Capítulo 8.

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JUDY 'S POV

Suena el interfono de abajo. Las tres nos miramos para ver quien se levanta del sofá a abrir. Ninguna hace nada. Vuelve a sonar.

- Piedra, papel o tijera. - Dice Lauren.

- Va.

Canta la canción y cuenta hasta tres. Ellas sacan piedra y yo tijera. ¡Mierda! Destapo mi cuerpo de la manta tan calentita y me acerco a la puerta. Aprieto el botón y contesto. "¿Quien es?" "Traigo un paquete para la señorita Judith Lafuente." "Claro, ultimo piso." Le doy al botón para abrir y espero en la puerta a que llegue el cartero. Se abren las puertas del ascensor y mi mandíbula se descoloca. Una caja tan alta como el chico que la trae, pero no es un chico cualquiera ni tampoco la caja. Es Ben con mi guitarra.

- ¿Trabajas como repartidor? - Digo sonriendo mientras le ayudo a entrar la caja.

- No. Solo vi al hombre en la puerta y firmé por ti para poder traertela. Espero que no te importe.

- Claro que no. - Sonrío y cierro la puerta. - Chicas ¿tenemos algún cutter?

- En mi habitación hay uno. - Dice Sara. - En el cajón de la mesa.

- Hola chicas.

- Hola Ben.

Abro la habitación de Sara y rebusco en si cajon. Aquí esta. Vuelvo al salón y veo como Ben habla tranquilamente con las chicas. Corto una linea recta hacia abajo, a la derecha y a la izquierda. Ahora las burbujitas. Empiezo a cortar, pero no se acaban. ¿Pero cuantas vueltas le di a esto?

- Espera te ayudo. - Ben se agacha a mi lado y estira el plastico, mientras corto.- Se nota que no querías que se lastimara.

- No me fiaba de los aviones y menos de los repartidores salvajes. - Ben se hecha a reír y yo me ruborizo. - No te rías de mi.

- Perdona, pero "los repartidores salvajes" me hizo gracia.

Conseguimos llegar hasta el estuche de la guitarra. Abro la cremallera y se me cristalizan los ojos. Está en perfecto estado, ningún rasguño ni nada. La saco y paso la banda de "The Beatles." Por mi hombro. Rozo las cuerdas con las yemas de los dedos.

- Toca algo. - Me despierto de mi trance y miro los ojos marrones de Ben. - Quiero escucharte.

- ¿Ahora? - Mis manos empiezan a temblar. ¿Por qué produce este efecto en mi? - Es mejor otro dia.

- Oh venga, toca algo para mi, princesa.

¿Quien de este santo mundo puede resistirse a eso? Cierro los ojos y intento recordar un fragmento de alguna canción. Wonderwall de Oasis. Canto un mini trocito con los ojos cerrados, no quiero ver sus ojos clavados en los mios. Paro y escucho un aplauso de los 3. Mis mejillas se vuelven rojas.

- Lo haces muy bien. ¿Te has planteado cantar profesionalmente? - Dice Sara.

- ¿Yo? N.no podría. Le tengo pánico a los escenarios y a las grandes masas observandome.

- Pero eso se puede arreglar.

- Ya. - Miro a Ben que me mira de una forma estraña. - ¿Por qué me miras así?

- Nunca había escuchado una voz tan dulce como la tuya.

- Gr.gracias, p.pero no es para tanto. - Joder, ¿Por qué tartamudeo tanto?

- Hazme caso, lo haces muy bien. - Su mano se posa encima de la mano y solo con notar su roce bajo giro la cabeza. Debo estar como un tomate.

- Bueno, os dejamos solos eh. - Dice Lauren cogiendo MIS burbujitas.

- Lau, suelta eso.

- ¡No! A mi me gusta explotarlas. - Las estruja y se escucha ese sonidito tan peculiar.

- Devuelvemelas, yo también quiero explotarlas.

- ¡Ahí tienes más! - Dice señalando las otras tiras.

- ¡Las quiero todas Lauren!

- Cógeme si las quieres. - Empieza a correr por el pasillo y voy detrás de ellas. - No lo vas a conseguir.

- Claro que si. - Corro pero no la alcanzo, ya que se ha encerrado en su habitación. - ¡Lauren abre la puerta!

- Lo siento Judith. - Dice riendo mientras las explota.

- Aghh.

Vuelvo al salón , la caja y las demás burbujitas ya no están. ¿¡Dónde están!? Miro hacia el sofá, Ben y Sara explotan las últimas.

- ¡Noo! ¡Eran miaas! - Me siento en el suelo con los brazos cruzados y los morritos hacia fuera. - Yo las quería.

- Upss...

- Sois unos desagradecidos.

- Te recuerdo que yo también hablo en castellano Judy. - Oh, oh.

- Pero os quiero eh. - Digo mirándoles y dibujando una sonrisa falsa.

Todos estallamos en una carcajada que hace, que Lauren salga de su habitación y nos mire como si fuésemos mutantes.

***

Ben a accedido a acompañarme a comprar el material de dibujo, porque aunque este en Artes de la Imagen también tenemos dibujo. Y más bien, ha sido una suplica por parte de Ben para poder acompañarme y no podía negárselo. Aparca la moto y nos bajamos. Delante de nosotros hay una tienda con todo tipo de material artístico. Abro la puerta seguida de él. Una mujer se nos acerca y pregunta que necesitamos. Le entrego una lista con todo el material, y va a buscarlo. Mientras tanto, Ben y yo nos quedamos hablando.

- ¿Y donde aprendiste a cantar?

- Te va a sonar un poco tonto, pero de pequeña, en el bar de mi madre había un pequeño karaoke y cada noche me ponía a cantar canciones y la gente me aplaudia.

- Una artista desde bien pequeña. ¿Y la guitarra?

- Mi primo. Él fue el que me enseñó todo lo que sé de música, le debo mucho.

- Se ve que le quieres. ¿Puedo preguntarte algo?

- Claro.

- Si quieres no me contestes. ¿Tienes novio? - Venga Judy, tienes que afrontarlo.

- No, no tengo.

- Pero lo tenías antes de venir aqui, ¿No?

- Acertaste.

- ¿Y por qué te dejó?

- Fui yo la que lo dejé. Relaciones a distancia nunca son buenas.

- Tienes razón. - Miro la pantalla de mi móvil y aún sigue la foto de Raúl y mia. Esto tiene que acabarse aquí y ahora.

- Oye Ben, ¿Me harías un favor?

- Todos los que quisieras princesa.

- ¿Te haces una foto conmigo?

- Claro.

Nos acercamos a un espejo y Ben coloca una de sus manos al otro lado de mi cadera, rodeando mi cintura. Él sonríe y yo no me quedo atras. El efecto que causa en mi, no es de este mundo.

Counting Stars [ 2T MPP ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora