Extinción ©

O14

     —¡No, hyung! ¡No abra mi... —Splash— casillero...!

     La cara de HoSeok se empapó en el momento en que un globo de agua reventó debido a un alfiler. No había que ser un genio para saber quién había hecho eso. Es más, TaeHyung, observando a JungKook, lo había visto acercarse misteriosamente a su casillero. Suponía el omega que esa era su venganza por agujerear la pulcra y blanca bata del castaño en respuesta a la infantil broma de pegar un afiche comprometedor en su espalda. Había tardado un poco en encontrar el momento perfecto para desquitarse por ello, pero había sido gratificante el grito que pegó el castaño cuando vio en ese estado a su queridísima prenda. Y, debido a eso, ahí estaba HoSeok, pagando en su lugar.

     TaeHyung le extendió su pañuelo a su amigo y lo ayudó a secarse. SeokJin se metió y fue él quien secó a su novio, haciendo a un lado a TaeHyung. El azabache se sentía algo culpable, pero no podía evitar querer reírse por dentro. Incluso HoSeok sonreía mientras SeokJin pasaba el pañuelo por su rostro.

     —¿Por qué pones esas cosas en tu casillero, Tae? —preguntó HoSeok con inocencia.

     —No fui yo, fue el desgraciado ese. Me está jodiendo los huevos desde hace un tiempo. Lo siento, Hobi hyung.

     —Ya. No hay problema. —El beta le restó importancia, en lo que recibía un beso de parte de Jin.

     Una vez casi seco el pobre chico, SeokJin se giró hacia TaeHuyng 

     —¿Por qué no le dices a BoGum? —propuso el mayor de los tres amigos—. Digo, él puede ponerle freno a esto, no está bien que te haga este tipo de bromas.

     TaeHyung quiso rodar los ojos, en serio quiso hacerlo, pero no lo hizo. Resopló con disgusto y miró a su amigo. 

     —Porque, primero, BoGum no es mi novio ni mi hermano para que lo involucre en mis asuntos. Segundo, no dependo de él, y todo lo que a JungKook concierne, solo tiene que ver conmigo. Además, me las arreglo bastante bien con ese idiota.

    La pareja no insistió. Había momentos como esos en los que TaeHyung tenía un porte de abogado magnífico, pero la mayoría de veces... bueno. Además, no parecía haberle gustado la idea de involucrar a alguien más en su conflicto con JungKook, lo que menos querían sus amigos, era molestarlo.

     —Lo que digas, TaeHyungie. —HoSeok le revolvió los cabellos con cariño al omega y se fueron de ahí.

     Caminando por el pasillo, pasaron frente al aula donde se encontraba JungKook. El azabache lo miró con rabia, pero se lo tragó para ponerse a idear una venganza, una buena.

     Pero, si algo no sabían, era que esas constantes bromas habían llamado la atención de la mayoría del campus; específicamente, de un rubio muchacho que los observaba en silencio.

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     —TaeHyung, no seas tonto. ¿Y si te golpea o algo peor? No hagas estupideces, por favor.

     SeokJin intentaba hacerle cambiar de opinión al omega sobre la terrible idea suya que se le había ocurrido, pero el azabache no parecía tener intenciones de desechar su plan.

     —Créame que va a caer. Ahora vamos a esa mesa donde siempre se sienta con NamJoon y JiMin.

     A regañadientes, su mayor lo acompañó. TaeHyung tomó el frasquito que yacía al centro de la mesa y giró la tapa hasta que quedó bastante floja, luego se sentaron a otra mesa y TaeHyung escondió el frasquito de la suya.