la otra mitad de Zhan. Ya no estaba con ellos y debía admitir que lo extrañaba, pero también le daba cierto alivio. Ya llegaría el día en que le tuviera que contar sobre su pasado, sobre a quién amó en aquellas épocas, sobre las cosas malas que hizo pero todo tuvo su precio, más el amor que Wei Wuxian le tenía a Lan Wangji era único y genuino. Ahora su Jiang Cheng y Wang Xichen cambiaron la historia, pues se habían enamorado, por eso no replicó nada, porque por más que los hubiera separado, ellos se hubieran buscado hasta en el fin del mundo.

Destiny - YiZhan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora