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Carla seguía sin ánimo, seguía deprimida y melancólica, parece como si no encontraba salida de su destino.

Estaba en pasillo de colegio, apoyada con espaldas en taquillas, quería estar sola por un momento y pensar.

Toda la clase la odiaba, todos menos Samuel quien seguía insistiendo en estar a su lado aunque parecía imposible por un momento.

-¿Dónde está mi marquesita favorita? – dice Valerio, acercándose a Carla

Ella le miraba con una mirada extraña, ellos jamás habían sido amigos, si se acercaba a ella era por algo y eso le asustaba.

-¿Te puedo ayudar en algo? ¿No se supone que tú me odias también? – dice Carla

-Yo te puedo ayudar en olvidar todos los problemas. – comenta, diciéndole en voz baja

-¿Qué problemas? Yo no tengo ningún problema, estoy bien. – dice, sin mirarlo

Valerio eligió el mejor momento para hacer lo que le prometió a Rebeka, sacaba un pequeño bolso de cocaína, mostrándole a Carla.

-¿Qué cono es eso? No quiero estar cerca de esa mierda. – dice, casi gritando

Al parecer la vez anterior fue suficiente para que Carla se da cuenta que no quiere morir de droga.

-Esto te va ayudar para olvidarte de Samuel y el hecho de que mentiste en un juicio. – dice Valerio

-¿Por qué crees que necesito consumir esa mierda para olvidarme de alguien como él? – pregunta Carla, cruzando los brazos

Sin embargo no podía quitar mirada de droga, le llamaba, quería perderse en ese mundo donde no sabía que hacía o con quien.

-La primera vez es gratis, como siempre. – comenta Valerio, dándole esa bolsa a Carla

Carla miraba cocaína con una mirada perdida, no quería volver a hacerlo pero tampoco podía negar ese sentimiento de querer morir por dentro.

Nadia sentía culpa por besarse con Malick, quería volver a acercarse a Guzmán pero eso fue imposible.

Cada vez que lo encontraba en colegio o fuera en el patio la ignoraba y seguía con su camino.

Nadia sabia que va ser difícil ganar su perdón pero Guzmán sentía cierta debilidad por Nadia, tarde o temprano la perdonara.

Samuel se sentía fatal por rechazar a Rebeka de esa manera pero tampoco podía darle falsa esperanza de nuevo.

Por eso decidió pedirle perdón y volver a tenerla como amiga, al menos.

-¿Rebe, podríamos hablar? – pregunta Samuel después de clase

Todos estaban saliendo de salón pero Samuel quedaba para aprovechar oportunidad y pedirle perdón.

-No sé de qué, me dejaste muy claro como te sientes. – dice Rebeka, sin dar vuelta para enfrentarlo

-Joder, tú misma sabes como me sentía antes y como me siento ahora. La quiero y es mi culpa, lo sé. – dice Samuel, sin darse cuenta que casi todos le podían oír, al menos los compañeros que aun estaban saliendo de aula

-No tienes porque seguir disculpándote. Pasa por mi casa esta noche si quieres, voy a hacer una fiesta. Va ser de otro nivel, sinceramente, vas a flipar. – dice Rebeka

-Allí estaré. – dice Samuel, una fiesta fue exactamente lo que necesitaba

Rebeka se encontraba con Valerio fuera de colegio.

-¿Ya hiciste? – pregunta Rebeka, en voz baja

No quería parecer sospechosa ni que nadie los vea.

-Si. ¿Estas segura que quieres que lo hacemos a esta manera? – pregunta Valerio, preocupado

-Un polvo saca a otro polvo, no es la primera vez que marquesita abusa de drogas, esta vez le va ayudar. – dice Rebeka

Esa noche todos decidieron aparecer por casa de Rebeka, especialmente Carla porque Valerio seguía mandándola mensajes, preguntando si quería mas droga o si quería pasarlo bien.

Carla no podía decir que no, mucho menos en el estado en que se encontraba por culpa de su padre y otras circunstancias.

Al llegar a fiesta Rebeka se le acercaba de inmediato. Eso fue una fiesta en piscina, Rebeka pensaba en todo y todos cuando menciono fiesta.

-¿Qué tal? – dice Rebeka

-Dicen que la fiesta va ser de puta madre, por eso vine, nada más. – dice Carla

-Tengo algo para ti, Valerio lo dejo. – dice Rebeka, tomando una pastilla que tenía en su pulsera

Carla se ponía nerviosa al oírla mencionar Valerio, de inmediato sabia de que se trata.

-Disfruta la fiesta.- dice Rebeka, al ver a Carla tomar pastilla y poniéndola en boca

Al ver a Samuel llegar de inmediato se acerco a él.

-¿Qué pasa, tronco? – dice Rebeka, abrazándole

-Ya... - empieza decir Samuel pero al ver a Carla ya olvidaba que quería decir

-¿Qué? – dice Rebeka, tratando a hacerle terminar la frase

-¿Qué hace ella aquí? ¿La invitaste tu? – dice Samuel, confundido

-¿Desde cuándo tengo que hacer la lista de invitados? No tenemos diez anos, Samu. Todos son invitados, incluso marquesita. – comenta Rebeka

-Tengo que hablar con ella. – dice Samuel pero Rebeka lo toma por brazo

-No puedes ahora, tienes que dejarla en paz. – dice Rebeka, un poco celosa

-¿Y si no es ahora, cuando? – dice Samuel, sin entender porque no se ponía de su lado

-Vamos a tomar una bebida y luego hablaras con ella. – dice, tratando a hacerle alejar de Carla pero de manera sutil.

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Que les parece?

Nos leemos!

La Tormenta de ArenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora