O31

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     —¡BASTA! ¡A TaeHyung es mucho más fácil odiarlo!

     El grito de JungKook alarmó al par de betas, que dieron un pequeño brinco del susto. Ellos no eran lobos para reaccionar a la voz de mando de un alfa, pero no dejaba de ser intimidante.

     —¿Pero qué demonios dices, JungKook? —cuestionó NamJoon.

     —¡Lo que escuchaste, hyung! ¡No más planes para acercarme, no más estar detrás suyo para rogarle atención, no más! Lo odio, me odia. Eso no va a cambiar.

     El castaño estaba exaltado y con sus ojos a punto de soltar lágrimas. Todo iba mal, estaba frustrado. El problema se originó cuando aceptó que TaeHyung le gustaba. ¿Y realmente era así o solo le gustó lo que hicieron esa mañana? Lo segundo era más probable, así que no necesitaba que el omega se interesara en él, ni siquiera debería importarle.

     —Voy a demostrarle que lo odio. No se vaya a quedar con esas ideas de que me muero por él, solo fue bueno esa vez y me gustó, nada más —dijo en voz alta, pero sonaba como si se lo estuviera diciendo a sí mismo.

     Sus amigos lo escucharon sin decir ni una sola palabra. No sabían cómo intervenir o cómo ayudar a JungKook a calmarse. Entendían su comportamiento, pero no dejarían que cometiera alguna estupidez en contra de TaeHyung, o al menos no una más.

     —No vas a salir de aquí. —NamJoon le bloqueó la salida del aula. Varios de sus compañeros los miraban raro, pero no podían esperar menos; ya estaban casi acostumbrados—. Estás enojado, y cualquier cosa que hagas en ese estado te hará arrepentirte después.

     JiMin veía asustado a su novio y amigo. Deseaba poder hacer algo, pero estaba lejos de tener alguna solución en mente. JungKook estaba cegado, no pensaba nada con claridad. Lo entendía, un rechazo constante podía ser muy doloroso, pero, por más que fuera su amigo y tendría que estar de su lado, él mismo se lo había ganado.

     El pelirrojo beta había pensado mucho sobre su peculiar par de amigos. Él conocía las dos versiones, las dos caras de la historia. JungKook no había sido un buen primer amor para TaeHyung, y TaeHyung era rencoroso hasta los huesos, y tenía razones para serlo con ese alfa. JiMin amaba a JungKook, era uno de sus mejores amigos, pero se lo había dicho en una ocasión también: «Nunca va a dar el paso que necesita si no comienza por disculparse, hyung.»

     Entendía a ambos, ambos eran sus amigos, y, a medida que la situación empeoraba, se sentía más y más agobiado.

     —Hyung, por favor. Nam tiene razón, tiene que calmarse.

     El castaño miró a la pareja y su mirada se ensombreció. Nunca, en todos sus años de amistad, habían visto al alfa tan enojado, y era realmente atemorizante. NamJoon sintió escalofríos.

     —Uno error más, uno menos. ¿Creen que no me arrepiento ya de todo lo que he hecho? Pero he estado bien de todos modos. Quererlo está mal. TaeHyung no es para mí y nunca debí siquiera considerar acercarme. Es mejor seguir como siempre lo hemos hecho. Ahora, hyung. —JungKook clavó su mirada en la del aludido, una mirada fría y rota—. Hágase a un lado o pasaré por encima de ser necesario.

     JiMin, delicadamente, jaló del brazo de su novio y lo atrajo a él, dejando pase libre para el castaño. JungKook salió del aula, pero apenas estuvo afuera, se detuvo. La pareja lo observó, mientras el castaño apretaba los puños. Estaba recapacitando.

     Ya había cometido muchos errores por no escuchar a sus amigos. ¿Realmente quería un peso más en su conciencia? No. Si TaeHyung no era para él, que así sea, pero no había nada que demostrar. Su antigua indiferencia sería suficiente.

     Con la impotencia todavía circulando en él y disculpándose en silencio con JiMin y NamJoon, decidió ir a un lugar donde pudiera ordenar sus pensamientos en paz.

[╰⊰⊹✿ ○ ✿⊹⊱╮]

     —¿Quieres ir por ramen o algo? —HoSeok ofreció al azabache.

     —No, hyung —negó—. Gracias.

     El mayor entendió la causa y salió del aula para buscar a su novio por algún sitio. Sabía que TaeHyung evitaba salir para no cruzarse con JungKook. Estaba muy sensible a eso últimamente, así que a SeokJin y a HoSeok no les quedaba más remedio que respetar la decisión del azabache.

     TaeHyung suspiró. Había comido galletas y un refresco de la máquina expendedora hacía poco. Quizás no debió beberlo con tanta rapidez, porque las ganas de miccionar iban a lograr sacarlo de su aula, y eso no era bueno cuando su hora libre también era compartida con los estudiantes de Medicina.

     Bueno, las probabilidades de cruzarse con JungKook o BoGum eran bajas, ¿verdad? Su vejiga iba a explotar en cualquier instante.

     De camino a los baños, extrañamente vio a JungKook acercarse a su aula, cosa que lo inquietó. El universo tenía algo en contra de él, lo confirmaba. Extrañado, siguió de lejos al alfa y se escondió detrás de una pared para evitar ser visto por el castaño y su par de amigos que iban en la misma dirección, pero muy centrados en su mundo como para notar la presencia de JungKook.

     Grande fue la sorpresa de TaeHyung cuando JungKook no entró, no se detuvo ni se giró.

     El omega salió de su escondite y fue visto por el alfa, pero éste pasó de largo, sin siquiera mirarlo por más de dos segundos. 

     Esa actitud era extraña. De un día para otro parecía haber vuelto a ser el hombre que se perdió hace un poco más de dos semanas, pero estaba bien. Era sabido que su amigable personalidad no era más que una fachada. Por fin lo dejaría en paz. Perfecto. Había tenido tanto de un JungKook razonable que casi se volvió loco.

     TaeHyung se juró a sí mismo que estaba bien con tener al antiguo JungKook, pero, con el pasar de los días, su inquietud se incrementaba, al igual que las dudas en su mente.

     ¿Tan rápido había perdido el interés? Claro, eso era. Estaba en lo cierto cuando decía que solo había sido la emoción del momento. ¿JungKook creyó que por follar con él en un momento de calentura estaría todo arreglado? ¿O siquiera había pasado por su cabeza volver a repetirlo estando en sus cinco sentidos? Por supuesto que no, y al parecer lo había dejado tan en claro que JungKook se aburrió.

     Así de simple. Bien había hecho en mantener su distancia. Después de todo, ¿qué podía esperar de ese alfa? Él también había sido un tonto al pensar que JungKook lucharía un poco por él, aunque sea por algo tan carnal como sexo. Ni para eso... qué decepción.

     Y aunque TaeHyung lo negara con su vida, aquello le había dolido. Esperó demasiado, ¿verdad?

Roze Blume 🌹

‹edited›

Extinción ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora