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Si HongJoong tuviera que resumir su viaje a Corea del Norte él podría definirlo como extraño. El rey de los clanes de ese país era un hombre, por decirlo de alguna forma, excéntrico. Realmente no había visto su cara en todo el tiempo debido a su bajo rango social, pero WooYoung le contó sobre sus raras peticiones; como por ejemplo, que los omegas no podían mirarlo directamente a los ojos y que solo debían dirigirse a él como "su excelentísima majestad el rey". Sin embargo, esas costumbres también llegaban a las demás personas, por ejemplo él no podía salir de su habitación de hotel después de las tres de la tarde, su celular fue confiscado hasta hace apenas unas horas atrás, y lo más insólito: al ser viudo, no pudo mostrar en ningún momento su marca, debiendo usar camisetas con cuello de tortuga o pañuelos que cubrieran esa zona. Por eso lo primero que hizo apenas el avión se alejó de ese país, fue quitarse la tela oscura que tenía puesta alrededor de su cuello.

Ahora que al fin pisaba su nación se sentía más libre, el padre de MinGi no era perfecto, pero como monarca lo hacía bastante bien, y al menos podía vestir como quisiera. Los recibió un clima en extremo caluroso, pero en serio, donde estaban era peor. El hotel, elegante pero anticuado, ni siquiera tenía aire acondicionado que mantuviera un ambiente estable. HongJoong estaba seguro de que todo esto le había hecho bajar un par de kilos.

No como WooYoung quien debido a su estado se ponía cada vez más rellenito. Un omega embarazado, de todos modos, era lo más adorable que podías ver, y debido a eso mismo entendió los gritos chillones de San cuando el joven apenas se asomó por la puerta. Fue tragicómico ver cómo el muchacho se lanzó encima del menor de los Jung sin siquiera dejar que el príncipe YunHo lo hiciera primero. Los reyes, quienes se dedicaron a recibir a la comitiva restante, vieron a San desconcertados por su actitud.

HongJoong nunca fue un omega en exceso cariñoso, quizás debido a lo poco amable que solía ser su alfa, o porque siempre debió andar a la defensiva durante su niñez, así que el hecho de que YunHo se acercara a él para darle la bienvenida lo asustó un poco. No era primera vez que el joven lo abrazaba sorpresivamente, sin embargo no terminaba de acostumbrarse. No le molestaba en lo absoluto ser tratado de ese modo por él, aunque la ropa que llevaba YunHo no le gustaba nada, y no porque esta fuera fea, sino que debido a lo notoriamente incómodo que se veía el muchacho.

—¿Oh dios mío, quién te vistió así? —le preguntó directamente luego de los saludos respectivos.

—Kim MinJi, la asesora de los Song —respondió YunHo—. Lo sé, lo sé. Me veo mal —YunHo arrastró las palabras, como si él fuera culpable por lucir así.

—No puedo creer que incluso con una ropa tan extraña como esa sigas viéndote tan hermoso —lo halagó para no provocar una baja en su autoestima. Ya había notado que era susceptible a ese tipo de críticas—, creo que tengo más miedo de perder este trabajo ahora que cuando supe que iba a viajar a Corea del Norte —bromeó un poco desanimado. 

—No digas eso, hyung. Yo te extrañe mucho —YunHo seguía hablando con HongJoong cuando WooYoung se abalanzó sobre él, y HongJoong ya no pudo seguir hablándole.

De todos modos pudo hacerlo al día siguiente, en la noche, porque YunHo apenas tenía tiempo para sí mismo y ese día la pasó totalmente con su hermano. Obviamente, YunHo enfatizó que deseaba tenerlo como asesor de vestuario mucho tiempo más, y que además deseaba que hiciera lo mismo con MinGi.

Ambos se hallaban en el salón, sentados en el sillón grande y con sus respectivas tazas de té a medio tomar. Al ser tan tarde ellos estaban solos en el lugar, ya que al día siguiente sus actividades monárquicas comenzaban temprano. De hecho MinGi y YunHo también, pero este último extrañaba tanto a su amigo que necesitaba comunicarse con él. A estas alturas, el omega bajito era tan importante en su vida como WooYoung.

IDEAL [yungi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora