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Kang YeoSang vio hace mucho tiempo atrás al omega hermano de su pareja destinada, Jung YunHo. No recordaba que fuera tan alto y además su cabello tenía un color diferente, pero aún conservaba sus facciones intactas: los ojos brillantes y su nariz definida, además de esa impresión de ser un omega difícil de manejar. Por eso saber que ahora el chico era príncipe lo hacía sentirse un poco culpable; en rigor él, un sencillo médico becado por su inteligencia, le había quitado el omega al futuro rey, y había cambiado el destino del hermano de su otra mitad.

Pero honestamente, no se arrepentía de nada.

—¡Ay! —exclamó yendo rápidamente a detener el agua. Al cerrar la llave, fue a abrir el portón e hizo dos reverencias en noventa grados—. Lo lamento… es un honor tenerlos acá y… no puedo creerlo, oh… 

YeoSang habló un montón de incoherencias que MinGi escuchó como si en realidad el alfa más bajo diera una cátedra de semiología en vez de un montón de expresiones enredadas debido a los nervios, mientras que YunHo parecía haber entrado en una etapa de shock extremo: se hallaba detrás de MinGi, un poco escondido gracias a su cuerpo, simplemente procesando que frente a él tenía a Kang YeoSang, con sus ojos azules, su cabello muy bien peinado hacia atrás, su voz serena y su olor a nuez infestado de muchos otros aromas invasivos… 

Como si cerca anduviera un omega embarazado.

WooYoung.

De lo último que estuvo consciente YunHo fue de su propio cuerpo cayendo pesadamente al suelo, distrayendo a ambos alfas del monólogo extraño que uno de estos hacía, y luego su mente se bloqueó. Todo lo que escuchó fue un montón de voces, dos muy graves y otra más aguda, pero que sonó sumamente familiar a sus oídos. Sintió que su cuerpo fue removido por alguien y que después otra persona le hacía cosas raras para poder volver a reanimarlo.

Cuando volvió en sí, YunHo estaba dentro de la casa tendido de lado en un sillón algo pequeño y de nivel muy bajo, porque sus piernas se sostenían por el reposabrazos y sus pies ahora descalzos rozaban el suelo, y además, lo habían cubierto con una manta suave impregnada de olor a embarazado. Justo al frente suyo, había una mesa de centro, también de estilo tradicional, oscura, y más allá un televisor encendido, en donde daban una serie animada. De reojo, un poco alejado de ese sector, YunHo detectó un comedor y cocina de estilo humilde y hogareño, y más lejos, un pasillo oscuro y estrecho.

Fue recién en ese momento que se dio cuenta de que la manta no era precisamente la que olía a embarazo, y además, que su cabeza estaba apoyada en el regazo de alguien. Alguien que por cierto, no dejaba de acariciar su cabello con mucha dulzura.

—Oh, al fin despertó —indicó el doctor Kang, sentado en el otro sillón, el del lado izquierdo de donde estaba YunHo. MinGi, al frente del jefe de hogar, observó a YunHo con curiosidad.

—¿Está seguro que fue una descompensación y no necesita una revisión más exhaustiva? —consultó el príncipe denotando preocupación.

—Con el tranquilizante, las vitaminas que beberá ahora, y con las caricias de mi omega, creo que su alteza el príncipe YunHo se encontrará mejor —respondió el alfa más bajo con cierto toque de sabiduría. Luego miró a YunHo y agitó la mano en forma de saludo—. ¡Hola, alteza! Soy Kang YeoSang… Oh, WooYoung bebé, ten cuidado…

La imagen del doctor Kang se perdió de la panorámica de YunHo debido a que unos rojos labios en trompa se apoderaron de su cara depositando un montón de besos sonoros y húmedos por todas partes de esta. WooYoung estaba tan contento de ver a su hyung, que incluso se puso a llorar. Claramente el mayor también lo hizo, porque al fin estaba viendo a su querido hermano, a quien tanto extrañaba.

WooYoung abrazó a YunHo y lo ocultó del mundo, abrazándolo fuerte, y él se dejó querer. Los alfas, que veían la situación con cierta nostalgia, se quedaron en silencio mientras tanto. Hasta que YeoSang fue el primero en romper el hielo:

—Estoy sorprendido de que pudiera encontrarnos, alteza —comentó a MinGi, con su lobo sintiendo un poco de adrenalina al escuchar a su destinado llorar.

—Mi amigo Park SeongHwa logró contactarse con Choi San, el mejor amigo de… de su omega.

La situación para ellos era un poco incómoda, realmente, después de todo YeoSang le había quitado el omega a MinGi, si se veía todo con frialdad. No es que MinGi guardara rencores, sobre todo ahora que veía a los dos hermanos y encontraba que YunHo, desde un punto de vista superficial, era más de su gusto. Sin embargo no dejaba de ser una situación extraña.

—Es usted muy noble, príncipe MinGi —expresó YeoSang haciendo una reverencia—. Sería un honor para mí poder besar su mano en agradecimiento a tan buena acción.

—No se preocupe, doctor Kang, yo sólo he querido ayudar a mi omega —contestó MinGi diplomáticamente.

Sin responderle, YeoSang se levantó del sillón para acercarse a los omegas que seguían mimándose inmersos en su propio mundo, y tocó el hombro de WooYoung.

—Ya, mi amor, ten cuidado con el príncipe, que todavía está débil —murmuró con suavidad, como si su pareja destinada fuera una mariposa muy frágil. WooYoung, quien había enterrado la cara en el cuello de su hermano para aspirar su olor, dejó de hacerlo y vio hacia arriba, a su alfa. Sus mejillas brillaban debido a las lágrimas y los ojos se le habían enrojecido. Por fortuna, no llevaba maquillaje… al contrario de YunHo, quien estaba hecho un desastre debido a su propio llanto—. ¿Se encuentra mejor ahora, príncipe? —YeoSang le preguntó a YunHo con cautela.

YunHo limpió sus ojos con la mano, y el maquillaje suave de sus párpados se deslizó hacia el lado. Luego, con lentitud, se sentó en el sillón, apoyándose en el hombro de su hermano. Pudo detectar que allí mismo, cerca del cuello, WooYoung tenía una marca reciente y que no terminaba de cicatrizar aún.

—Estoy muy bien —respondió hipando. Él de verdad se sentía increíble, a pesar de haberse desmayado de la impresión, no dejar de llorar, y de arruinar su maquillaje. Si HongJoong lo viera en ese estado, habría dado un grito del espanto.

—¿Y usted, mi amado omega? ¿Está bien? —YeoSang se dirigió a WooYoung, y limpió una lágrima que se deslizaba por su mejilla con el pulgar.

—Quiero frutillas con crema —respondió WooYoung haciendo un aegyo que derritió a YeoSang.

—Traeré eso y un pañuelo para limpiar su carita —dijo YeoSang, quien besó la frente de WooYoung y fue a la cocina. Abrió la nevera y dijo—: ¿El príncipe alfa desea algo? Al príncipe omega le daré sus vitaminas.

YunHo comprendió en ese momento por qué WooYoung había preferido irse con su pareja destinada, y no solo por su unión licántropa, sino que por el alfa presente aparte de MinGi era muy educado y gentil. Vestía ordenado, con unos pantalones de tela, una camisa blanca y tirantes, y su olor a nuez evocaba cierto tipo de ambiente hogareño. 

—No se preocupe, señor Kang —respondió MinGi—, muchas gracias.

Aún así YeoSang le sirvió café, que trajo en una bandeja con las vitaminas y té helado para YunHo, y un platillo de frutillas con crema para su WooYoung, el cual se las comió lentamente mientras charlaba con YunHo. WooYoung, al contrario de lo que se podría imaginar, vestía un pijama ancho que apenas dejaba notar su pancita, además de no usar maquillaje. Su estilo pretencioso parecía haber quedado atrás, lo que hizo pensar a YunHo en lo mucho que habían cambiado las cosas, todo en menos de un mes.

MinGi, por otra parte, esperaba que las consecuencias de su idea imprudente no fueran tan terribles, tanto para él como para SeongHwa… lo hacía por la estabilidad del reino, después de todo.

Aunque no podía evitar que su lobo se sintiera muy bien por ayudar a YunHo.

IDEAL [yungi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora