El reinado, como se ha mencionado antes, siempre había sido bastante estable, cosa que YunHo, un simple omega perteneciente a la élite seulense, siempre agradeció. Sin embargo, al ser tan joven y ajeno a todo ese mundo, él no sabía qué cosas realmente ocurrían diplomáticamente. Y de hecho, MinGi tampoco, debido a su aislamiento infantil y reciente exposición pública.
Por eso los encuentros y reuniones que ahora ellos tenían, a veces sin compañía de los reyes, lo tenían demasiado impactado. Por ejemplo, él hasta hace poco desconocía la relación amorosa de dos omegas en una manada japonesa, y que tenía en jaque el dominio de la capital nipona, ya que no había alfas al mando. Además, se hablaba de la próxima visita del alcalde de Seúl a Corea del Norte. El hombre, un beta bastante honorable, asistiría a una cumbre como símbolo de paz entre ambas naciones. Habían opiniones dispares al respecto entre los líderes, pero ante eso no podían hacer nada: las órdenes del rey estaban para cumplirse, incluso cuando se trataba de los príncipes. Ellos también debían obedecer… cosa que no habían hecho al contactarse con el menor de los Jung.
Y desobedecer al rey era un crimen.
Uno de los guardaespaldas del heredero al trono, quizás por miedo o para sacar algún beneficio de aquello, soltó la verdad al monarca, acusando al príncipe MinGi de todo lo ocurrido. Por lo tanto, el rey ahora se hallaba muy enojado y decepcionado con su hijo. Él estaba pensando en qué castigo debía darles a todos aquellos insurrectos que traicionaron su confianza. Por fortuna, fue fácil saber quiénes fueron los involucrados en el asunto, y ya sabía qué hacer al respecto.
Esperó a que llegara la noche, y junto a su esposa y su consejero, se dirigieron al salón principal, justo donde el rey ejecutaba sus leyes, enjuiciaba a delincuentes, o premiaba a sus ciudadanos. Allí mismo, irían llegando los involucrados en todo el asunto, cosa que claramente incluía a su hijo y al hijo del señor Park. Ese mocoso era tan leal a MinGi que a veces le asustaba. Por una parte eso era bueno para el futuro del reino, pero por otra… él seguía siendo el rey, y debía hacerse respetar. Esperaba que su padre le diera un castigo ejemplar al joven, porque si no, se lo daría él.
Cuando MinGi despertó esa noche en su propia habitación creyó que los golpes en su puerta eran de algún sirviente. Él no esperó encontrarse a un guardia real allí mismo, indicándole que debía acompañarlo. El príncipe, en pijama y apenas consciente de sí, no entendió el asunto hasta que comenzó a cambiarse de ropa, intuyendo que su padre ya se había enterado de todo.
Lo esperaba, de todos modos. Habían pasado varios días, y su amistad con YunHo seguía en pie. Su plan había valido la pena, aunque ahora estaba algo asustado. ¿No pasaría nada tan terrible, o sí? El conocía a su padre, o creía conocerlo: el hombre era duro, mas no un monstruo.
En el pasillo colindante al salón se encontró con YunHo, este no llevaba maquillaje y parecía estar tan impactado como él, siguiendo a otro de los guardias. Al llegar al lugar mencionado, sin embargo, se encontró con más personas:
Justo en la parte céntrica de la pared habían dos lujosos tronos, en donde se hallaban sentados sus padres. Justo al lado del alfa, de pie, y con un semblante totalmente serio, estaba el señor Park. Dos guardias se encontraban en la entrada y varios más vigilando de pie en las paredes, rodeando a las demás personas. Frente a los reyes habían varias personas de pie: uno de estos, con su voz algo aguda, decía lo siguiente:
—¡No me haga daño, estoy embarazado! Ya verá cuando se lo diga todo a los periodistas, ¡Su reputación quedará tan arruinada que deberá cederle el reino al príncipe!
MinGi no pudo reconocer al omega, pero supuso que era Choi San, ya que los otros omegas allí eran WooYoung, HongJoong, y obviamente YunHo. El primero de estos, al notar que los príncipes habían llegado, miró inmediatamente a su hermano, suplicante, mientras que HongJoong solo se dedicó a ver el suelo, sintiéndose sumamente miserable. Los alfas presentes para el regaño del rey eran tres: Kang YeoSang, quien tenía un ojo hinchado y de su labio caía un hilito de sangre pues seguro había puesto resistencia para ir al castillo, o tal vez protegió a su omega; SeongHwa, quien, como siempre, parecía un maniquí vampírico sin sentimientos mirando a su propio padre el consejero; y el príncipe MinGi, quien solo atinó a tomar la mano de su esposo, el cual al sentir su tacto se aferró a esta fuertemente.
El príncipe debía pensar sabiamente la manera para salir de este problema.
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¿Que opinan del tete en el que se metió Mingi y todos los demás? xd

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IDEAL [yungi]
FanfictionSe suponía que el perfecto y adorable WooYoung iba a ser el nuevo príncipe omega y futuro gobernante del clan de Corea del Sur. Se suponía que el chico bonito y ejemplo de omega ideal, debía casarse con el alfa heredero al trono: Song MinGi. Debía s...