MinGi sabía que los omegas eran especiales y además él tenía poca experiencia tratando con ellos, por ende manejar a YunHo se le estaba yendo de las manos. El joven, pálido y tembloroso de pie en la habitación, acababa de decir que no quería casarse con él, ¿Entonces por qué había dicho esas palabras en la ceremonia? ¿Por qué había dejado que él lo besara? Al mismo príncipe de la nación, quien tenía cuarenta y seis pretendientes y era hasta ahora uno de los solteros más codiciados del mundo.
Su padre no le había mencionado nada acerca del proceso de elección, MinGi ni siquiera vio una foto de los omegas postulantes a casarse con él, y aún así, no se preocupó sobre la persona que sería elegida. Estaba tan dispuesto al matrimonio y a ser recíprocamente aceptado que en sus pensamientos jamás se le ocurrió la idea de negarse a hacerlo, y obviamente, a ser negado. Era una situación normal de su cargo, en la que también estaba acostumbrado a la condescendencia y los halagos. ¿El omega dijo que en realidad no quería casarse? ¿Con el heredero al trono? Eso era imposible, nadie cuerdo podría pensar algo así.
YunHo estaba loco.
Se levantó de la cama y se acercó al omega, quien, asustado, pareció encogerse más en su sitio. Quedó justo frente a él, aunque no demasiado, conservando la distancia. Su postura corporal cambió, y su olor a castaño se diseminó del ambiente como si él ya no estuviera allí. Su lobo quería proteger a YunHo de su inestabilidad emocional, pero a la vez su lado humano se sentía sumamente ofendido.
—¿Qué ha dicho? —preguntó contenidamente—. ¿Usted no quería casarse conmigo?
YunHo sorbió por la nariz e hizo un mohín que abultó sus labios. Labios que MinGi no estaba seguro de poder volver a besar otra vez.
—No lo entiendes... —respondió YunHo.
—Quien no entiende es usted —interrumpió MinGi sin perder la formalidad, y se cruzó de brazos, mirando a YunHo de arriba a abajo—. ¿Sabes cuántos omegas querrían estar en su lugar? —se jactó, orgulloso.
—Oh, no puede ser… —murmuró YunHo para sí mismo.
—Cuarenta y seis —prosiguió MinGi ignorando sus quejas—. Yo tenía cuarenta y seis pretendientes, ¿Y usted dice que no quería casarse conmigo? Debería estar agradecido de que le siga dirigiendo la palabra…
—¿Qué? —chilló YunHo, cuya molestia aumentaba más y más—. Yo sólo estoy reemplazando a mi hermano porque se embarazó de otro alfa y mis padres temían represalias del rey —soltó apretando los puños—. ¿Acaso cree que tiene cuarenta y dos pre…?
—¡Cuarenta y seis! —corrigió MinGi apretando la mandíbula.
—Cuarenta y seis pretendientes —prosiguió YunHo rodando los ojos—, ¿Qué importa? De todos modos lo querían por su cargo y su dinero. ¡Ni siquiera sabían cómo era su cara!
MinGi frunció el ceño y abrió la boca impactado por las palabras que seguía soltando el omega. No era un capricho su ocultamiento, era por su seguridad. Ahora que era mayor recién podía exponerse más libremente y asistir a actividades sociales. YunHo, ahora que era el príncipe omega, iba a saber recién todo esto de la exposición pública y sus desventajas, así que trató de sonar razonable.
—Mis padres me protegían, ellos fueron amenazados por bandas criminales de secuestrarme y por eso previnieron… —MinGi dejó de hablar porque YunHo se cubrió la cara con ambas manos y empezó a llorar desconsoladamente. Ahora si que MinGi estaba seguro de que el omega no tenía su celo, aparte de que él mismo no se había excitado en lo absoluto mientras pasaba el tiempo—. Ya, joven Jung, usted tiene un problema hormonal o algo raro con su lobo, porque está muy sensible y no deja de decirme cosas de las cuales luego se va a arrepentir —MinGi respiró profundo y vio por la ventana pensando si su primera noche de bodas había sido la más desastrosa de todos los príncipes que se casaron en el reino. Supo de uno que siglos atrás asesinó a su omega en el acto de consumación, y un alfa antepasado que en el acto amatorio había caído por el balcón, así que su noche de bodas no era tan mala después de todo—. Creo que usted necesita estar a solas —concluyó haciendo el amago de darle una palmadita de ánimo en el hombro a YunHo, deteniéndose de inmediato. Su lobo alfa protector, como siempre, le jugaba malas pasadas—, dormiré en mi habitación personal hoy. Buenas noches.
Hizo una reverencia que YunHo no vio y se dirigió a la puerta. Justo agarró el pomo cuando su esposo gruñó:
—Yo sólo extraño a mi hermano y me acabo de casar con alguien que no conozco, supongo que a eso usted le llama "hormonas", príncipe MinGi.
El alfa no se giró para verlo; es más, él no dijo una sola palabra a YunHo y solo abrió la puerta, cerró por fuera, y silenciosamente se fue.
×
que nadie se atreva a dejar comentarios en contra de yunho si es que no quiere mi odio eterno por favor(?
gracias por leer, ya tengo más de 3k lecturas, soy una estrella de wattpad :')
se despide con amor NINI, la que cambia las portadas de sus fics cada 5 minutos uwu
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IDEAL [yungi]
FanficSe suponía que el perfecto y adorable WooYoung iba a ser el nuevo príncipe omega y futuro gobernante del clan de Corea del Sur. Se suponía que el chico bonito y ejemplo de omega ideal, debía casarse con el alfa heredero al trono: Song MinGi. Debía s...