JUDY 'S POV.
Cesa el ruido del motor y levanto mi cabeza para ver donde nos encontrábamos, aunque a las 3 de la madrugada poco se puede ver sin las farolas están lejos.
- ¿Por qué hay arena? Aquí no hay mar. - Digo extrañada.
- Es la playa de Paris. Uno de mis sitios favoritos.
Bajamos de la moto y Ben se avanazó un poco. Se sentó en la arena y golpeó el suelo un poco, dándome a entender que me sentara a su lado y así hice.
- Mira. - Señaló un edificio antiguo que había al otro lado del río. - Esa es la antigua estación del tren y por encima se ve parte de la torre Eiffel.
- Es verdad. - Miró a mi alrededor y todas las farolas están encendidas, solo el ruido del agua correr... - Me gusta Paris de noche, tiene algo... especial.
- Touché.
Nos tumbamos sobre la arena y nos quedamos mirando el cielo. De vez en cuando nuestras manos se rozaban, haciendo que pequeños calambres recorrieran todo mi cuerpo. Nos quedamos en un silencio agradable hasta que se me pasó algo por la cabeza.
- Ben.
- Dime.
- ¿Por qué de repente los chicos no van a estar en todo el fin de semana? - Me apoyé sobre mi codo, aguantando mi cabeza con mi mano derecha. Noté como una pequeña sonrisa quería salir de sus labios y que él intentaba aguantar. - Ha sido obra tuya ¿Verdad?
- Nop.
- Venga, no me mientas. No sabes mentir. - Le di un pequeño golpe en su hombro. - Se te nota.
- Vale, hagamos un trato, en el caso que hubiera sido obra mia. ¿Por qué crees que lo habría hecho? - Buena pregunta...
- Mmm... no sé, dime un supuesto razonamiento. - Dije siguiendo su mismo juego.
- Chica lista. Una razón sería esta. - Acortó la poca distancia que había entre nosotros y me volvió a besar, pero esta vez le correspondi.
- Me gusta. ¿Y la supuesta segunda razón? - Dije en un tono divertido.
- Sería disfrutar de un fin de semana tu y yo, claro, en el caso que hubiera sido yo el culpable.
- Ajá. Pues sabes que te digo Ben.
- Sorpréndeme.
- Que me hubiera encantado que hubieses sido tu el culpable de la escapada repentina de esos cuatro.
***
Aparcó la moto en su plaza asignada y nos dirigimos a la casa de los chicos. Tras una larga discusión de donde ir... Vale no, es broma, jugámos a piedra, papel o tijera, y me ganó él. Ben obviamente eligió su casa. Si, se me da muy mal ese juego. Sacó las llaves del bolsillo de su chaqueta de cuero y abrió la puerta.
- Bienvenida a mi humilde hogar. - Dijo extendiendo lo brazos y haciendo una reverencia. Nunca dejará de sorprenderme.
- Gracias señorito Reynold ¿Cuales son mis aposentos? - Dije evitando no reirme.
- Mmm... Si gano yo, duermes conmigo, si ganas tu, eliges donde.
- Acepto el trato si, no jugamos a piedra papel o tijera.
- Vale, ¿Y qué juego propones?
- Pares y nones. - Empecé a reír por la cara que puso. - No habías escuchado ese juego en tu vida ¿Me equivoco?
- No te equivocas, no.
- Haber, consiste en, cada uno elige par o impar. Cuando cuente tres, cada uno extenderá un número de dedos, si la suma de estos da impar, ganará el que haya elegido ese y si sale par lo mismo.
- Entiendo, elijo par.
- De acuerdo yo impar. A la de una, a la de dos y... a la de tres. - Él sacó 7 y yo 4. Es decir, 11. - ¡Gané!
- Vale, te toca elegir. - Dijo a regañadientes.
- Dormimos en habitaciones separadas. - Ahora íbamos a jugar el juego de Judy.
- Esta bien, tu has ganado, tu decides. - Nos adentramos por el pasillo. - Mejor que duermas tu en la mía y yo dormiré en alguna de los chicos.
- Vale, como quieras.
- Es la del fondo, a la derecha.
- Gracias Ben, ¿Y el baño?
- Hay dentro de la habitación.
- Entendido, buenas noches Ben. - Deje un beso sonoro en su mejilla.
- Buenas noches princesa. - Se mantuvo quieto hasta que cerré la puerta de su habitación. Lo escuché resoplar y intenté no reirme, había caído en mi juego.
Miré la habitación, y me quedé sorprendida por las fotos que tenía colgadas en la pared roja del fondo. Había tantas ciudades distintas y famosas de Estados Unidos... Dejé mi chaqueta y mi pequeña mochila encima del sillon. Toda la habitación olía a él. Decidí ponerme un poco más comoda, a si que con su permiso imaginario, cogí una de sus camisetas y la cambié por mi ropa. Deshice la coleta que llevaba y dejé que mi pelo se colocara como quisiese. Hora de terminar mi juego. Salí de la habitación y empecé a abrir puertas, en busca de Ben. Asomé mi cabeza tras una puerta y lo divisé tumbado en el suelo, lanzando un pelota de tenis a la pared y rebotando hacia él. Di dos golpecitos e inmediatamente capté la atención de Ben.
- ¡Hey! hola... Creía que estabas durmiendo ya. - Dijo susurrando y yo negué con la cabeza. - ¿Necesitas algo?
- Mmm... ¿Puedo dormir contigo? Es que no me entra el sueño. - Dije un poco avergonzada mientras se le iluminaban los ojos.
- Claro, pasa.
Cerré la puerta detrás de mi y sus ojos me recorrieron de los pies a la cabeza. Era obvio, llevaba una camiseta que me tapaba hasta la mitad del muslo. Me acerco a la cama y él hace hueco en ella para que yo quepa. Levanto la sabana, y me doy cuenta de un detalle con el que no había fijado anteriormente. No. Lleva. Camiseta. Me acuesto y me encojo en la cama. No hay ningún roce entre nosotros y eso me hace reír.
- ¿Por que te ríes? - Dice sonriendo.
- Porque te has tomado al pie de la letra que quería dormir en otra habitación.
- Eres muy tramposilla, lo habías hecho para provocar. - Dijo posando un dedo en mi hombro y empujandolo levemente.
- Puede ser. - Inconscientemente me mordí el labio inferior.
- No te muerdas el labio...
- ¿Por qué? - Pregunté divertida.
- No sabes lo que provoca en mi eso. - Dijo cada vez más cerca de mis labios.
Posó su nudillos suavemente por mi mejilla y cerré los ojos. Noté como esos labios carnosos se posaban en los mío y empezaba una pequeña guerra de besos. "Como dije, estás preparada para una nueva relación. Y te gusta Ben." ¡Oh calláte! Disfruta del momento. Acerqué mi mano sobre su pecho a modo de señal para que parase, me quedaba sin aire. Separó sus labios de los míos y me respiración era muy agitada, en cambio, la suya no tanto. Sonreí y el sonrío. Estábamos pensando lo mismo. Lo intuyo.
- Creo que sabes la pregunta que iba a hacerte.
- Y tu mi respuesta.
- Mmm... Creo que nop.
- ¿Ah no? Vale, te la diré. - Me acerqué a su oído y le susurre. - Intentemoslo.
- ¿Lo dices enserio? - Dijo con los ojos imuminados.
- Si. - Dije tímida por su reacción y de inmediato me besó ferozmente.
- Ahora eres mía Judy Lafuente.
- Tú también eres mío Ben Reynold.
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Counting Stars [ 2T MPP ]
Romance------------------- Segunda Temporada ----------------------- ¿Nerviosa? Lo poco que puede estar una chica de 19 años, que acaba de subir por primera vez en avión y se dirije a una ciudad donde no conoce a nadie. Cogí el móvil y lo puse en modo avió...