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[Fuerte]

Advertencia: Ninguna.

Nota: Crossover

Inspirado en: Kimetsu no kiba

Tiempo en el que ocurre: (?).

No. De palabras: 3240.

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El sudor baja por mi frente y mi respiración era irregular, todos los huesos y músculos me dolían estaba agotada ya no podía seguir.
Quería descansar tomar un respiro pero sabía que eso no iba hacer posible, sin darme cuenta recibí un fuerte golpe en la espalda el cual me tiro de rodillas al suelo, solté mi espada de madera y sostuve mi peso sobre mis manos.

—¡Arriba!— escuche su fría y sería voz.—¡levantate!— me exigió.

Alce un poco mi rostro sólo para ver su imponente presencia frente a mi, recolecte las pocas fuerzas y ganas que tenía y trate de ponerme de pie, mi postura estaba encorbada apenas y podía mantenerme de pie quise enderezarme pero antes de hacerlo una fuerte patada me lanzo lejos dejándome por completo en el suelo.

Apreté mis puños sobre la tierra, todo mi cuerpo me dolía.

—Deja de holgazanear y levantate aún no terminamos.

Con mucho dolor apenas y pude ponerme de rodillas pero no dure mucho en esa posición pues volví a caer al suelo, ya no podía.

—Es enserio— dijo con cansancio.—no tengo todo el día así que levantate.

Quise hacerlo pero mi cuerpo no me respondía. Lo escuche suspirar con cansancio para después ver como su espada de madera caí a un lado de mi. La había aventado, escuche sus pasos alejarse.

—¡Es todo por hoy!— grito mientras se alejaba.

Cuando escuche eso deje que mi cuerpo se relajara sobre la tierra, al fin algo de descanso.

[...]

—Tu si que estas loca.

Me regaño Hanjie una de las enfermeras de la finca.

—¿Cómo diablos pretendes continuar con ese entrenamiento? Mírate estas hecha trizas, si sigues así un día morirás.

—No es para tanto Hanjie ¡Ay Hanjie me lastimas!— me queje y aleje mi brazo.

Tenía varios razpones y moretones por todo mi cuerpo. Ella tomo mi brazo nuevamente y siguió con su trabajo.

—Ese enano te matara— se quejó.—no tiene nada delicadeza a la hora de entrenar.

—Solo quiere que aprenda.

—No deberías de justificarlo, el te causa heridas muy graves en verdad debes de parar esto pues un día yo ya no podré curarte— finalizó poniendo un alfiler en la venda que cubría mi brazo y lo soltó.

—Aún no puedo rendirme, no sería justo para mi pueblo, para mi familia ni para mi.

Trate de justificarme, la razón por la que hacía esto no era porque me gustará sino porque tenia una promesa que cumplir.

Levi Ackerman [One-shots] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora