—¡Oye, oye! ¿Quieres calmarte? ¿Qué demonios te pasa, JungKook? ¿Muy alfa ahora? ¡Qué tremenda escena acabas de hacer! Basta, suéltame —decía molesto el omega.
Como en todo el camino, el castaño no le respondía ni lo soltaba del brazo. ¿Tan extraño se había visto que BoGum lo olfateara un poco? Tal vez, pero no era algo que pudiera haber evitado, fue repentino. Aunque entendía a JungKook en cierta parte, le desesperaba su silencio.
Estaban frente a la puerta de su apartamento compartido, y hasta ahí llegaba el dramatismo de JungKook, porque tendría que soltarlo para sacar la llave y abrir. El alfa lo miró con una expresión que TaeHyung no supo descifrar, así que enarcó una ceja como claro signo de victoria.
Sin darle tiempo a reaccionar, JungKook se abalanzó a su boca, abrazándolo fuertemente contra su propio cuerpo. Aunque el azabache quiso poner resistencia, en unos segundos ya estaba totalmente a merced de su pareja. Con sus bocas unidas, el mayor abrió la cerradura, la cual extrañamente estaba sin llave. TaeHyung dejó pasar el detalle y siguió con el ardiente beso que se estaban dando. Con una ligera patada, JungKook cerró la puerta detrás de sí y se apoderó de la cintura de TaeHyung. El menor, al abrir ligeramente los ojos mientras intentaba recuperar el aliento, notó que toda su pequeña sala estaba diferente. Intentó separarse, pero parecía que el castaño quería evitar que viera.
—Kook, amor. —Eso fue todo lo que el omega logró articular, pues los labios del alfa volvieron a apresar los suyos de forma errática y desesperada—. Espera...
Rendido, JungKook aflojó su agarre y dejó que TaeHyung observara el salón por unos segundos.
—Bebé... —susurró el mayor, pero el azabache estaba concentrado en ver los arreglos que decoraban el apartamento mientras intentaba recordar alguna fecha importante que se le hubiera olvidado.
¿Su aniversario? Imposible, estaba seguro que todavía faltaban unas semanas para eso. ¿Cumpleaños? Tampoco. ¿Visitas? ¿Quién recibiría a alguien con una cena para dos sobre una alfombra y velas aromáticas? Parecía algo especial y TaeHyung no entendía nada.
—¿Qué es todo esto? —preguntó confundido.
JungKook no respondió y lo abrazó por detrás, tomando posesión nuevamente de su cintura y presionando su cuerpo contra el suyo. Lo que sea que se le había olvidado al omega, al parecer tampoco era más importante para JungKook que su libido.
—Tenemos toda la noche, cariño —dijo tranquilamente, comenzando a besar su cuello con devoción—. Luego te lo explico.
TaeHyung no quería dejarse llevar, pero las caricias de JungKook en su piel comenzaban a excitarlo. Aun así, quería saber de qué se trataba todo ello.
—Primero dime —sentenció, separándose del castaño.
—Maldición, Tae. Me tienes así desde la mañana. Te juro que te lo explico después. —El alfa volvió a acercarse, pero tenía que reconocerle a su novio su tremenda terquedad.
—Me dices o nada.
Lamentablemente, los días de gloria del omega eran nada frente a los encantos del castaño, y el menor era incapaz de resistirse por más que intentara poner en primer lugar su curiosidad.
—Yo creo que sí, mi amor.
JungKook arrinconó a TaeHyung contra una pared y apresó sus manos por encima de su cabeza, comenzando a besarlo nuevamente. El alfa se aseguró de besar toda la piel a su alcance, y cuando sintió no poder soportarlo más, tumbó al azabache sobre el sofá más grande que tenían.

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Extinción ©
FanfictionKV┃completa. ❝Alfas y omegas se están extinguiendo. Para prevenir eso, los gobiernos de varios países en el mundo imponen la unión de alfas con omegas para así incrementar la población de almas lobunas, y eso llega hasta Corea del Sur; específicamen...