Extinción ©

O42

—¡Tae! Espera, ¿me perdí de algo? ¡Por la virgen! ¿Qué demonios hacen sus manos juntas? Espera, espera. ¡HoSeok, dime que estoy dormido!

El diluvio verbal de SeokJin hizo reír a TaeHyung, HoSeok y JungKook. El mayor estaba en una especie de confusión crónica, porque ni siquiera los regañó por burlarse o algo por el estilo que haría si estuviera en sus cinco sentidos.

JungKook se sintió un poco apenado por la situación. ¿Tan extraño era verlos juntos? No hacía falta responder: la respuesta era afirmativa. Lo que convertía ese sentimiento de incomodidad en aflicción era la incertidumbre de no saber si su reciente cercanía se percibía negativa o positiva a ojos de los amigos cercanos de TaeHyung.

—No, amor, no estás dormido —respondió HoSeok entre risas.

SeokJin se recompuso e intentó sonreír, pero era tan bizarro ver a su mejor amigo yendo de la mano de Jeon JungKook, que su boca solo hizo una mueca.

—Dime que al menos fuiste más difícil que la tabla del uno. Por favor, Kim TaeHyung.

Jin no podía creérselo. ¿Cuándo había pasado todo? Era algo que pasaría, si se lo pensaba bien, ya que JungKook había iniciado una especie de cortejo sutil. Pero, de todos modos, no estaba acostumbrado todavía a verlos tan juntos, y SeokJin aseguraba que no era el único en el campus.

—No sabría decirte, hyung —contestó el omega, un poco más serio—. JungKook podría responder eso.

El alfa, quien mantenía la mirada gacha, elevó su vista hacia TaeHyung y vio apoyo en sus ojos, aunque también algo de burla: lo estaba poniendo a prueba para reírse a costa suya. Los viejos hábitos no desaparecían, ¿eh?

JungKook entrecerró sus ojos acusatoriamente y luego miró a SeokJin, quien lo miraba con una mano en la cintura y esperando escuchar lo que tuviera que decir.

—Eh... Kim SeokJin sunbae, ¿verdad? —El aludido elevó una ceja en dirección al alfa. HoSeok asintió detrás suyo para disipar la confusión de JungKook—. Bueno, nunca fue fácil. Me ha tomado más de diez años poder acercarme a TaeHyung y... Bueno, yo ya hablé con él y le he pedido perdón. Sinceramente, no esperé que él tuviera los mismos sentimientos por mí, pero agradezco que me dé la oportunidad de demostrarle lo arrepentido que estoy por todo lo que le he hecho pasar. Espero poder hacerlo feliz de ahora en adelante —culminó el castaño, frunciendo levemente el ceño cuando se dio cuenta de lo que había dicho—. Demonios, esto iba para tus padres, Tae.

El omega sonrió y le dedicó una mirada dulce a JungKook.

—Woah, pequeño, eres mi ídolo —exclamó HoSeok, cubriendo su boca con sus manos a causa de la emoción—. ¡Lograste conquistar a tu némesis! Bueno, de lo que hayan hablado ya queda en ustedes, no entraremos ahí, pero soy muy feliz por am...

—¿Cómo que no? ¡Quiero...! ¡No, exijo detalles!

—Jinnie, es cosa de ellos.

—Tae es yo, y yo soy Tae. A ver si comienzas por decirme en qué...

—¡Ay, SeokJinnie, mira! ¡Un perro que orina chocolate!

El mayor se distrajo con ello por un segundo, cuando cayó en cuenta de lo absurdo que era, pero, para ese entonces, la pareja ya había escapado. SeokJin miró a su novio de brazos cruzados, a lo que éste le dio un beso para contentarlo.

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—No le entiendo nada a ese profesor —se quejó TaeHyung, recostándose sobre sus libros.