Capítulo 20.

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ANGY 'S POV.

No vuelvo a probar la comida japonesa en mi vida. Lo prometo. Creo que me he levantado unas 6 veces a vomitar esta noche. Miro el reloj, son las 5:27 de la madrugada y se me han quitado las ganas de dormir que tenía hace unos minutos. Me lavo los dientes para que no se me quede el mal sabor de boca y bajo al piso de abajo. Abro una de las alacenas en busca de una infusion de poleo. Cojo un vaso, lo relleno de agua y lo caliento con el microondas un par de minutos. Meto el sobrecito dentro del vaso y lo dejo en reposo. Me vuelve a dar otra arcada. Joder. Me acerco al baño y vomito de nuevo. Esto no puede ser normal, he tirado todo lo que había dentro de mi cuerpo. Me levanto del suelo y veo un poco borroso, creo que me estoy mareando.

- ¡Alex! - Grito lo que puedo, pero casi no tengo fuerzas, y más cuando estoy abajo y él arriba durmiendo. - Alex despierta.

Va a ser mejor que me vuelva a sentar y esperar a que se me pase un poco. Escucho como pasos rápidos recorren la planta de arriba. Me está buscando.

- Alex, bajo. - Digo pausadamente. Él enseguida baja las escaleras y se pone enfrente de mi.

- ¿Estás bien pequeña? - Posa su mano en mi frente y la otra entrelazada con mi mano, cosa que agradezco.

- No... tengo arcadas cada dos por tres y estoy mareada. - Cerré los ojos por un momento. - Nunca más voy a comer sushi. ¿Me has escuchado no?

- Ay Angy... - Río leve. - No pierdes tu sentido del humor aun estando malita. - Dejó un beso en mi frente y me cogió como si fuese una princesa. - Y ahora vas a descansar.

- Gracias... - Apoyo mi cabeza en su hombro mientras subimos las escaleras. - Te quiero.

***

Abro los ojos cuidadosamente y miro hacia la mesita. Las 12:54 de la mañana. Doy gracias a que soy mi propia jefa. Giro mi cuerpo y me encuentro a Alex durmiendo. No ha ido a trabajar por mi... Sonrió ante aquello. Alex puede ser tan cariñoso conmigo y me cuida tanto, que no se como agradecerselo. Me reincorporo un poco, cojo su mano y miro nostálgica nuestro tatuaje y la pulsera azul. Dejo un pequeño beso en medio del infinito y el corazón y después lo acaricio. Suelto cuidadosamente su brazo y me quedo mirándole unos segundos. Su mano derecha empieza a palpar la zona del colchón vacía, hace una mueca y abre los ojos de inmediato. Su cara es de preocupación pero al verme se tranquiliza y sonrie.

- Hola... - Dice somnoliento. - ¿Cómo te encuentras?

- No lo sé. Me sigue doliendo la cabeza...

- ¿Te parece si vamos al médico? No creo que sea solo por una indigestión. A lo mejor estas incubando alguna enfermedad.

- Puede ser... Vale, iremos.

- Pero antes quiero mis Buenos Dias. - Sonríe y eso hace que mis mariposas vuelvan a rebolotear.

- Tengo el aliento asqueroso Alex... - Hago una mueca.

- ¿Y un abrazo?

- Eso si que puedo.

Me quedo encima de él mientras rodea mi espalda con sus brazos fuertes. Va dejando pequeños besos en mi frente. Acaricio sus mejillas y por un momento nos quedamos mirandonos mutuamente. Esos ojos azules que más de una vez me he perdido en ellos se clavan en mi.

- ¿Por qué me miras así?

- Aun estando enferma, sigues estando preciosa. - Aquello hace que me ruborice y esconda mi cara sobre su pecho.

- Gracias por cuidarme.

- ¡Hey! Solo hago lo que hace la gente normal cuando quiere a alguien y más cuando es tu mejor amiga ¿No? - Asiento y no puedo quitar mi sonrisa de mi cara. Mi Alex...

***

Nos situamos sentados en la sala de espera que hay enfrente de la consulta de la doctora Ramírez. Por suerte es española y me transmite más confianza. Miro nuestras manos entrelazadas mientras Alex hace pequeños circulitos sobre mi mano.

- Angy Antón Fernández, pase a consulta. - Me levanto de la silla y miro a Alex.

- ¿Quieres que te acompañe? - Asiento levemente y me rodea mi cintura con su brazo. Entramos en la sala y nos sentamos frente al escritorio de la doctora.

- Hola Angy ¿Qué te ocurre? - Dice agradablemente.

- Llevo vomitando desde ayer a la noche, creo que es indigestión pero me duele la cabeza y de vez en cuando veo turbio. - Ella sonrie, cosa que me descoloca.

- Angy... ¿Has tenido alguna falta? - Parpadeo varias veces.

- ¿Qué? - Esa pregunta no me la esperaba.

- ¿Si has tenido alguna falta este mes?

- ¿Que día es hoy?

- 4 de octubre. - Haber... normalmente mi semana es la del 20... ¡Oh dios santo!

- Una... - Musito y miro a Alex, su expresión es de desconcierto. Ella busca algo en uno de los armarios de la consulta, y enseguida me entrega un pequeño bote con la tapadera roja.

- Creo que esto ya sabes para lo que es. El servicio está al final del pasillo a la derecha.

- Vale. - Cojo el recipiente y antes de marcharme aprieto fuertemente la mano de Alex.

Salgo de la consulta y doy un gran suspiro. Esto no puede ser verdad... Hay. Posibilades. De. Que. Seamos. Padres. "Y están más a favor que en contra." Dice mi subconsciente pero tiene razón. Entro en uno de los aseos y hago pis en el bote. Nerviosa me lavo las manos y me miro al espejo. Tengo un aspecto horrible pero hay un brillo en mis ojos... Salgo de allí y me dirijo de nuevo a la consulta, abro la puerta. Alex me mira impaciente. Creo que la doctora Ramírez y él han estado hablando durante mi ausencia. Le entrego el envase.

- Gracias. Voy a hacer las pruebas, en unos minutos vuelvo. - Asentimos y sale por una puerta interna que tiene la sala.

Me muerdo el labio inferior y le miro. Ahora los dos sabemos perfectamente lo que va a ocurrir en un par de minutos. Hay un silencio pero no incómodo. Me coge desprevenida y me besa, no puedo dejar de negarle el beso, lo anhelaba.

- ¿Crees que saldrá positivo? - Dice como si acabase de desahogarse.

- Creo que hay mas papeletas a favor que en contra.

- Eso quiere decir, que cabe la posibilidad de ser... padres. - Asiento y sonrió ante la pequeña emoción que se le nota en su voz. - ¡Ay Dios! ¿Por qué tarda tanto esa mujer?

Vale, esto ya es más típico de mi Alex. De pronto se abre la puerta y clavamos nuestras miradas en la doctora. Venga, necesitamos saberlo...

- Ha dado negativo, lo siento chicos.

Al escuchar aquellas palabras noto como algo dentro de mi se rompe. ¿Tanto deseaba a ese bebe en cuestión de media hora? Presiono mi labio superior con el inferior y miro hacia nuestras manos blancas por la fuerza que estamos ejerciendo. Reprimo las ganas de llorar pero un pequeño sonido por parte de la doctora Ramírez hace que levante mi mirada.

- Chicos, los test han dado positivos.

- ¿¡QUÉ!? - Dijimos al mismo tiempo.

- Chicos era una broma, que vais a ser padres. ¡Enhorabuena!

Counting Stars [ 2T MPP ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora