Los cuchicheos siempre se hacían notar cuando JungKook pasaba por algún lugar. Desde su descubrimiento con los supresores, los pocos omegas y alfas que habían tenido molestias fueron al hospital para realizarse una desintoxicación. Conforme se anuló el consumo de supresores después del anuncio de su rector aquella mañana, varios chicos iban recuperándose de a pocos, siendo atendidos en la enfermería cuando eran atacados por algún malestar menos frecuente con el transcurso de los días.
La fama se sentía bien hasta cierto punto; YeonJun y SooBin lo disfrutaban, pero, para JungKook, era algo tedioso.
A veces se cruzaba con la mirada de YoonGi entre la muchedumbre y podía notar la tristeza en su rostro. En realidad, podía leer en sus facciones una felicitación, pero sus ojos tristes le recordaban que le había costado su relación.
—Kookie hyung —lo llamó un pequeño pelirrojo que ya extrañaba desde hace unos días.
—¡Minnie! —exclamó JungKook, gratamente sorprendido con la presencia del menor—. Pensé que te habías olvidado de mí. —Hizo un puchero adorable.
JiMin rio junto al alfa y le revolvió el cabello con algo de esfuerzo, ya que JungKook era mucho más alto que él.
—¿Almorzamos, hyung? Nam se nos unirá allá.
—Creí que ambos estaban molestos por lo que pasó con YoonGi. Se enteraron, ¿no?
El menor suspiró y bajó la cabeza con nostalgia. No sabía si era buena idea contestarle a su amigo.
—Nos contó todo, hyung. No quiero ser un mal amigo, pero Nammie y yo nunca creímos que fuera a ser duradero, aunque me sorprendió el hecho de que hayan durado un año. Desde que... ya sabe, su actitud comenzó a cambiar, intentamos mentalizar a YoonGi, pero él lo amaba... hasta que llegó a su límite.
—Yo no quise, Minnie...
—No lo juzgo, Kookie-ah —dijo el menor, callando a JungKook—. No sé qué revoltijo de sentimientos tendrá por aquí. —Con su pequeño dedo índice señaló el pecho del mayor—. Pero es cuestión suya. —Finalizó con una cálida sonrisa que contagió a su amigo—. Ahora, ¿vamos a pedir? Estoy muriendo de hambre porque Nam malogró mi microondas y no pude hacerme ni unos tristes fideos hoy en la mañana, encima iba tarde.
El castaño soltó un par de carcajadas y siguió a JiMin en su camino hacia el comedor. Sin embargo, no pudieron ni siquiera acercarse, ya que una joven lo detuvo. Ambos la miraron confundidos, no recordaban haberla visto por sus facultades.
—¿Sí? —preguntó el castaño al ver que la fémina no decía ni hacía nada más aparte de sonreír cortésmente.
—¿Tú eres Jeon JungKook? —Devolvió una incógnita con otra.
—Eh, sí. ¿Quién pregunta?
—No hace falta que lo sepas, solo acompáñame. Hay alguien que te busca. —La hermosa joven (cabe recalcar, porque su belleza no pasó desapercibida para el par de amigos) se dio vuelta y comenzó a caminar, esperando que el alfa la siguiera.
JungKook captó y luego miró a JiMin, quien le dijo que vaya, que almorzaría con su novio. Con un suave «lo siento», el castaño siguió a la muchacha, quien iba a paso firme por los pasillos y sin decir absolutamente nada. JungKook hacía lo mismo. Lo único que se escuchaba entre ellos era el resonar de sus pasos en ese largo pasillo universitario. ¿Qué querría ella? O, mejor dicho, ¿quién era la persona que lo buscaba y para qué?
—Entre, JungKook-ssi —indicó la joven, quien en algún momento se había detenido frente a una puerta que tenía una cruz roja estampada en ella.
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Extinción ©
FanfictionKV┃completa. ❝Alfas y omegas se están extinguiendo. Para prevenir eso, los gobiernos de varios países en el mundo imponen la unión de alfas con omegas para así incrementar la población de almas lobunas, y eso llega hasta Corea del Sur; específicamen...