— che negra, ¿y tu wacho? — me pregunto mientras se sentaba al lado mío.
— ni idea, me dijo que iba a lo del Homer y que enseguida volvía, que se yo — levante mis hombros, estaba cansada ya.
— pero, ¿qué? ¿vive en la casa del Lucas o qué? — me paso un vaso lleno de valla a saber que, no me importó y tomé igual.
— no se, pero no me hace bien, casi ni esta en el departamento, y cuando esta se la pasa durmiendo o fumando — Mauro me abrazo.
— sabe que ni yo se que le pasa al cenfe, pero si querés hablo con él — hablo tiernamente.
— no te preocupes gordo, yo hablo con él — sentimos como sono/vibro mi celular.
— ¿qué onda? — preguntó riendose mientras sacaba de debajo de él el celular.
— casi me dejas sin celular boludo — me reí.
— perdón wacha, decime quien es — me lo pase, y me di cuenta que Tomás me mando una foto.
— es Tomás, mando una foto — desbloquee el celular y entre a su chat, arrempintiendome enseguida.
— ¿qué pasó?— pregunto impaciente.
Tomi ❤
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02:30 am. sabes que siempre va a volver a mí, lo nuestro no es solo marketing. 02:31
qué lindo, felicidades 02:31 que les vaya bien. 02:31
— Azu wacha — me abrazo y me rompí en sus brazos, me rompió de nuevo, ¿qué hice mal?.
— Mau, ¿qué hice mal? decime, no se que hacer ya — lloré.
— tranquila, llora, voy a estar acá con vos, y cuando sea el momento hablamos — me empezó a hacer mimos.
Llore mucho, hasta que me canse y me dormí, Mauro igual, en el sillón, los dos abrazados, rotos.
— que lindo, llegar a casa y encontrarme a mi wacha con mi mejor amigo — entro c.r.o , haciéndonos despertar.
— ¿me estás jodiendo? — me levanté enojada y camine hasta él. — ¿ves esto? — señale mi cara hinchada y ojos rojos — ES POR VOS — sentí como volvían a salir lágrimas.
— no entiendo — se limitó a decir mirando al piso.
— ESO TOMÁS, QUE ME LASTIMAS SIEMPRE, NO ESTAMOS DESTINADOS A ESTAR JUNTOS — le grite, mientras le tiraba el celular, con la foto que me había mandando Julieta — ESTÁS CON ELLA, YO SOLO SOY TU JUGUETITO QUE ESTA SIEMPRE QUE QUERES O TE PELEAS CON ELLA, ME HARTE — Mauro llego hasta mi lado y me abrazo.
— perdón Azu, perdóname — suplicó.
— no Tomás, siempre me haces lo mismo, andate porfavor — pedí.
— andate wacho, hacele caso — Tomás camino hasta la puerta, me miro y se fue.
