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— ¡Calma, por favor, él estará bien! — exclamaba Cheng con un cierto enojo al no lograr que Yibo se tranquilizara.

— Cheng, por favor, no seas duro con él. Será padre en unas cuantas horas o minutos, no lo sabemos, solo nos queda mantener la calma.

— Él...solo estaba durmiendo y..— se quedó mudo al recordar como el azabache gritaba de dolor y las sábanas estaban manchadas de sangre — no quiero perderlo, hermano. ¡Por qué no me dejan entrar!.

— Su salud es delicada ya que tuvo una perdida, y temen por la vida del bebé, así que no es bueno para ti presenciar la escena.

Yibo enterró su rostro entre sus piernas y las abrazó fuertemente. No quería levantarse del suelo, hasta llegaron enfermeras a darle tranquilizantes las cuales rechazó al instante. Solo quería a su esposo y su hijo a salvo.

— Familiares del paciente Wang — se escuchó por parte de una enfermera —. Familia del paciente Wang, por favor, acercarse.

— Somos los familiares, ¿cómo está mi hermano?.

— ¿Puedo ver a mi esposo? ¿Él está bien? ¿Fue mujer o varón?. Necesito saber, por favor...

— Puede verlo temprano, ahora necesita descansar. Se ha desmayado pero logró ver al bebé, por cierto, es un niño muy hermoso. También, el señor Wang dijo que tenía mucha hambre.

— ¡Ya somos tíos! — exclamaron Cheng y Xichen —.

— Debéis iros a descansar. Son las cuatro de la mañana, así que os reservaré cita para las ocho. Traed lo necesario para cambiar al bebé, seguro que todos estaréis emocionados por la llegada del pequeño. Felicidades, señor Wang.

— No me moveré de aquí, debo verlos antes. Solo déjeme quedar con mi esposo y mi hijo, por favor — suplicó el castaño.

— El señor Wang no está en condiciones de visita en éstos momentos, aún sigue en observaciones ya que el parto fué algo riesgoso. Deben esperar a ver cómo va reaccionando para llevarlo a la habitación y pueda descansar. Si gusta, puedo llevarlo a ver al pequeño Wang.

— ¿Nosotros también podemos ir? — preguntó Cheng algo emocionado.

— Pueden verlo.

Siguieron a la enfermera por un largo pasillo hasta llegar al pabellón de maternidad. Wang Yibo estaba emocionado por saber cuál era su pequeño, Xichen y Cheng estaban con los vellos de punta. Ver a tantos bebés durmiendo tranquilamente era el paraíso para la pareja, pero para Yibo, su único paraíso era el bebé que señalaba la joven enfermera.

No pudo evitar las lágrimas al ver a aquél niño, producto de su amor entre el azabache y él. Quería tomarlo entre sus brazos y susurrarle que papá estaba ahí para él en todo momento y cuidaría de sus dulces sueños.

— Wang Yue, ese será su nombre. Él es mi luna y Zhan es mi sol — murmuró mientras sonreía.

...

Xiao Zhan a penas y abría los ojos, pero los volvió a cerrar al sentir un intenso dolor en su vientre y espalda baja. Era insoportable, tanto que tenía ganas de llorar, mas recordó el por qué estaba ahí, con sus amigos y padres presentes. Había regalos en la habitación, pero dejó de verlos al captar una tierna imagen de su esposo que, sostenía un pequeño bulto entre sus brazos. Acariciaba sus mejillas y las besaba. Definitivamente el pequeño y el mayor estaban perdidos en sus mundos.

— Bo-di...

Yibo levantó la vista y se acercó a su esposo, para luego pasar a extenderle el bebé con todo el cuidado que merecía el pequeño Yue.

— Pero es una monada — sus lágrimas rodaron por sus mejillas. Cargó al bebé y, como si este supiera de quién se trataba, abrió sus pequeños ojos, conectando así con el azabache.  — Soy papá Zhan, y él es papá Yibo.

— Los conejos — comentó Song Lan.

Todos estaban maravillados con el bebé recién nacido, hasta el pequeño SiZhui admiraba a su hermano con tanto cariño, comentándole que sería su engreído, que lo protegería y trabajaría duro para ser un buen hermano mayor.

Un rato después, se fueron yendo hasta dejar descansar a Zhan. Debía tener fuerzas suficientes para el pequeño Yue. Únicamente en la habitación estaban Zhan y Yibo, éste último observaba dormir al mayor, besaba sus nudillos, lo abrigaba y acomodaba la almohada cuando creyó que era necesario. Luego, se sentó al lado de su esposo.

Observarlo dormir le llenaba de tranquilidad.

— Bo-di...— murmuró.

— ¿Estabas despierto? — se acercó hasta sentarse en la camilla —. ¿Te duele? ¿Quieres que llame a la doctora?.

— Perdóname...

— ¿Qué?.

— Me arrepiento de no ser fuerte por nuestro bebé — dijo un poco adolorido. Recordar el momento dónde le dijeron que había perdido a su primer bebé, era algo que quedaría marcado en su memoria —. Él también merecía vivir, sentir tus caricias, tus besos y tus abrazos...

— Lo hago en mi mente, Zhan. Él sabe que lo hago cada día, a cada hora, minuto y segundo. Él vive para nosotros, y que no esté aquí, no significa que esté muerto.

— Fui fuerte por Yue. Fué horrible cuando me dijeron que solo era uno de los dos, si Yue, o yo. Lo escuché todo, querían darte la opción, pero...perder a uno más, sería tu fin. Así que, fui fuerte por todos ustedes, y decidí por la vida de Yue. Creo que tuve una segunda oportunidad para vivir. Estoy agradecido.

— Pero estás aquí, estás a mi lado, tenemos dos hijos, y el único deseo que te quiero pedir, es que no me dejes solo. Vive para mí, para ellos, que yo haré lo mismo por vosotros.

— No pienso dejar a mi marido a merced de cualquiera. Solo hay un pequeño detalle...— hizo un puchero.

— Dime y lo arreglaré.

— Tengo mucha hambre. No es justo que solo me sirvan gelatinas, sopas, y...¿acaso era té?. Anda, llévanos a casa. Creo que a Yue no le gusta estar aquí. Hazlo por nosotros, además, SiZhui nos necesita.

— SiZhui dijo que te cuidara bien, y que vallamos a casa cuando te hayas recuperado.

— Es un niño sabio y viejo. Ya se parece a tí nuestro pequeño Yuan.

— Yuan y Yue, ¿no es perfecto?.

— Gracias, cariño. Amo a mi familia.

Destiny - YiZhan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora