YunHo todavía estaba nervioso cuando salió de la habitación adornada precisamente para él, junto a un camarógrafo y un periodista, ambos betas muy agradables. Era la primera entrevista que tenía como príncipe de la nación y aquello lo dejó muy inestable. Obviamente tenía miedo de que alguna de las cosas salidas por su boca fueran tergiversadas, pero todo había sido controlado por el señor Park, un hombre en extremo respetado socialmente. Cada vez que el periodista preguntaba algo que podría ser malinterpretado, el alfa lo hacía notar con esa deferencia peligrosa que YunHo conocía ahora muy bien, y que tanto estaba deprimiendo a su esposo.
Se despidió de ambos trabajadores de la revista y fue a uno de los camerinos, aquel que tenía justo su nombre en una hoja blanca pegada a la puerta, y siendo esperado por el consejero justo allí afuera. Ya adentro, al fin pudo sentirse tranquilo, pues lo estaba esperando el príncipe MinGi leyendo la misma revista que publicaría su entrevista el mes que viene.
No es que el alfa lo hubiera acompañado porque quisiese necesariamente, no señor. Simplemente usaban una de sus tantas estrategias matrimoniales, esas que servían para demostrar su sólida unión. MinGi le dijo que si lo acompañaba, ellos iban a verse como unos reales enamorados ante los que estaban allí, que lo agregarían a la entrevista: "El príncipe heredero al trono acompaña a su omega", había enfatizado el alfa más entusiasmado de lo que pretendía. YunHo obviamente que aceptó. Era una buena idea al fin y al cabo.
—¿Terminó la entrevista? —dijo MinGi sin ganas.
—Justo ahora —contestó YunHo conforme—. Oh, ¿Está usted bien?
—Más o menos —MinGi bostezó—. Estaba aburrido aquí adentro —dijo lanzando la revista al lado del sillón en donde sentado lo había esperado todo este rato.
YunHo entrecerró los ojos viéndolo como si se hubiera ofendido y después se fue sin decir nada hasta el espejo, observando su excesivo maquillaje. Se veía muy bien en las fotografías, pero en persona ese estilo lo hacía verse muy exagerado. De todos modos el vestuario y el make up lo había elegido HongJoong, así que confiaba en él.
—Perdón que lo aburra con estas cosas de omegas, príncipe MinGi —lamentó volviendo a verlo. MinGi ya se había levantado del sillón, pues estaba dispuesto a irse del lugar—, ¿Dónde debemos ir ahora?
—No lo sé. Tendré que preguntarle a ese hombre horrible que nos espera afuera —contestó el alfa de mal humor. YunHo lo entendía, pues la presencia del padre de SeongHwa, con su olor a pino, lo tenían incluso a él medio tenso.
—Él seguro lo escuchó porque está tras la puerta —murmuró YunHo conteniendo una risita.
—No me importa —gruñó MinGi acercándose más, y sin siquiera darse cuenta comenzó a peinar despacio el pelo que caía por la frente de YunHo, quizás para matar los nervios—. No sería primera vez que me escucha decirle cosas así, cuando era niño y no dejaba jugar a SeongHwa conmigo yo le decía cosas peores.
—Entiendo que cuando está nervioso quiere tocarme y olerme, príncipe, pero debemos irnos ya —indicó YunHo cuando las manos de MinGi ya se habían deslizado a su cuello.
—¡Oh, lo lamento! —el alfa se alejó hacia la salida, y abrió la puerta para que salieran. YunHo notó que el señor Park lo miro con cierto desprecio.
Evidentemente el alfa los había escuchado, pues lo primero que les dijo fue:
—Tienen la tarde libre, pero el señor y la señora Jung vendrán a cenar al castillo a las nueve.
—Oh, genial —expresó YunHo, quien apenas vio a la gente de la revista atinó a tomar la mano de su esposo. Estaba tan acostumbrado a este tipo de cercanía que honestamente tener a MinGi así ya no le incomodaba. Recordó sus primeros encuentros con MinGi, y el terror que le daba por no conocerlo, de no saber sus límites y su ética, y dio gracias a la luna que el muchacho fuera un hombre bueno.
—Deberíamos ir a cazar —dijo de pronto MinGi.
—¿Eh? —soltó YunHo.
Salieron del edificio, adelante iba el señor Park y después la pareja. El mayor se subió al vehículo que siempre los trasladaba, en el lado del copiloto. Como solían hacerlo siempre, el matrimonio se sentó atrás.
—A usted le gusta cazar, ¿cierto? Deberíamos hacerlo, me refiero a cazar juntos —prosiguió MinGi una vez se acomodó arriba del vehículo.
—¿Cazar? —atinó a decir YunHo, sorprendido.
—Es un buen día para cazar —MinGi soltó su mano y como siempre, se apoyó su lado de la ventana, mirando hacia afuera—, y necesito hacer algo de deporte.
—Me gusta la idea —manifestó YunHo sonriente.
La verdad es que había algo más que eso de gustarle la idea. Cazar era uno de sus pasatiempos favoritos y no podía hacerlo hace meses debido a sus compromisos con la realeza y por todo el cambio que había traído casarse con el príncipe MinGi. Es más, no cabía en sí de felicidad. Al fin podría dejar salir a su lobo, ser libre en los bosques… o al menos tratar de serlo acompañado de su esposo.
El viaje al castillo fue extrañamente largo y silencioso, y YunHo seguía igual de nervioso que durante la entrevista, pero ahora por distinta razón. No quería que MinGi se diera cuenta, pero seguro su aroma ya lo había delatado. Sin embargo, MinGi no demostraba hacerlo, pues seguía viendo tranquilo las calles aburridas de la ciudad, sin prestar atención al omega.
Al llegar, MinGi se bajó del auto y esperó a que YunHo hiciera lo mismo. Ya afuera, el joven dijo:
—¿Entonces? —apuntó al bosque con ansias. El señor Park, sin despedirse, se fue por su cuenta a otra parte del castillo.
—¿Ahora? —dijo YunHo.
MinGi asintió.
—Eh… está bien —contestó él encogiéndose de hombros.
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No se qué estoy escribiendo xd(en realidad sí)
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IDEAL [yungi]
أدب الهواةSe suponía que el perfecto y adorable WooYoung iba a ser el nuevo príncipe omega y futuro gobernante del clan de Corea del Sur. Se suponía que el chico bonito y ejemplo de omega ideal, debía casarse con el alfa heredero al trono: Song MinGi. Debía s...