UNA SOMBRA MAS DE GREY

CAP 32

Alexander no dice nada solo me ve, nos vemos y nos sonreímos, después de un momento por fin escucho su voz.

-Bonita.-  susurra como si no le cuadrara que estuviera ahí, tiene una sonrisa en la cara que le llena los ojos.- ¿Pero qué haces aquí? es decir no me mal entiendas es que me sorprende mucho esta visita.- parece realmente sorprendido de verme ahí.- ¿Hay algo mal con tu computadora?

- Mi computadora esta perfecta y estoy aquí porque quería verte. Es que bueno sinceramente ya no podía esperarme.- me sonrojo y él me ve con ojos de ternura.

-Oh nena, se supone que yo soy el que debe de hacer esto.-

-¿Qué cosa?

-Pues esto que estás haciendo, buscarte. Pero no sé dónde vives.-

-Oye, ya no estamos en los tiempos de antes, y pues quería darte una sorpresa.

-Es la mejor sorpresa que me han dado.- me dedica una mirada tierna. Y yo sonrío como una completa idiota.

-Bueno, ya que estoy aquí que te parece si te invito a comer. Sales a esta hora no?-

-De hecho hoy no salgo a comer.-

-Oh.- hago una ligera cara de tristeza y después sonríe pícaro

-Porque mi turno acaba en 3 minutos.- su sonrisa es divina, como un chocolate dentro de otro chocolate más grande. Oh que hermoso.- Hoy solo trabajo medio turno y que te parece si mejor yo te invito.

-No me digas que eres de esos chicos que no les gusta que les inviten cosas.-

-Oh no para nada, pero técnicamente es la primera vez que nos vemos para salir, así que permite darme ese gusto.

-De acuerdo.- el sonríe

-Bien, espérame aquí iré a firmar mi salida y regreso rápido. No te vayas a ir.

-No iré a ningún lado, te esperare.

El se mete a una puerta que dice <solo personal autorizado> y yo mientras espero, Dios no puedo creer que este aquí. Alexander la verdad me mueve el piso demasiado, me gusta mucho, y bueno aunque solo tengo doce años, casi trece  debo admitir una cosa mi estatura, mi sabiduría y mi madurez, bueno  digamos que me hacen mayor. Así que no hay ningún problema, él me parece un chico súper centrado, responsable con muchas ganas de salir adelante. Me pregunto por qué no estudiara. Alexander vuelve a aparecer y regreso a la tierra, y esos pensamientos quedan guardados de nuevo. El está detrás del mostrador, se inclina y se pone muy cerca.

-¿Estas lista bonita?-

-Si.-

-Vámonos pues.-  el me extiende su mano y yo sin dudarlo le doy la mía que se entrelaza con la suya en una milésima de segundo.

Alex y yo salimos por las puertas automáticas la gente nos ve, unos sonríen y otros bueno solo siguen caminando. Me siento tan bien, con él y me pregunto cómo es posible que me sienta de esta forma con alguien a quien contando hoy solo he visto dos veces. ¿Acaso estaremos destinados? Tal vez suena tonto pero me siento tan bien con, siento la gran conexión que tenemos, si esto es amor. Dios el amor es algo increíble.

-¿Qué te gustaría comer?- me pregunta bajando su mirada

-Lo que tu prefieras.- le sonrío.

-mmm, que te parece si vamos a comer comida italiana. ¿Te gusta?-

-Claro, me parece perfecto.-

En el tercer piso hay una sección de restaurantes, y entramos a uno llamado <LA TARANTELLA>   es pequeño pero muy agradable, los meseros llevan un mandil rojo a juego con un pañuelo del mismo color en la cabeza. Que gracioso.