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Carla seguía sin ánimo después de que descubrió que tiene que ir a un juicio con Polo. Su padre no le hacía cosas fáciles tampoco, la presionaba bastante.

-¿Papa, a que te refieres con lo que dijiste sobre el juicio? – le pregunta mientras desayunábamos

-No nos conviene que repitas lo que dijiste a policía ese día. – dice, muy serio

-¿Piensas prohibírmelo? – pregunta

Teo dejaba de comer, sabía que era oportunidad perfecta para que hace su hija entra en razón una vez por todas.

-Si. Te conviene estar al lado de tu familia y no traicionarnos así. – dice

-No pienso seguir tu juego y mentir en un juicio. – casi grita, levantándose de su silla

-¡Carla! – Teo la llama pero ella sigue su camino hacia escaleras

Carla ya estaba en escaleras, lo único que le detuvo de irse a su habitación fue la mirada de su padre quien la estaba mirando, era serio y le dio mucho miedo.

-Carla, estamos jugando mucho aquí. Sé que te sigues enrollando con Samuel, es hora de dejarlo porque si no lo haces el va sufrir consecuencias. Te lo digo enserio, se cuando me estas mintiendo y cuando no, decidí ser ciego y dejarte hacer todo lo que tú quieres y cómo quieres pero ya fue suficiente. – dice

-¿Cómo? ¿Piensas seguir amenazándome? – pregunta

Carla no estaba segura de que su padre estaba hablando enserio, a veces decía cosas sin pensar, no sabía si debía tomar enserio esas amenazas.

-Si, es la última vez que pienso hacerlo. Déjalo o te juro que va sufrir peor que Christian, no va tener oportunidad para recuperarse. – dice

-¿Vas a matarlo? – pregunta Carla, mirándolo, tenía miedo de su respuesta

-Prepárate para  el juicio, Carla. – le dice, alejándose de ella

Carla no sabía qué hacer, su padre acaba de amenazarle con ''matar'' a Samuel si no lo deja y también tendría que mentir en un juicio. Esas dos cosas la harían sentir como una mala persona, no podía dejar de estar con alguien quien ama de verdad y tampoco quería mentir y decir que Polo no hico nada pero no tenía otras opciones.

Decidió no ir al colegio ese día, no podía enfrentar a Samuel, ni mucho menos decirle nada de lo que su padre le dijo.

Samuel la llamaba todo el día pero ella apago su móvil, en cuanto llegaba a Las Encinas se acerco a Lu porque era la única persona que debía saber donde esta Carla.

-¿Podemos hablar por un momento? – le dice Samuel

-Si es por el trofeo ya hable con Guzmán, le daré la dirección de casa de Cayetana.

-¿Sabes donde esta Carla? – pregunta Samuel, ignorando todo lo que Lu le dijo

-No. – dice Lu

-No contesta mis llamadas, estoy preocupado. – dice, desesperado

-Carla es así, debías esperar su llamada y no seguir insistiendo. – le dice, alejándose de el

Al verlo solo, Nadia se le acercaba.

-¿Cómo estas, Samu? – le pregunta Nadia

-Mal – dice

Nadia podía adivinar que tiene algo que ver con Carla pero no quería meterse en esos asuntos.

-Llegaron los nuevos. – comenta Nadia

-¿Ya? – dice Samuel

-Malick y Yaray, así se llaman, los conocí y me caen bien. – dice Nadia

Samuel no estaba tan seguro de eso, podía jurar que los nuevos siempre traen problemas, hasta ocurrió el asesinato de Marina cuando ellos llegaron.

-Nos vemos luego. – dice, saliendo del colegio

Nadia quería decirle tantas cosas mas pero no logro, tampoco tenía muchas ganas de volver a hablar con Guzmán quien sigue cada día mas lejos de ella.

Samuel llevaba desesperado todo el día, se fue a casa a dormir un poco antes de ir a trabajar.

Sonaba con Carla, estaba tan desesperado por obtener algún mensaje por su parte pero eso no ocurrió.

-¿Ey, no tendrías que estar en el trabajo? – dice Nano, despertándolo unas horas después

-Si, ya me voy. – dice Samuel, levantándose

Nano notaba la mala cara de Samuel, también sabía que la gran culpa la tiene marquesita.

-¿No dormiste bien? – pregunta Nano

Samuel no decía nada, tomaba su móvil, revisaba mensajes y llamadas pero no encontraba nada.

-Estas así por ella, entonces. – comenta Nano

-Deja de meterte en mi relación con Carla, no te lo pienso volver a repetir. – dice, saliendo de habitación

Fue uno de mejores días para Ander, sin embargo. El salía de hospital, no tendría porque seguir allí ya que se sentía mejor, según doctores.

Debía reconocer que se comportaba mal con Omar pero por ahora no tenía valor suficiente para llamarlo o pedirle perdón. Primero quería disfrutar de su día de libertad en casa, con su madre  y el resto solucionara de alguna manera.

Samuel estaba trabajando en restaurante todo el día, cada minuto se ponía más nervioso y inquieto.

Decidió tomar el móvil  y mandar un mensaje a Carla.

-¿Cómo estás? Te extraño mucho. Sigo en restaurante, puedes venir si quieres y luego podríamos ir a mi casa, tengo muchas ganas de ti. – Samuel

Samuel sonreía al escribir ese mensaje, pensaba que así podría levantarle el animo a Carla.

Estaba muy enamorado de ella, no podía dejar de sonreírse, hasta toda la gente que vino en restaurante se dio cuenta de eso.

Pocos minutos después le llego la respuesta, tomaba el móvil rápidamente.

-Samuel, estaba pensando mucho y es mejor dejarlo. Esta relación no tiene ningún futuro, es imposible estar juntos y felices así que pienso que debíamos seguir adelante solos. Espero que no te enojes y que logras entender mi decisión. – Carla

Ese mensaje solamente lograba romperle el corazón a Samuel, no entendía nada, que habría cambia desde un día a otro y sin duda va querer obtener algunas respuestas.

Polo estaba cada días más preocupado por la tema de juicio, por eso fue a ver que le diga Teo. De todos modos, es por el que paso todo eso.

-Tranquilízate, lo tengo todo bajo control. – dice Teo

-¿A Carla también? – pregunta Polo

-Claro. Mi hija está controlada, no va volver repetir lo que dijo ese día, pronto todos van a creen que esa confesión es acto de venganza de una ex novia despechada. – dice Teo, sonriéndose

Polo le creía, estaba seguro de que todo va salir bien.

La Tormenta de ArenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora