La Tormenta de Arena

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A Rebeka le pareció muy extraño comportamiento de Samuel, no quería pensar que Carla tenía algo que ver en eso.

El siguiente día decidió hablar con el por qué no contestaba sus llamadas.

-Estaba muy preocupada por ti. – dice Rebeka

Samuel estaba mirando a Carla quien entraba en colegio con Yeray, estaban hablando de algo.

-¿Por qué te fuiste tan temprano? – pregunta Rebeka, poniendo mano sobre cuello de Samuel

El sentía muy extraño, notaba que Carla lo vio, no tenía ningún interés en ponerla celoso y tampoco quería que ella llega a pensar que esta con Rebeka porque le gusta.

-¿Qué estás haciendo con tu mano? – dice Samuel, un poco frustrado

-Perdón. – dice Rebeka, dando un paso atrás

Samuel miraba a Carla una vez más, creía que sus ojos van a encontrarse una sola vez pero vio como le comía con besos a Yeray.

Todos se dieron cuenta de eso, hasta Rebeka.

-Vaya, que la marquesita no pierde el tiempo. – comenta Rebeka

-¿A qué te refieres con eso? – dice Samuel

-Ayer te decía que te amaba y ahora se enrolla con primero que viene. Yo solamente espero que te diste cuenta de cómo es ella. – dice Rebeka

-Si, me di cuenta y no me importa. – dice Samuel

Estaba tan decepcionado, su mente viajaba al tiempo que pasaba con Carla, recordaba la última noche con que pasaba con ella.

Estaban en habitación de Carla, padres de Carla no estaban allí así que aprovecharon el tiempo libre.

-¿Segura que no hay nadie? – dice Samuel

-Relájate. – le dice Carla, besando cuello de Samuel

-Joder, que tienes unos labios que realmente saben seducir, jamás podría decirte no. – confiesa Samuel

Carla dejaba de besarle, ponía mano sobre su mejilla, mirándolo, con una gran sonrisa.

-Pero yo a ti no te quiero seducir, quiero estar contigo, eso es todo. No me importan los juegos, quiero tener un futuro contigo. – dice, besándolo en labios

Carla le empujaba en cama, quitaba camiseta y sentaba sobre piernas de Samuel.

-¿A quién te llevarías a una isla desierta? – pregunta Samuel

-¿Perdón? – dice Carla

Tenía el mismo sentimiento como cuando trataba a besarle y él le preguntaba si quiere macarrones.

-¿Has pensando en eso alguna vez? ¿A quién llevarías? – la pregunta de nuevo

-Cariño, ya sabes respuesta a esa pregunta. – dice Carla, sonriéndose

-¿Quién? ¿A Lucrecia? – dice Samuel, bromeándose

-Eres loco. – dice Carla, dándole otro beso

-No respondiste mi pregunta. – dice Samuel, más serio

-A ti. – dice, tomando manos de Samuel, los ponía debajo de su falda

Solamente quería sentirlo y nada más.

-A mi? – dice Samuel, siguiéndole el juego