IDEAL [yungi]

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—Como ya hemos conversado anteriormente, tengo planificado abdicar pronto —comenzó hablando el rey en la sala de reuniones, rodeado de su esposa, su consejero, su hijo, el esposo de su hijo, y el hijo de su consejero—, y creo que una excelente fecha para realizar la ceremonia, es, en efecto, el nueve de agosto de este año. MinGi cumpliría los veinte y además un año de casado.

—Estoy de acuerdo con la idea —acotó la reina, desde ya aliviada porque dejaría tan estresante cargo—, además, mi esposo el rey lo anunciará a finales de marzo.

—Debo advertirte, MinGi, que cuando todos se enteren de la nueva noticia tendrás nuevos enemigos, gente que nunca creíste que en algún momento se querría meter contigo, pues ahora lo hará.

—Entiendo —comprendió el muchacho, sin temer a las advertencias de su padre.

—Recuerda que en la última reunión con los alfas, y debido a tus exabruptos, que a mí me parecieron válidos por cierto, provocaste recelo en ciertos sectores conservadores. Tal vez deseen boicotear la ceremonia del cambio de mando, o incluso intenten hacerte daño.

—Tendré cuidado —aseguró MinGi—, cuidaré de mí y de mi esposo.

—Además, debo anunciar que está invitado a tal evento el rey de Corea del Norte, con quien hemos limado asperezas últimamente, y cuya presencia logrará establecer una unión entre ambas naciones nunca antes vista —añadió el rey entusiasmado—, esto dejará mi nombre y el de MinGi instaurado en la historia del país. En las escuelas hablarán de nosotros.

—Así será —concordó MinGi diplomáticamente.

—Por cierto —siguió hablando el rey—, debido a un asunto de prevención, desde ahora en adelante deberás estar acompañado por Park SeongHwa en todo momento, MinGi. Si sales de casa, tendrás que ir con él. Lo mismo para ti, Jung YunHo.

El omega, quien había estado en silencio escuchando atentamente al monarca, solo atinó a asentir.

—Obviamente que los guardaespaldas habituales seguirán con ustedes, pero incluso SeongHwa deberá estar cuidándolos de ellos, ya que no sabemos si la fidelidad que tienen hacia los reyes actuales sea del mismo modo para con ustedes— habló el consejero, con el índice en alto—, mi hijo se ha preparado toda su vida para este momento.

—Así es —concordó el muchacho sin mayor expresión en su rostro.

YunHo estaba nervioso de que llegara el fin de marzo. Sería una nueva etapa en su vida junto a MinGi, y aunque ahora no lo demostrara abiertamente, para evitar preocupar a MinGi, él mantenía su preocupación por todo esto. Tenía miedo de que le hicieran algo por su nuevo cargo, que ni siquiera deseó tener. O sea, la idea de ser un rey omega era demasiado interesante, y su lobo se erguía orgulloso y pedante por aquel logro, pero eso no quitaba el hecho de que no tuvo otra opción.

Eso pensaba cuando salió de la sala de reuniones caminando por el pasillo que daba al salón de entrada junto a MinGi. La reunión había terminado, pero debían asistir a una exhibición militar importante junto a los reyes, los cuales ya se habían adelantado junto al señor Park.

—Mañana —recordó MinGi de repente, como si dijera algo obvio.

—¿Eh? —soltó YunHo confundido.

—Nuestra cita —explicó el alfa—, mañana tenemos todo el día libre.

—Oh, tiene razón —respondió YunHo, con una risita aguda que dejó en evidencia su emoción.

—¿Qué cita? —preguntó SeongHwa interrumpiendo la charla. El joven iba caminando atrás de ellos y ni siquiera se habían dado cuenta. Tanto así, que YunHo dio un saltito por el susto y chilló fuerte, protegiéndose con el cuerpo de MinGi de aquello que lo había asustado. Cuando vio que era SeongHwa, suspiró aliviado y murmuró un tímido "disculpe, joven Park".