32°

5.3K 600 62
                                        

Los gemidos y jadeos de ambos inundaban la habitación, sólo eso y sus pieles chocando era lo único que se escuchaba. Era la segunda vez que lo hacían en esa noche, no podían dejar de quererse, convertirse en uno, en cuerpo y alma.

— Yibo..¡Ahhh!...— gimió llegando al clímax.

— Zhan-ge...— gimió por lo bajo al sentir como Xiao Zhan apretaba su hombría y le hacía correr dentro.

Se quedaron en esa posición unos cuantos minutos, después Yibo salió de Xiao Zhan, robándole un gemido. Se tumbó encima del mayor y respiró su aroma, era tan delicioso y dulce, le encantaba el olor a loto que emanaba.

— Loto — susurró y abrazó la cintura delgada de su pareja.

— ¿Loto? — se olió así mismo — vivía en el valle de loto, pero no pensé que el olor se impregnara en mí, es raro.

— Es delicioso — se tumbó al lado de su pareja y lo abrazó.

— Y no sólo eso, la sopa de costilla cerdo y loto que hace mi shijie, es la mejor — sonrió al recordar aquellos tiempos — para las vacaciones iremos al valle de loto, amarás ese lugar, queda cerca de Chongqing, aunque mi padre te querrá matar o dar unos buenos golpes y madame Yu te azotará con Zidian, pero estarás bien, cariño — palmeó el pecho de su amante.

— Mmn — pero su curiosidad le hizo preguntar — ¿Zidian? — miró de reojo a Xiao Zhan que hacía dibujos en su pecho con el dedo.

— Como decirlo, ella dice que; Zidian es un arma, un látigo que se le heredó hace muchos años, probablemente hace milenios, es un arma ancestral, en casa tengo una flauta, no sé pero según mi tío; cuando me vio por primera vez en una cuna, ya lo tenía en las manos y preguntó a mi verdadero padre de dónde la había sacado puesto a que era muy bonita y le respondió que no había dicha flauta entre mis manos, después mis padres murieron, y el instrumento desapareció en ese entonces — hizo un puchero y sonrió melancólico — y pensó que se había dado por perdida, luego, un día, estaba jugando con Jiang Cheng y, apareció en mi cama, en ese entonces recién me adaptaba a la perdida de mis padres y caí en depresión, le pregunté a mi tío y me dijo que no sabía cómo había llegado ahí, él también la había dado por perdida, fue curioso, madame Yu dijo que esas cosas pasaban, seguro uno de mis ancestros quiso que la tuviera de nuevo en manos, hasta tenía un nombre "Chenqing", el instrumento me ayudó a salir de la depresión porque me dedicaba a tocar, es extraño, ¿verdad? — miró a su castaño.

— No — hizo una pequeña pausa mientras recordaba — me pasó lo mismo, a la edad de cuatro años, desperté con una espada en manos, tuve miedo porque había creído que la robé de alguien sin darme cuenta, el tío Qiren le preguntó a toda la secta por la espada y nadie respondió diciendo que era suya, entonces Xichen habló sobre nuestros antepasados, me obsequiaron la espada, "Bichen", ese es su nombre.

Xiao Zhan se quedó analizando en todo lo que había escuchado, probablemente sí era obra del destino y todo se conectaba, el sentimiento de ya conocer a Wang Yibo, su instrumento y el arma ancestral. Estaban destinados y la casualidad se encargó de unirlos. Ahora creía en las palabras de su hermana y en la leyenda del hilo rojo.

— Destino y casualidad — habló para sí mismo y se acurrucaba más en los brazos y pecho de Yibo, respirar su aroma a sándalo era tan maravilloso y le relajaba hasta las entrañas, desde ahora sería su olor favorito.

— Buenas noches, Zhan-ge — besó los cabellos contrarios.

— Buenas noches, Bo-di.

Wang Yibo observaba detenidamente las facciones de Xiao Zhan al dormir. Su cabello azabache y despeinado, sus pestañas rizadas, del mismo color que sus cejas y cabello, su nariz pequeña y perfilada, esos labios rojos e hinchados de tantos besos, y los lunares bajo sus labios adornaban su hermoso rostro. Amaba todo de Xiao Zhan, el color pálido y suave de su piel, la estrecha cintura, y el trasero ni decirse, era increíble todo de su pareja. Se había enamorado completamente de él y a primera vista. Estaba un poco ansioso por la plática que tendría con Xichen, pero un poco asustado a la vez, no quería que lo apartaran de Xiao Zhan, y aún si lo hicieran, no les daría el gusto. Era la primera vez que sonreía sin que nadie se lo pidiera. Tuvo que conquistar al azabache con esfuerzo propio, nunca había sido alguien de ligar a otras personas, y mucho menos insistir. Así que por nada del mundo iba a permitir que lo alejen del bello chico que dormía en su pecho y se aferraba a él. Xiao Zhan ya estaba descubriendo su verdadera personalidad y no lo criticaba, al contrario, se le veía más enamorado, decía que le gustaba lo serio que se veía, tampoco le hacía recordar los días que fue coqueto, sólo con Xiao Zhan había sido la excepción. Sus padres se llevaron casi toda su felicidad, pero el chico travieso se la había devuelto. Con una sonrisa plasmada en su rostro, cerró los ojos así cayendo en brazos de Morfeo.

Destiny - YiZhan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora