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El rey siempre tuvo sentimientos encontrados con el hijo de su consejero debido a situaciones como estas. En serio le daba un poco de envidia que el príncipe tuviera un amigo tan leal, incluso cuando aún no asumía el cargo más importante. Si bien la lealtad del suyo propio también era digna de admirarse, no estaba seguro de si esta llegaba al nivel de la unión de MinGi con SeongHwa. Honestamente, eso era una buena señal en el muchacho, pero SeongHwa no podía seguir con ese tipo de actitudes tan imprudentes solo para saciar las actitudes nobles de MinGi, así que debía darle un castigo ejemplar.

Aunque… el más apropiado para darle una sanción de ese tipo al mocoso era el mismo señor Park. El rey sabía que era estricto con su hijo por las propias palabras de su consejero. No lo había hecho mal después de todo, porque SeongHwa era un alfa educado y respetuoso.

Pero no lo suficiente como para dejar de meterse en asuntos ajenos, en todo caso.

Dejó de ver al muchacho de rodillas y se detuvo en el otro alfa, ese al que recién estaba conociendo. Era un joven común y corriente en un mundo que no le correspondía, todo debido al amor. Las heridas de su cara arruinaban su rostro bonito, lleno de preocupación y una mirada desafiante, quizás de forma involuntaria, o debido a los mismos golpes que hirieron su rostro.

—¿Qué te pasó en el ojo y el labio?

YeoSang, quien no se esperaba que el rey le dirigiera la palabra debido a la confesión de ese joven arrodillado, sintió las palabras atrapadas en su pecho, ansiosas por salir. Se armó del valor suficiente, y dio una respuesta concisa.

—Protegía a mi omega de sus guardias, majestad.

La reina sonrió con cierta melancolía, dándole una mirada cómplice a su esposo (este ni siquiera se percató de aquello), y luego volvió a fijarse en el doctor.

—Asumo que amas mucho a tu omega entonces.

—Con todo mi corazón.

—Y estarías dispuesto a todo para estar con él.

—Por supuesto —respondió sin reparos—, es mi pareja destinada.

Tal vez fue el lobo descontrolado de YunHo el que lo hizo sentirse extraño respecto hacia donde iba la conversación del rey alfa, pero eso no calmó su inminente temor. Esperó equivocarse. ¿Por qué ignoraba las palabras de SeongHwa y de repente empezaba a preguntar esas cosas a YeoSang? ¿Acaso le importaban sus heridas?

Sorpresivamente, el rey siguió divagando, pues ahora su atención recayó en WooYoung. El omega tocaba su pancita y miraba hacia el suelo, temblando de miedo.

—Qué afortunado eres, Jung WooYoung, teniendo un alfa que te ame de ese modo.

Al escuchar su nombre el omega levantó la vista y se quedó en silencio, sin saber qué palabras serían las adecuadas para enfrentar al rey. Él no quería vivir este mundo, estaba feliz en su pequeña casita con olor a nuez. Deseaba volver allí y aislarse en el nido junto a su hombre, que este le acariciara el pelo e hiciera el amor dulcemente.

—El sería capaz de hacer todo por ti —prosiguió el rey con un tono suave y peligroso—, así como tú y tus ansias de ver al príncipe omega. ¿Eres leal al príncipe, cierto?

Bueno, eso era cierto. WooYoung solo deseaba tener a YunHo en su vida. ¿Era mucho pedir acaso? Asintió limpiándose las lágrimas que caían de sus ojos con el puño.

—Y como eres tan leal al joven Jung, asumo que también con el reino, y con el país. Eso es bueno, a pesar de que no quisieras casarte con mi hijo y te encontraras con Yunho a escondidas, desobedeciendo las órdenes que tus padres y yo te dimos.

IDEAL [yungi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora