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《De último minuto. Lee Laboratories, después de años de investigación, por fin halló una manera, comprobada, de saber quiénes pueden ser parejas destinadas.

Además de los supresores, muchos omegas y alfas murieron por ser separados de los que deberían ser sus parejas destinadas, así que este gran descubrimiento ayudará a muchas personas.

Hemos conseguido que el mismísimo Dr. Lee nos acompañe en el programa hoy para que nos dé a conocer los detalles de su avance y cómo se aplicaría a las futuras parejas... 》

[╰⊰⊹✿ ○ ✿⊹⊱╮]

     —¿Adónde vas, Tae?

     —Necesito entregar mi trabajo.

     —TaeHyung —llamó SeokJin—. Tú no estás bien y JungKook tampoco. ¿Pasó algo durante las vacaciones que no nos hayas contado?

     El omega resopló y regresó a su asiento. No podía ocultarle mucho a SeokJin, lo conocía demasiado bien.

     —Qué no habrá pasado, hyung.

     —¿A qué te refieres? —HoSeok se integró a la conversación mientras guardaba su teléfono.

     —Bien —dijo el mayor de los tres—. Es una de estas cuatro: Tuvieron sexo, los emparejaron, cogieron o tienen que casarse.

     TaeHyung no aguantó y escondió su rostro entre sus brazos. Ni él entendía por qué se sentía tan avergonzado, si con BoGum no era secreto para sus amigos que mantenían relaciones normalmente.

     Pero con JungKook no era lo mismo, comenzando porque no era su novio y, como dato extra, lo odiaba. Lo odiaba... ¿Sería cierto eso después de todo? A ojos de cualquiera, obviamente no, pero dentro de sí, todavía había mucho que sanar.

     Él lo amaba, lo amaba a sus cortos cinco años. ¿Qué no había hecho por JungKook? Mucho para un niño de su edad. Le regalaba sus mejores dibujos, siempre se sentaba con él, aun cuando nadie más lo hacía. Le ayudaba a colorear su tarea y, a pesar de lo mal que le correspondía el pequeño alfa, siempre intentaba sonreír para su hyung, incluso si tenía que llegar a casa y llorar solo en su recámara, él nunca se quejó con sus padres de JungKook.

     Era deprimente.

     —Tae, aquí. Te estoy hablando. 

     SeokJin intentaba llamar la atención del omega moviendo su mano delante de sus ojos.

     El azabache lo miró y dejó salir un largo, largo suspiro.

     —Ambas, hyung. Apenas llegamos nos dieron la noticia y... al día siguiente él fue a mi casa. No sé por qué carajos lo hizo, pero yo estaba en celo y él también. Fue sin pensarlo, no debió suceder. Nos dejamos llevar por el momento y... ¡Hyung! ¡Es un idiota! Ahora está buscándome, y me intriga el hecho de que lo haga justo después de que haya pasado eso. ¿No le hace creer otra cosa?

     La pareja lo escuchó hasta el final, ocultando su sorpresa. Ellos no podían siquiera permanecer en un sitio sin pelear, ¿pero sí tuvieron sexo? Los efectos del celo podían ser una excusa genial años atrás, pero no en sus tiempos. Sí, el apetito sexual era casi asfixiante, pero nada que la razón no pudiera controlar. El único motivo que explicaba el suceso era lo vulnerables y expuestos que ambos estaban aquella mañana, efecto del celo. Durante ese periodo era imposible no dejar ver tus verdaderas intenciones, tus más ocultos deseos. Si eso era así... JungKook estaba enamorado de TaeHyung, y podía ser mutuo.

     —Te entiendo, Tae, pero... ¿no lo estás juzgando demasiado? —intervino HoSeok—. Al menos dale chance de intentar ganarse tu amistad.

     El omega no dijo nada. No sabía qué esperar de ese JungKook tan impredecible y extraño. Tal vez estaba siento un poco prejuicioso, pero tenía razones para dudar de él. TaeHyung estaba muy confundido. 

     —Y sobre su matrimonio —prosiguió HoSeok—. Bueno, no hay nada que puedas hacer.

     Pensativo, TaeHyung asintió sin ánimos y salió, excusándose con que iría a entregar su trabajo pendiente.

     Quizás si le daba a JungKook la oportunidad de acercarse, no sería tan malo como creía. Pero luego recordaba lo vivido en su casa sumado al cambio drástico en el comportamiento del alfa y se negaba a la idea. Su matrimonio era otro gran problema. ¿De verdad no había nada que hacer? En realidad, no. Solo tendría que esperar a que un milagro lo salvase.

[╰⊰⊹✿ ○ ✿⊹⊱╮]

     —¡JungKook hyung!

     NamJoon y JungKook se giraron para ver a un muy agitado JiMin intentando recuperar el aire.

     —Bebé... —NamJoon se acercó al pelirrojo, algo preocupado e intrigado—. ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

     —No es nada malo, amor. O eso creo. —El menor torció su boca y miró al castaño.

     JungKook lo miró con una sonrisa confundida, a la espera de la noticia que había causado el revuelo en su pequeño amigo.

     —¿Qué es, Minnie? Habla ya, que me da curiosidad —pidió el alfa.

     El pelirrojo se tranquilizó y armonizó su respiración, quitándole el susto a su novio que suspiraba con alivio. 

     —Vale —dijo con calma—. Eh, yo encontré a YoonGi en el comedor de camino para acá.

     NamJoon miró a JungKook, quien bajó la mirada con notoria incomodidad.

     —¿Y? No quiero hablar de YoonGi.

     —¡No es eso! —exclamó JiMin una vez recuperó el aire suficiente para proseguir—. Estábamos viendo un reportaje de ayer. Hyung, anularon todos los matrimonios, incluso el de usted con Tae.

     El castaño tardó un poco en procesar lo que acababa de escuchar. ¿Cómo que los habían anulado? ¿Era posible? 

     Estaba feliz por un parte, pues eso los liberaba de un peso enorme. Pero había algo más dentro de él que le oprimía el pecho, que estaba haciendo temblar a sus manos. Si lo que JiMin decía era cierto, entonces ya no tenía nada que lo vinculara a TaeHyung.

     Justo pasaba el omega en cuestión cerca del aula donde conversaban los tres chicos, y alcanzó a escuchar su nombre, así que se acercó con sigilo a la puerta.

     —¿Cómo que qué? ¿Cómo van a disolverlos así de fácil? ¿Por qué harían eso? —exclamó JungKook, incapaz de mantener sus nervios a raya.

     ¿Por qué le era tan difícil? Tenía que aceptar que no tenía chance con TaeHyung.

     —Porque ahora van a emparejar a los destinados. De algún modo tiene que ver con un cromosoma que no me acuerdo y han descubierto un modo de saber quién es destinado de quién.

     El castaño dejó caer de lleno su peso en su banca, sintiendo cómo TaeHyung se le iba de las manos, otra vez. Dentro de sí, tenía un caos de emociones ininteligible, nadie podría entender la mezcla extraña de sentimientos que lo atacaba.

     Por su parte, aquello alegró el día del azabache. Ese era el milagro que había estado esperando. ¿Será que la diosa Luna lo comprendía? Porque, en definitiva, ellos no eran soulmates

     Ignoró el dolor en su corazón como lo hacía desde siempre. Tenía que convencerse de que sería feliz lejos de ese alfa. Seguiría adelante sin problemas. Era una buena noticia; todo estaría bien.

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Quería darles algo antes de irme a dormir. Que tengan dulces sueños por hacer que mi bebé Extinción ya esté muy cerca de los 20K.

Los quiero, bye.

Roze Blume 🌹

‹edited›

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