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Carla seguía tensa estando con Yeray, esa noche se fueron a una fiesta de San Valentín en el club.

-¿Te pasa algo? Parece que no te estas divirtiendo. – dice Yeray

Carla tomaba champagne, no quería beber otra cosa después de tener esa loca semana cuando usaba drogas de nuevo.

-Estoy bien, tranquilo. – le dice

-Quizás es hora de que tenemos una conversación muy seria. – le dice Yeray

Carla se ponía aun más tensa.

-¿Por qué? – le pregunta

-Tu padre me llamo hoy, me dijo que quiere que cenamos todos juntos mañana. – dice Yeray, contento

Yeray era una persona alegre, muy diferente del resto de compañeros de Carla.

-¿Qué le dijiste? – le dice, teniendo miedo de oír su respuesta

-Pues, le dije que estoy libre, así que podemos hacerlo. – contesta Yeray

Carla asienta con cabeza, estaba preocupada por esa cena, no podía seguir mintiendo a su misma de que no siente nada por Yeray pero su padre fue un demonio que no la dejaba tranquila.

Por eso decidió seguir con idea de cena, seguir soportándolo al menos un poquito más hasta que decida terminar con todo eso de una buena vez.

-¿Te parece bien la idea o? – dice Yeray

-Si, está bien. – dice Carla, pero no lograba convencerle mucho

Cayetana llevaba teniendo una crisis muy grande, estaba evitando a Polo, era algo muy evidente a él.

Ya entendía que se sentía bastante sola y infeliz a su lado todos esos meses, fue un gran error ayudarle y esconder trofeo. Tarde o temprano pagara por eso y todos ya la odian suficiente.

-No comiste nada. – le dice su mama

-No tengo hambre. – dice Cayetana

Su madre la notaba bastante diferente últimamente, sabia su historia con Polo pero no sabía cómo ayudarla, no eran ricos ni tenían tanta influencia.

-¿Y Polo? No lo vi hace días. ¿Están peleados? – le pregunta

-Me doy asco a mi misma por esconder el trofeo, no puedo mirarme en el espejo, tampoco puedo mirarle en la cara y fingir que le sigo queriendo. – explica

-Entonces haz lo que tienes que hacer, tienes que decir la verdad y entregar el trofeo. – le dice su madre

-Tengo mucho miedo. – confiesa Cayetana

-Cayetana, yo estoy aquí para todo lo que necesitas, en cuanto seas lista para ir y hablar con policía tu dime y lo resolvemos todo. – le dice, tomándola por la mano

Cayetana le tenía mucha confianza en su mama, sentía pena por odiar el hecho de que su madre es limpiadora pero ahora se siente mucho mejor porque ser rico no le hace nada bien a nadie.

El siguiente día por la noche Yeray vino en casa de Carla para cenar con sus padres.

La cena fue un poco incomoda, Teo es el único que se divirtió.

-Y entonces ellos dos terminaron su relación. – comenta Teo

-Fíjate que recuerdo que estaban muy unidos siempre, pensaba que se iban a casar y ahora volví y todo es diferente. – dice Yeray

Carla tomaba su copa de champagne, Beatriz notaba que era tensa y incomoda pero no podía hacer nada para ayudarle.

-Las cosas cambian. – dice Carla

-¿Sabes la peor cosa que hico? Es meterse con ese camarero, era una relación muy rara pero al fin se dio cuenta de que no tienen ningún futuro. – dice Teo

-Se llama Samuel. – dice Carla

Cada vez que alguien le decía camarero o becado ella sentía que necesitaba repetir su nombre.

-A si, el va en nuestra clase. – dice Yeray, un poco incomodo

-Ya, su hermano es un maldito criminal, debía haberse quedado en cárcel. – dice Teo, tomando copa de whiskey

-¿Samuel tiene un hermano? – dice Yeray

-¿Podemos hablar de otra tema? – dice Carla, nerviosa

-Pensaba que tu novio necesita saber cómo están las cosas porque parece que van muy serio. – dice Teo, sonriéndose

-Nano no es criminal y Samuel tiene un futuro brillante por delante. – comenta Carla, enfadada

-¿Qué futuro? – dice Teo, curioso

-No te pienso decir porque no te importa. – dice, levantándose de mesa

-Cuando hablas así me haces pensar que sigues sintiendo algo por él. – le dice, mirándola muy serio

-¿Y si fuera así? – dice Carla, saliendo de casa

Todos quedaban sentados en la mesa, fue una situación muy incómoda.

-Yeray, perdona, ambos llevan tensos en estos últimos días. – dice Beatriz

Yeray se levantaba, se fue corriendo tras Carla, ella estaba sentada en el patio.

-Lo siento. – le dice Carla

-Se lo que está pasando. – le dice, al sentar a su lado

-Odio a mi padre, nos está destruyendo la vida a todos. – dice, triste

-Carla, mírame. – le dice

Carla le mira en los ojos.

-Ahora estoy muy convencido de que sigue enamorada de Samuel, que lastima que no me dijiste tu solita. – le dice

Carla sentía mucha pena por Yeray, lo estaba utilizando para olvidarse de Samuel y el era un buen muchacho, no la presiona, no le trata mal y no es obsesionado con ella.

La Tormenta de ArenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora