Esa mañana antes partir al castillo, HongJoong tomó una pastilla para que redujera su aroma licántropo y poder así pasar más desapercibido ante la gente, y se dirigió a su lugar de trabajo. No había dormido nada la noche anterior así que se mantuvo estoico gracias a los litros de café que bebió mientras preparaba la infusión que curaría las heridas del futuro consejero del rey: era una crema pastosa y de olor a distintas hierbas, las mismas que abundaban en su nueva y también la antigua casa de Anyang. Como un buen y hacendoso omega, él tenía vastos conocimientos en herbología, cuyo uso había proporcionado tanto para su familia como a sí mismo.
Aparte de eso, como no, tenía su cosmetiquero y por cierto, tintura negra para cambiar el pelo del príncipe YunHo, quien se había aburrido del rubio con el que conquistó tantos corazones en el reino. Teñir su pelo, al menos, no era tan difícil cuando se trataba de ese color, así que no le quiso ofrecer otras alternativas al muchacho para poder juntarse pronto con SeongHwa.
De todos modos, YunHo, el omega suspicaz y astuto que siempre había sido, notó su nerviosismo de inmediato, aparte de su escaso olor, y no pudo evitar hacer hincapié por aquello.
—Es mi celo —mintió HongJoong sabiendo que YunHo no le creería.
Por fortuna el príncipe no siguió indagando más allá, seguramente por una junta de omegas de alto rango a la que debía asistir junto a la reina y que lo tenía tremendamente nervioso, cosa favorable para sus planes en el bosque. Así que cuando salió hacia tal sitio era plena tarde. El sol pegaba fuerte en el cielo y las nubes apenas se notaban desde allí, aunque corría algo de viento frío, cosa que demostraba el término de la temporada.
Tal como la noche anterior no fue difícil distinguir el olor de SeongHwa entre toda la vegetación. Es más, al ser de día, para HongJoong fue mucho más fácil ubicar al alfa. De todos modos no ocurrió lo mismo al revés, porque su llegada pilló al hombre de sorpresa, mas no desprevenido. SeongHwa al menos en esta ocasión vestía completamente, de negro y con un sombrero del mismo color.
—No entiendo —fue lo primero que dijo el alfa al notar su presencia.
—¿Creyó que yo no iba a venir? —HongJoong, mirando de reojo a su alrededor, se percató de que estaban precisamente en el mismo lugar de ayer.
SeongHwa, eso sí, se hallaba de pie estoico y no en el suelo inerte y sin fuerzas. Su sombrero cubría parte de la cara, y tenía una postura algo pedante, como si no quisiera que un simple omega como HongJoong notara su debilidad.
—No. Es solo que… apenas puedo sentir su olor.
—Quise venir discreto —explicó el omega abriendo su maletín—, cosa que claramente usted no hizo, porque su olor sigue siendo muy intenso.
—En realidad mi olor casi no se siente para las personas —lo contradijo SeongHwa, confundido—. De hecho el príncipe MinGi no logra encontrarme, así como su esposo el príncipe omega. Incluso mi padre no puede olerme debido a la vara de plata que está anulando mi aroma. ¿Cómo cree usted que puedo estar aquí sin ser detectado?
HongJoong era cualquier cosa menos estúpido así que estaba al tanto de los efectos de ese tipo de heridas. Aún así, él no podía entender por qué sí pudo (y aún podía, de hecho) sentir el aroma del joven con tanta fuerza. Simplemente lo impactó como si el mismo SeongHwa estuviera implorando por su ayuda inmediata, como un grito de auxilio que solo él pudo escuchar aquella noche.
Lo atribuyó a un simple instinto de supervivencia.
—Bien —HongJoong no le dio más vueltas al asunto, y sacó la crema—. Da igual, quítese la camisa.
—¿Q-qué? —titubeó SeongHwa, y HongJoong le mostró un frasco pequeño con la mezcla preparada.
—Oh, me temo que si aplico la crema encima de su ropa los efectos no serán los mismos —se burló HongJoong dejando el maletín en el suelo—. Puedo aplicarla si usted está de pie, pero le sugiero que mejor se recueste en el suelo porque la sensación es muy dolorosa. Aunque seguro no va a aceptar "humillarse" así, porque es un súper alfa y eso…
—Ya basta —lo interrumpió SeongHwa acercándose despacio, perdiendo levemente su pacífico temperamento—, si usted tuviera mis heridas no seguiría vivo a estas alturas.
—Lo sé, lo agradezco, y por eso estoy aquí. ¿Entonces permitiría que cure sus heridas? —respondió HongJoong ahora más serio.
Era cierto, él no había sentido nunca un dolor como ese. Se preguntó qué tan fuerte sería. Recordó cuando su alfa lo mordió, situación muy dolorosa, pero seguro nada comparado a las heridas de SeongHwa.
Finalmente el joven alfa cedió quitándose la camiseta y girándose en dirección contraria a la suya. Al menos el hombre se había cubierto el daño con una venda que comenzaba mancharse de sangre y que cruzaba por casi todo su torso y espalda. HongJoong volvió a sacar de su maletín unos guantes que se puso en seguida, y luego quitó la venda despacio, para no causar más daño en el pobre chico.
—¿Esto lo hizo usted? Las vendas —quiso saber HongJoong, aliviado de que al menos SeongHwa estuviera medianamente protegido.
—Fue mi mamá —contestó SeongHwa—. Ella cree que mi padre es muy estricto y me ayudó sin que él lo supiera.
—Ya veo, excelente —comentó HongJoong retirando totalmente la cosa—. A propósito, ¿Cómo logró usted llegar al bosque de todos modos? —el omega estaba realmente curioso respecto a eso—, supongo que al estar castigado tiene algunas restricciones.
—Yo he tenido que hacer algunas cosas en el bosque estas semanas: practicar la caza y natación, principalmente. Cuando termina la jornada prefiero quedarme allí, porque… bueno, a veces grito de dolor, pero solo un poco. No crea que soy un cobarde, señor Kim.
HongJoong no pudo evitar reírse.
—Claro que no, usted es muy valiente —concordó sin ninguna intención irónica—. ¿Practica caza y natación con sus heridas así, señor Park?
—Ajá —respondió el alfa, confiado de su resistencia.
—Woah, en serio eso es admirable —HongJoong se untó el índice en la crema sonando todavía peligrosamente amistoso, distrayendo a SeongHwa de lo próximo que haría. Es que podía recordar las muecas y chillidos de dolor de sus hermanos cuando usaba este poderoso ungüento, y no sabía por qué, pero no le gustaba la idea de escuchar a este chico sufriendo así. Quizás porque al contrario de sus hermanos, SeongHwa no merecía tener ese dolor. Con la luz del día cayendo sobre el espacio pequeño entre los grandes árboles, HongJoong pudo ver con mucha más nitidez las líneas rojas corrompiendo su espalda, y sus manos le picaron por las repentinas y enormes ganas de tocar allí. En serio deseaba curar todas las heridas efectivamente.
Lo hacía sentirse importante o algo similar.
—Yo de hecho tuve que cazar un ciervo, ¡Un ciervo que mi madre después preparó para la ce…! —SeongHwa no siguió hablando porque sin avisar, HongJoong aplicó la crema.
Él pensó que SeongHwa gritaría, de hecho tenía miedo de que eso ocurriera por el temor a que ambos fueran descubiertos. Sin embargo eso no ocurrió, ya que el valiente alfa cayó desmayado al suelo sin siquiera emitir una queja de auxilio.
Bueno, al menos sería más fácil para HongJoong curar las heridas.
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teorías de por qué hongjoong pudo oler a seoghwa aquí 》》
Por favor lávense las manos muy seguido, no se toquen la cara, y no salgan de sus casas gracias
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IDEAL [yungi]
Fiksi PenggemarSe suponía que el perfecto y adorable WooYoung iba a ser el nuevo príncipe omega y futuro gobernante del clan de Corea del Sur. Se suponía que el chico bonito y ejemplo de omega ideal, debía casarse con el alfa heredero al trono: Song MinGi. Debía s...